miércoles, octubre 8, 2025
Cuba

Por qué GAESA incluyó una finca privada en su emporio turístico


Tradicionalmente, Gaviota Tours ha procurado que sus paquetes solo beneficien a negocios controlados por GAESA. ¿Qué pasa, entonces, con la finca El Patrón?

MIAMI, Estados Unidos. – “¡Disfruta de la hacienda El Patrón! Sumérgete en un paraíso natural donde cada rincón te dejará sin aliento…”. Con esa promesa y fotografías de paisajes cuidadosamente editados, Gaviota Tours promociona una de sus excursiones más recientes. Iniciada este verano, incluye como singularidad una finca privada, algo inusual para una agencia que suele evitar negocios que no beneficien directamente al Estado cubano.

El tour comienza con un breve recorrido por La Habana Vieja y culmina en la hacienda, ubicada en las afueras de la capital. Su costo es de 109 dólares (USD) por persona e incluye únicamente un almuerzo. Otros servicios como paseos a caballo, deportes en un lago, masajes o glamping deben pagarse aparte.

Sin embargo, tras la imagen idílica se esconden intereses que no apuntan únicamente al disfrute del visitante ni a la rentabilidad de Gaviota, pieza fundamental del conglomerado militar que controla la economía cubana: GAESA. Según trabajadores de la agencia entrevistados por CubaNet, la excursión está reportando pérdidas tanto a la empresa como a los guías, pero se mantiene en catálogo por “una orden de arriba” que obliga a promoverla por encima de otras ofertas.

El Patrón, la excepción de la regla

El Grupo de Turismo GAVIOTA, S.A. domina la industria turística de Cuba con más de 100 hoteles y casi 40.000 empleados que operan en los principales polos turísticos: La Habana, Varadero, Cayo Santa María, Holguín, Santiago de Cuba y Baracoa. Este grupo maneja también Transgaviota, para alquiler de vehículos, y la agencia de viajes Gaviota Tours, que ofrece paquetes turísticos completos.

Tradicionalmente, Gaviota Tours ha procurado que sus paquetes solo beneficien a negocios controlados también por GAESA (así todos los ingresos quedan dentro del emporio).

“Siempre fue prioridad que los restaurantes donde comían los clientes pertenecieran al holding [grupo empresarial GAESA]. Si un guía llevaba turistas a esferas ajenas a las FAR [Fuerzas Armadas Revolucionarias], era penalizado e incluso podía ser expulsado. Y, si eran negocios privados, aún peor. Solo había excepciones si no existía una opción propia en determinada zona”, relata un trabajador con más de cinco años en la agencia.

Esa lógica, sin embargo, no se aplica a El Patrón, una hacienda privada que ha alcanzado cierta popularidad en los últimos años.

La finca ya había sido mencionada anteriormente por CubaNet como sitio de vacaciones de Sandro Castro y del empresario Dionisio Arranz, vinculado al turismo de lujo en Cuba. Oficialmente, el negocio es administrado por Roberto Carlos Chamizo, quien se presenta en redes como Carlos Milán y es graduado de Contabilidad y Finanzas por la Universidad de La Habana. 

Tras emigrar y vivir en países como Italia y Dubái, el joven regresó a Cuba durante la pandemia, porque, según contó a medios internacionales, confiaba más en el sistema de salud cubano que en el del “primer mundo”, pese al colapso sanitario de la Isla. Lo que no contó Chamizo es que también administra hospedajes de lujo en La Habana.

Aunque GAESA es reticente a promover destinos que no pertenezcan al conglomerado, recientemente, además de El Patrón, ha incorporado a su catálogo espacios de agroturismo como El Bacura, Las Terrazas, Vista Hermosa y El Guayabal.

“Este año, el Instituto Iberoamericano de Turismo Rural hizo un donativo de 10 millones para los proyectos de desarrollo local vinculados con el turismo rural; por eso están potenciando ese tipo de destinos”, explica otra fuente cercana a la dirección de Gaviota, bajo condición de anonimato.

La diferencia con el negocio de Chamizo es que los otros cuatro proyectos son simplemente lugares de paso para comer. El Patrón es la excursión en sí y el eje del tour, donde los clientes pasan la mayor parte del día.

De hecho, de los cinco espacios solo El Patrón ha sido publicitado abiertamente en las redes de Gaviota desde que la excursión comenzó a venderse por iniciativa, según se comunicó a los trabajadores, de Juan Carlos Sobrado, actual director de la sucursal de Varadero.

Paradójicamente, Sobrado era hasta hace poco quien supervisaba en La Habana que los guías no incluyeran negocios ajenos a GAESA en sus recorridos. “Él presionó para expulsar a un trabajador que llevó a dos turistas rusos a un restaurante privado en La Habana Vieja”, contó a CubaNet un compañero de trabajo suyo.

