jueves, abril 24, 2025
Ciencia y Salud

Plagas de ratas invasoras amenazan con destruir la biodiversidad de las islas mexicanas; un algoritmo está ayudando a evitar que eso ocurra


Cada caso tiene sus particularidades. En Banco Chinchorro fueron los cangrejos terrestres. Estos consumían mucho rodenticida, y aunque no les afecta, debido a su sistema de coagulación diferente, sí reduce la cantidad disponible para las ratas. Además, en la isla hay campamentos de pescadores y una estación de investigación, lo que obligó a eliminar fuentes adicionales de alimento y refugio.

La operación en Cayo Centro se programó para un momento clave: cuando los cangrejos estaban menos activos, los pescadores ausentes y las aves migratorias fuera. También debieron resguardar a algunas iguanas durante la campaña: las silvestres apenas probaban el placebo, pero las que convivían con humanos solían estar más atraídas. Además, detectaron que muchas ratas andaban sobre los manglares. “Tuvimos personas en kayak entre el mangle amarrando cebo para asegurarnos de que iba a estar disponible”, narra Latofski.

Matemáticas para la conservación

Una vez identificada la densidad mínima de rodenticida necesaria para la erradicación en cada isla, que en Banco Chinchorro fueron 60 kilogramos por hectárea, se debe verificar que al esparcirlo se cumpla la cantidad. Aquí es donde entra NERD.

Evaristo Rojas, matemático y oceanólogo sonorense, lleva 30 años viviendo en Baja California y es director de Ciencia de Datos en el GECI. Su equipo diseña herramientas para fortalecer las capacidades del personal en campo. “Procesamos los datos de otros proyectos para que tomen decisiones basados en ellos”, comenta.


Cristina Mittermeier

Cristina Mittermeier ha dedicado más de tres décadas a la conservación marina, y ha utilizado la fotografía como una herramienta para promover el cambio y para defender los ecosistemas naturales. Con su trabajo como artista, su compromiso con organizaciones conservacionistas como SeaLegacy y su colaboración con Rolex en el proyecto Perpetual Planet, siente que tiene una misión: generar conciencia y acción a favor de los océanos y las comunidades humanas que dependen de ellos.


Antes, tras la dispersión del rodenticida, debían esperar semanas para analizar los datos y comprobar si la campaña había sido efectiva, es decir, sin huecos por cubrir. Pero no basta con saber si el helicóptero sobrevoló la zona: se considera que hay un hueco cuando la densidad de rodenticida en el suelo es menor a la requerida.

Con NERD, el panorama cambió. Un programa emplea la ecuación para calcular en tiempo real la densidad del cebo que llega al suelo y genera mapas para maximizar la eficiencia de la acción. Para estimar la distribución del cebo, NERD cruza varios datos: la velocidad del helicóptero, la ruta GPS del vuelo, los momentos de dispersión y el flujo del cebo (cuántos kilos por segundo salen del cubo).

“Cualquier persona se puede beneficiar de este código abierto, la atribución es requerida por la licencia, pero no tienen que pagar. En el GECI queremos conservar la biodiversidad de la mejor manera y nuestro código podría aportar mayor alcance”. En el futuro, esperan tener una versión de uso para drones e incorporar la dinámica del viento, “para mejorar la capacidad predictiva del modelo en diversas condiciones ambientales”, señalan en un artículo publicado en The Journal of Open Source Software.

GECI islas conservacion Banco Chinchorro especies invasoras

El matemático Evaristo Rojas revisa el programa que hace mapas en tiempo real.

© GECI / J.A. Soriano 

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El algoritmo considera la velocidad del helicóptero y el flujo del cubo dispersor sobre las islas.

© GECI / J.A. Soriano 

“Las campañas de erradicación pueden ser un tema controversial; se trata de matar animales y a nadie le gusta, pero es el primer paso para que la salud del ecosistema mejore. Si no remueves a las especies invasoras, ninguna otra cosa que hagas va a tener el impacto deseado”, detalla Latofski. El éxito se mide no solo por la ausencia de roedores con el tiempo, también cuenta la recuperación de especies nativas. En Banco Chinchorro, por ejemplo, notaron un aumento de reptiles, incluso de tamaños más pequeños.

Cada campaña de erradicación en islas habitadas se acompaña de un programa de educación ambiental. “Es crucial hacer alianzas desde el principio para asegurar que la isla se mantenga libre de ratas”, afirma la bióloga. “Una vez que se hace el proceso, los pescadores están satisfechos del cambio en su vida y empiezan a implementar la bioseguridad insular”.

Se trata de medidas preventivas para evitar la reintroducción de especies invasoras y asegurar la detección temprana de estas. En la Reserva de la Biosfera Banco Chinchorro, donde se realizan actividades constantes con embarcaciones, como la pesca, el turismo y el aterrizaje de personal de Marina, se solicita a todos los visitantes que limpien, revisen y empaquen adecuadamente sus pertenencias, eliminen la tierra y las semillas de la ropa y los zapatos, mantengan las embarcaciones libres de plagas, eviten arrojar roedores vivos al mar, que no desembarquen de noche, que utilicen boyas de anclaje y lleven la basura de vuelta a tierra firme.



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