viernes, enero 31, 2025
Cuba

Padre de Walnier Luis Aguilar Rivera


LA HABANA, Cuba.- Wilber Aguilar apenas duerme esperando que su hijo, el prisionero político Walnier Luis Aguilar Rivera, entre por la puerta de la casa. Su desesperación por verlo libre aumentó desde que el régimen cubano anunciara la excarcelación de reclusos y, en los días siguientes, fueran excarcelados alrededor de 167 presos políticos.

No obstante, sin explicaciones y sin alcanzar la cifra anunciada de 553, las autoridades cubanas pausaron las excarcelaciones el mismo día de la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.

“Nuestros hijos son rehenes”, aseguró Wilber Aguilar a CubaNet. “Nos han dicho que la actitud de nosotros repercute para darle beneficios, para darle su libertad, todo ese tipo de amenazas. Cuando usted amenaza a una persona y le dice: ‘Si no te callas, va a ser peor para tu hijo’, entonces, mi hijo, además de ser un preso político, es un rehén”, sentenció.

Con apenas 21 años de edad, Walnier Luis Aguilar Rivera fue detenido el 20 de julio de 2021 y sometido a desaparición forzosa durante semanas por las fuerzas del orden, tras participar en las protestas del 12 de julio en la localidad de la Güinera, en La Habana.

“Mi hijo es inocente, mi hijo está criado aquí con su madre, con sus hijas, con su esposa que vivía aquí, su hermano; mi hijo es una persona que nunca ha tenido récord criminal ni nunca ha vandalizado nada. Aquí en la Güinera no se vandalizó nada. Aquí la violencia vino de parte de la policía y los funcionarios vestidos civil que atacaron a los manifestantes y, al atacarlos, ellos respondieron. Aquí asesinaron a Diubis Laurencio, les respondieron con tiros a personas desarmadas que solo estaban exigiendo libertad y exigiendo sus derechos ”, cuenta Aguilar.

Walnier Aguilar fue acusado de “sedición” y su petición fiscal fue de 23 años de privación de libertad. Según su padre, el mismo día del juicio, meses más tarde, fue ratificada la petición de la Fiscalía. “El juicio fue amañado, una mentira, todo estaba ordenado por la Seguridad del Estado, con esos jóvenes se ensañaron, una total maldad. Ese fue el día más triste de mi vida”, declaró Wilber a este diario. 

Sin embargo, luego de un proceso de casación, la pena fue reducida a 12 años de privación de libertad. Las autoridades ni siquiera tuvieron en cuenta, además de que el joven no contaba con antecedentes penales, que padece de discapacidad intelectual debido a una lesión en la cabeza y que por ello, desde niño, recibe tratamiento por Psiquiatría.

“Su madre se enfermó de los nervios”, continuó relatando el padre. “Yo tuve que ser padre, abuelo, tuve que hacer todo porque mi esposa se enfermó y le costó más de un año recuperarse. No solo ha sido duro para ella, sino también para sus hijitas, porque Walnier tiene dos hijas pequeñas que han quedado al cuidado nuestro. Toda la familia se destruyó”.

“Por eso yo no quiero hablar con ninguno de estos esbirros, con ninguno de estos dictadores que han tomado esa sentencia contra esos muchachos. Hasta la fecha, mi hijo se encuentra preso, y el encuentro de nosotros tiene que ser en un salón de visita, no es en la sala de la casa. No tengo nada que hablar con ellos. Para mí es libertad siempre, mi palabra es libertad”, afirmó entre lágrimas.

Hasta que sean libres

Wilber Aguilar no falta a una visita en prisión de su hijo, no solo le lleva los alimentos, sino esperanza.

“Lo principal que se le lleva a un preso, y más si es político, como mi hijo, es la esperanza. Yo no falta una visita porque yo tengo que llevarle a mi hijo la esperanza. El preso vive y se alimenta más de la esperanza”, aclaró.

Asimismo, ha sido de los familiares de presos políticos más activos en la lucha pacífica por exigir la libertad. El 1 de agosto de 2022, realizó una protesta pacífica en la Catedral de La Habana junto a varias madres y familiares de presos políticos. Comenzaron a gritar “libertad para los presos políticos” y “libertad para nuestros hijos”, todos resultaron detenidos y multados por las autoridades.

El castigo por esa acción cívica también pesó sobre sus hijos, en el caso de Walnier, fue trasladado para una zona de mayor rigor en la prisión del Combinado del Este, en La Habana, donde se encuentran reclusos reincidentes.

Wilber Aguilar también ha recibido amenazas por parte de la policía política, citaciones, su casa ha permanecido bajo vigilancia policial y lo han mantenido en reclusión domiciliaria arbitraria en varias ocasiones.

Sin embargo, Wilber se niega a callar y no ha dejado de denunciar y exigir la libertad de su hijo. “Nadie puede jugar con el dolor ni los sentimientos de los familiares que están sufriendo por sus seres queridos”, refirió el padre.

De igual forma, denunció que hace pocos días volvieron a bajar la ración de alimentos en la prisión, por lo que los presos están pasando más hambre.

“Ahora hay que llevarles más alimentos, para que no se mueran de hambre. Una persona que usted no aliementa, se enferma y se muere; los están matando vivos”, sentenció.

“Entonces yo, que soy su papá, cómo voy a hacer silencio, cómo voy a comerme las amenazas de la Seguridad del Estado. No. Yo voy a defender a mi hijo. La libertad de mi hijo está por encima de todo, su bienestar, que esté junto a su hermano, sus hijas, su familia. Nosotros vamos a seguir luchando hasta que sea libre”, añadió.

Pese al sufrimiento y el acoso padecido durante más de tres años, Wilber asegura que no tiene odio en su corazón, solo ansía la libertad de su hijo y de todos los presos políticos encarcelados injustamente. 



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