Aun así, las fuentes coinciden en que Sobrado no tiene el poder suficiente para imponer la inclusión de El Patrón. “Solo los más altos directivos de Gaviota podrían autorizar una medida así”, afirma un guía entrevistado.

El tour que Gaviota insiste en vender, aunque genere pérdidas

Actualmente, Gaviota exige a sus vendedores y turoperadores extranjeros que promuevan El Patrón, aun cuando la excursión no sea rentable.

Al diseñar un producto de este tipo, se fija un precio por persona que cubra costos y genere ganancias a partir de un mínimo de clientes —generalmente seis—. Con esa base, la empresa puede asegurar un margen de al menos 10%. Pero si la salida se realiza con solo dos o tres turistas, los ingresos no alcanzan para cubrir gastos. El transporte, por ejemplo, se alquila completo, no por asiento ocupado, de modo que llevar a tres clientes por 300 USD nunca compensa lo mismo que a seis por 600 USD.

Aun así, se están realizando excursiones con apenas uno o dos clientes, lo que genera pérdidas directas. En La Habana el impacto es menor por la cercanía, pero en Varadero —donde la distancia supera los 130 kilómetros— los costos aumentan considerablemente, volviendo el tour aún menos sostenible.

Los guías se han quejado porque también sus propinas bajan, pero no son escuchados.

Trabajadores entrevistados señalan que esta excursión es un ejemplo de mala gestión comercial. Gaviota mueve en estos momentos principalmente turismo canadiense, pero de bajo poder adquisitivo, que difícilmente compra excursiones costosas.

Entonces, ¿por qué insistir en vender un tour más caro y sin valor agregado respecto a otras opciones más baratas de su catálogo?

Las fuentes internas de Gaviota coinciden en que la inclusión de esta excursión, que afecta incluso los ingresos de GAESA, solo puede explicarse como una decisión de Carlos Miguel Latuff Carmenate o Frank País Oltuski Rodríguez, presidente y vicepresidente del grupo, respectivamente. “Solo alguien de la cabeza puede imponer un cambio que va contra las utilidades de la empresa”, añade una de las fuentes.

Otro trabajador cercano a la dirección de Gaviota apunta que el interés del grupo podría ser obtener fondos internacionales para financiar supuestos proyectos de desarrollo local, los que, según ha documentado CubaNet, se han convertido en una fórmula para que negocios de miembros de la cúpula o sus allegados, drenen los fondos extranjeros de desarrollo.

Mientras, un guía consultado no descarta que a la dirección de Gaviota la muevan otros intereses, “quizá comisiones directas”, según señaló.

El nombre de Latuff, en particular, ha aparecido en denuncias de corrupción persistentes dentro del sector. Una fuente que trabajó de cerca con Gaviota asegura que años atrás estalló un escándalo por la compraventa irregular de autos de renta. “Vendían autos nuevos como si fueran de renta. Los sacaban como viejos y extendían la vida útil de los viejos inscribiéndolos como nuevos”, acota. “Latuff y hasta el mismo Luis Alberto López-Calleja sabían del negocio”, dijo la fuente que aseguró que ambos militares eran amigos cercanos desde su época juvenil.

Más recientemente, dentro de Gaviota se especuló que Latuff había sido investigado por irregularidades en el Festival Santa María. Las denuncias apuntaban a mal uso de fondos y lavado de dinero, aunque oficialmente “salió limpio”, según los guías de Gaviota entrevistados. 

Ninguna de estas denuncias que involucran a uno de los hombres que controla el turismo en Cuba ha sido confirmada con documentos públicos. Sobre Gaviota, la principal empresa de GAESA junto a CIMEX, no existe fiscalización alguna ni escrutinio. Mientras el país atraviesa la más cruda crisis económica de su historia, se desconoce cómo manejan sus cuantiosos recursos estas empresas: cuánto ingresan, en qué lo invierten o si sus directivos están involucrados en casos de corrupción. La opacidad es tan absoluta que ni siquiera a los trabajadores de Gaviota se les ha explicado por qué se decidió incluir en el catálogo un programa que no es rentable y por qué los presionan para venderlo.

“No hay lógica comercial en lo que están haciendo. Están vendiendo El Patrón por puro capricho o más bien por beneficios personales de quienes dirigen Gaviota”, concluye una fuente entrevistada.

* CubaNet solicitó declaraciones a Juan Carlos Sobrado, Roberto Carlos Chamizo y Carlos Latuff. No obstante, hasta el momento de publicar este reportaje, no se había obtenido ninguna respuesta.





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