Piloto militar del régimen llega a EE.UU. por parole humanitario
SAN LUIS POTOSÍ, México.- El piloto militar del régimen cubano, Luis Raúl González-Pardo Rodríguez, llegó a Estados Unidos hace unos meses gracias al parole humanitario, según pudo confirmar de manera independiente CubaNet.
Retirado con grados de coronel, González-Pardo formó parte de la Defensa Anti Aérea y Fuerza Aérea Revolucionaria (DAAFAR). La noticia de su llegada, dada inicialmente en el canal de youtube “El Mundo de Darwin”, fue ratificada igualmente por el expiloto cubano Orestes Lorenzo Pérez, amigo y compañero de armas en Cuba de Luis González-Pardo.
“Pardo lleva varios meses viviendo en Estados Unidos. Hemos hablado por teléfono unas pocas veces, y no he podido verlo aunque lo he intentado”, escribió Lorenzo Pérez.
El exmilitar explicó que la amistad entre ellos se remonta a 1977, cuando ambos fueron a estudiar a la Unión Soviética para formarse como pilotos de combate.
González-Pardo visitó anteriormente Estados Unidos, en 2017 y desde hace dos meses reside en ese país de manera definitiva.
Lorenzo Pérez, quien en 1991, como mayor de la Fuerza Aérea cubana enfiló su MiG 23BN hacia el norte y arribó a EE.UU. -y regresó a Cuba en un Cessna en 1992 a buscar a su familia, sin ser divisado-, comentó que durante los sucesos del 24 de febrero de 1996, cuando fueron derribadas por pilotos cubanos dos avionetas de la organización Hermanos al Rescate, Pardo había estado al comando de un MiG-29 que despegó ese día con la misión de interceptar los vuelos.
A la lista de represores
Acantando órdenes de las Fuerzas Armadas, comandadas por Raúl Castro, Pardo siguió de cerca el vuelo de los Hermanos al Rescate. Sin embargo, según Lorenzo Pérez, no hay confirmación de que haya disparado contra las aeronaves que se hallaban en aguas internacionales.
“El reporte de la ICAO mostraba que Pardo había seguido a Basulto hasta un punto más al norte del paralelo 24. Este hecho en sí puede ajustarse al principio de seguir órdenes, como las instrucciones de intercepción que él recibía por radio, pero no prueba su determinación a disparar y asesinar a Basulto”, explicó Lorenzo Pérez en su publicación.
“Basulto voló su avión sobre la capital (mil veces más protegida que la carretera en que aterricé por Vicky y los niños), dejó caer panfletos y regresó a Miami sin haber sido interceptado. Ni una bala le tiraron”, afirmó.
Por su participación en los hechos de febrero de 1996, Pardo pasó a integrar la lista de Represores Cubanos.
“El Teniente Coronel de la DAAFAR Luis Raúl González-Pardo Rodríguez estuvo persiguiendo para derribarla con su MiG-29A 911 la tercera avioneta de la organización Hermanos al Rescate (HAR), tripulada por José Basulto, Arnaldo Iglesias, y Sylvia y Andrés Iriondo, después que otras dos fueran destruidas en vuelo”, expuso en su sitio web el proyecto de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba.
La tragedia de Hermanos al Rescate
La organización humanitaria, creada en 1991 en Miami, por el cubanoamericano José Basulto, estaba integrada por pilotos civiles que tenían la misión de monitorear el Estrecho de Florida con el objetivo de detectar a balseros cubanos que emigraban de la Isla en embarcaciones frágiles, y asistirlos en alta mar en caso de ser necesario.
En febrero de 1996, luego de ser alcanzados por misiles disparados por los cazas de la Fuerza Aérea cubana, que trituraron sus naves en pleno vuelo, fallecieron los aviadores Armando Alejandre Jr., Carlos Costa, Mario de la Peña y Pablo Morales.
Una tercera avioneta, la Seagull One, pudo escapar de una persecución aérea que se extendió por más de una hora. Sobrevivieron el propio José Basulto, Arnaldo Iglesias y el matrimonio de Andrés y Silvia Iriondo, cuyos testimonios resultaron sumamente útiles en la reconstrucción de los hechos.
La dictadura se ha defendido siempre con el argumento de que el derribo de las avionetas ocurrió dentro del espacio aéreo cubano; pero aun así el incidente fue repudiado por la Unión Europea, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales.
Una minuciosa investigación realizada por la Organización de Aviación Civil Internacional concluyó que las dos naves de Hermanos al Rescate fueron derribadas en aguas internacionales y que las autoridades cubanas incumplieron los protocolos de aviso establecidos. La intención, desde un inicio, fue derribar las avionetas.
Así lo reconoció Raúl Castro, sobre quien recae la responsabilidad del crimen en tanto jefe de las Fuerzas Armadas. Según una grabación publicada por El Nuevo Herald en el año 2006, el general confesó que había dado instrucciones precisas para que las avionetas fueran destruidas.
Desde que ocurrió la tragedia, tanto los familiares de las víctimas como la comunidad cubana en el exilio han exigido que los responsables sean llevados ante la justicia. El crimen continúa impune, como tantos otros cometidos por el castrismo.