Planetas parecidos a la Tierra pudieron aparecer antes que las propias galaxias
Una nueva simulación del comportamiento del universo antiguo desafía la teoría más aceptada sobre cómo se formaron los planetas habitables como la Tierra. Es probable que algunos de estos mundos se formaran mucho antes de que se consolidaran las primeras galaxias, justo en la infancia del universo.
Según el orden más aceptado actualmente, para que exista un planeta, primero es necesario que se forme una estrella y, antes de ella, un cúmulo de gas y polvo en constante evolución debió reunir el material suficiente para producirla. Por ejemplo, la Vía Láctea tiene aproximadamente 13.6 mil millones de años, mientras que el sistema solar se formó hace 4.6 mil millones de años.
Un equipo internacional de astrofísicos de la Universidad de Portsmouth, Universidad de Kioto, Universidad de Viena y Emiratos Árabes Unidos afirma que no es necesario que existan galaxias para que surjan los planetas habitables. Estos también pudieron surgir a partir de las supernovas primigenias que ocurrieron en lo que ellos denominan “el amanecer cósmico”, 200 millones de años después del Big Bang. Su trabajo en ArXiv, en espera de ser publicado, permite imaginar planetas rocosos y templados con una edad similar al universo.
Planetas habitables y dónde encontrarlos
Los exoplanetas habitables son cuerpos rocosos ubicados en una zona en el espacio que reúne algunas de las características fundamentales para que pueda surgir vida microscópica. La mayoría de los científicos especializados considera que, para entrar en esta categoría, es necesario que un planeta pueda albergar agua líquida en su superficie. Este atributo lo define la distancia de un cuerpo a su estrella madre. Si está muy cerca, el agua se evaporará y, si está lejos, simplemente se congelará.
Estos cuerpos nacen con una “semilla” llamada planetesimal. Se trata de un pequeño núcleo de roca y otros elementos que poco a poco suman materia a su alrededor. Hasta ahora, los científicos han pensado que no es posible la formación de planetas en “el amanecer cósmico” porque no había elementos pesados como los silicatos en el universo. Solo existían hidrógeno y helio, la materia prima de las estrellas.
La idea de que la formación de planetas en el universo temprano era imposible acaba de ser desafiada. En los primeros millones de años posteriores al Big Bang apareció una especie particular de estrellas. Estas fueron “puras” (solo estaban conformadas por hidrógeno y helio), titánicas y vivieron poco tiempo. Al morir, crearon los primeros elementos pesados como el carbono, oxígeno, nitrógeno y silicio. La astronomía sugiere que las explosiones o supernovas de esas estrellas especiales fueron las que esparcieron el material que luego permitió formar las estrellas que ahora conocemos y, en su conjunto, las galaxias.
Un sistema estelar con agua surgió en una simulación
A través de simulaciones de comportamiento, el equipo internacional encontró que los planetesimales son posibles a partir del producto de esas supernovas primigenias 200 años después del Big Bang. La primera explosión genera estrellas de baja masa además de silicatos y metales que permiten la aparición de los núcleos de los planetas.
En su trabajo, una supernova formó una estrella de 0.7 veces la masa del Sol junto a varios planetesimales de un par de masas terrestres en la franja de la habitabilidad. En ellos, la temperatura fluctuaba entre -4.15 y -87.15 °C. En este sistema simulado también había agua. “Se formaron mundos habitables entre la primera generación de estrellas en el universo, antes del advenimiento de las primeras galaxias”, concluye el reporte.
La presencia de planetas como la Tierra antes de las galaxias por ahora es hipotética. Solo hasta hace un par de años fue posible observar el universo temprano con ayuda de telescopios como el James Webb. Para encontrar alguno, primero los astrofísicos deberán identificar alguna supernova primigenia.