lunes, marzo 10, 2025
Fashion

Penélope Cruz desnuda a Javier Bardem: las fotos más íntimas en la ducha, la piscina o la habitación de su casa


Elena de los Ríos

La observación de los tabloides anglosajones es correcta: a sus 55, Javier Bardem presume de
un cuerpo de 25. Esto no quiere decir que
Penélope Cruz lo haya tenido fácil
para fotografiar a su marido (14 años llevan ya casados) para la portada de la revista británica
‘The Gentleman’s Journal’
. Sí, él no puede estar más sexy con menos ropa. Pero estas fotografías nos cuentan menos cosas nuevas de Bardem que de Penélope.

No deben quedar muchos lugares a los que Javier Bardem no nos haya llevado ya con una película o una
sesión de fotos. Le hemos visto gordo, delgado, patrón, matón, avejentado, elegantón, golfo y hasta de mago que canta y baila con un cocodrilo. Nos quedaba, y eso hay que concedérselo a la revista ‘The Gentleman’s Journal’, contemplarle a través de
los ojos de Penélope Cruz
. El reportaje se llama «la cruda realidad», aunque las imágenes exudan más amor que crudeza. A Pe, solo hay que ver las fotos, se le cae la baba con su marido.

No se puede sacar a Javier Bardem más guapo, más interesante, más seductor y encantador. Podríamos decir que el actor
enamora a la cámara, pero en este caso también ha enamorado a quien está tras la cámara:
una elegantísima Penélope
. La actriz demuestra con estas fotografías que podría cumplir, y de sobra, con cualquier encargo de una revista del quiosco global. Lo predecimos: de ahora en adelante, le van a llover ofertas para situarse tras la cámara.

Javier Bardem fotografiado por Penélope Cruz. /
PENÉLOPE CRUZ / THE GENTLEMAN’S JOURNAL

No decimos ninguna tontería y, de hecho, seguro que
Penélope Cruz
se tomó el encargo de ‘The Gentleman’s Journal’ muy en serio. Al menos desde 2018, la actriz no oculta que su sueño desde adolescente ha sido dirigir. Situarse no delante de la cámara, sino detrás. No ser musa ni médium, sino genio creador. O, mejor, genia. «
Quiero dirigir desde que tenía 16 años», reconoció en 2018. Lleva al menos dos ultimando su debut: un documental. Ya firmó, en 2016, un corto sobre la leucemia infantil.

Desde 2002, Penélope Cruz dirige con su socia, Laura Espeso, la productora Moonlyon, con la que ya ha coproducido los largometrajes ‘Ma Ma’ (2015) y ‘En los márgenes’ (2022). Su propio proyecto,
un documental que versa sobre un tema muy importante para ella, tiene su complejidad, pues requiere «tiempo, paciencia y muchas localizaciones», reconoció la actriz a ‘Fotogramas’. En 2006, Pe compró los derechos de ‘Pasión india’, la novela sobre Anita Delgado, la bailarina que se casó en 1908 con el maharajá de Kapurthala. Desafortunadamente, caducaron antes de que pudiera levantar el proyecto.

Penélope deja su sello en las fotos: la dulzura

Evidentemente, fotografiar a tu marido no es lo mismo que filmar un largometraje, pero ya es imponer tu mirada sobre una realidad que, como sabe todos los creadores, es más dúctil de lo que parece. La responsabilidad sí es la misma en ambos casos: generar una obra, contenido o producto que busque a su público sin renunciar a
una mínima mirada de autor. Y aunque en las revistas importa menos la autoría que la belleza, Penélope Cruz logra un sello inmortalizando a Bardem. Su mirada, hasta cuando a Javier le sale su característico gesto adusto, es dulce.

Javier Bardem fotografiado en su casa por Penélope Cruz. /
PENÉLOPE CRUZ / THE GENTLEMAN’S JOURNAL

El tema de la sesión es la crudeza, en el sentido de mostrar la realidad sin afeites. Y sin afeites aparece Javier Bardem ante el objetivo de Penélope: se ducha, se lava los dientes, se viste, se remoja en la piscina, corre tras el perro, lee sentado en la encimera de la cocina. Pero, claro, la rutina está tremendamente dulcificada por la mirada de la fotógrafa, a la que sentimos
enternecida y seducida por lo que ve. Nos atrevemos: esta sesión de fotos de Cruz a Bardem nos recuerda a esas fotos que se tomaron de Marilyn Monroe en su intimidad.

Reconozcamos la distancia: no es la misma disposición la de Bardem, posando al fin y al cabo para una revista de moda que hace promoción de su último trabajo (la serie de Netflix ‘Monstruos’), que la de
una Marilyn que lee recostada en su sofá, se pase por su casa vestida con una camisa blanca o sonríe abierta y directamente a la cámara. Y, sin embargo, nunca Javier Bardem lució tan Monroe.

Ojalá hubiera tenido Marilyn Monroe la felicidad sentimental y el desarrollo profesional de un Bardem, con el que comparte
un ‘sex appeal’ que no es de este mundo. Sus fotos dejan un poso de tristeza que nada tiene que ver con la felicidad conyugal que exudan las fotos que nos ocupan, pero el paralelismo de algunas escenas es oportuno. Y no es tan desatinado pensar que Penélope Cruz ha visto y revisto estas sesiones íntimas de Marilyn. Están en la retina de casi todos.





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