sábado, febrero 22, 2025
Cuba

¿Qué ha sucedido con las excarcelaciones de presos políticos? 


LA HABANA, Cuba. – Desesperación, estrés, agonía, angustia y terror psicológico. Con esas palabras, varios familiares de presos políticos describieron los días que vivieron tras el anuncio del régimen cubano, el 14 de enero, de la excarcelación de 553 personas privadas de libertad. 

Aunque La Habana refirió que se trataba de una promesa al Vaticano como parte de sus “estrechas y fluidas relaciones”, las excarcelaciones de presos políticos del 11 de julio de 2021 (11J) comenzaron pocas horas después que el entonces presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sacara a la Isla de la lista de países patrocinadores del terrorismo. 

“Nos dio una alegría inmensa porque vimos la posibilidad de tener devuelta a nuestra hija en casa”, declaró a este diario Annia Zamora, madre de la presa política e integrante de las Damas de Blanco Sissi Abascal Zamora, condenada a seis años de privación de libertad en la provincia de Matanzas.

“Luego vinieron días terribles”, continúa relatando. “Nos la pasábamos pendientes a las noticias y pegados al teléfono en espera de una llamada que nunca llegó. Fueron días de un terror psicológico muy grande para todas las familias de los presos políticos. Estar pendiente a una llamada telefónica, en la que te avisen que puedes ir a buscar a la prisión a tu hijo o familiar, ha sido cruel e inhumano”.

Desde Holguín, Mailín Rodríguez Sánchez, esposa de Yosvany Rosell García Caso, manifestante del 11J condenado a 15 años de cárcel, refiere que fue muy “agobiante”, sobre todo para sus tres hijos menores de edad. 

“Ellos todos los días decían que papá vendría pronto para la casa. Estuvimos días sin poder dormir, ansiosos por que sonara el teléfono y nos dieran la buena noticia”, expresó. 

Por su parte, Meibel Gelín, madre de José Alejandro Rodríguez Gelín, joven de 25 años de edad que cumple una condena de cinco años de prisión tras el 11J, asegura que también tuvo la esperanza de tener a su hijo de vuelta en casa, pese que a este le quedan pocos meses por extinguir su sanción. 

“Mi familia y yo vivimos varios días de tortura psicológica, fueron días de desesperación, de angustia; días de esperar una llamada que nunca llegó, no dormíamos porque sabíamos que a algunos familiares los habían llamado tarde en la noche. Me alegro mucho por todo el que pudo salir porque nunca debieron estar presos. Pero lo que vivió mi familia no tiene nombre, porque fue de un estrés tremendo, porque pensábamos en nosotros pero también en cómo se estaría sintiendo él, aunque él sea fuerte, esto podría afectar su salud mental”, afirmó la madre.

Las excarcelaciones duraron menos de una semana; el régimen cubano, sin ofrecer declaraciones o explicaciones, frenó el progreso pese a haberse quedado muy lejos de la cifra prometida. La pausa o cancelación sucedió tras la toma de posesión de Donald Trump, quien devolvió a Cuba al listado de patrocinadores del terrorismo y canceló el resto de las medidas tomadas por su predecesor respecto a Cuba, apenas una semana antes. 

“Quedamos en una incertidumbre muy grande porque no sabemos qué va a pasar en los próximos meses, hay un silencio total”, refiere Annia Zamora.

“Como mismo sufrimos nosotros en esos días ―y seguimos sufriendo―, nuestros presos también, además de que ellos están soportando condiciones infrahumanas como el hambre cruel. Esto es desesperante”, concluyó. 

Ailex Marcano, madre de Ángel Jesúz Veliz Marcano ―quien cumple una condena de seis años de prisión por participar en las protestas del 11J en Camagüey―, mantiene las esperanzas de ver a su hijo y al resto de los presos políticos en libertad. 

“Esta dictadura está asfixiada completamente y algo debe pasar. Lo único que nos queda es confiar en Dios”, añadió. 

Maibel Gelin afirma que su familia continúa angustiada y a la espera de alguna información sobre si reanudarán las excarcelaciones. “Debo decir que no son 553 presos políticos los que hay en Cuba, sino más de 1.000, y los queremos a todos libres, no una libertad con condiciones, los queremos en casa. Seguiré exigiendo la libertad de mi hijo y de todos los presos políticos hasta que salgan de ese infierno”, sentenció. 

“Excarcelación fraudulenta”

Apenas 209 presos políticos fueron excarcelados por el régimen cubano, menos de la mitad de la cifra de 553 anunciada, según reportó la ONG Prisoners Defenders (PD). Del total de liberados, el 91% ya tenía derecho a un régimen abierto, libertad condicional o libertad inmediata desde hacía incluso más de un año.

“Una vez más, el régimen cubano ha jugado con la perversión que ejercita desde tiempos inmemoriales contra las familias de manifestantes y de defensores de derechos humanos”, declaró PD. La ONG catalogó este proceso como una “excarcelación fraudulenta”. 

Asimismo, aseguró que el régimen cubano habría completado los restantes reos liberados (hasta 553) “con una cantidad aún indeterminada de delincuentes comunes que han salido excarcelados (…) con las mismas supuestas medidas ‘de gracia’ que los presos políticos excarcelados en Cuba”.

Alarma ante pausa o cancelación de excarcelaciones

A un mes de que el régimen cubano pausara o cancelara las excarcelaciones de presos políticos, las autoridades continúan sin ofrecer explicaciones al respecto. Ni siquiera han emitido una declaración oficial para exponer si culminaron el proceso o lo continuarán en los próximos meses.

Teniendo en cuenta esto, Ana Piker, directora para las Américas de Amnistía Internacional (AI), opinó que la suspensión de las excarcelaciones “parecería mostrar que las personas presas por razones políticas han sido una vez más utilizadas de manera deshumanizante, como fichas de cambio en un juego político, sin que sus vidas, su integridad física y sus derechos sean tomados en cuenta”. 

Mediante un comunicado, la organización manifestó igualmente que el proceso de excarcelaciones estuvo marcado por irregularidades y falta de transparencia. 

“Las autoridades cubanas no han hecho un reconocimiento de la existencia de personas detenidas por razones políticas, no se ha publicado un listado de nombres de quienes se incluirán en este proceso y no han tenido la voluntad de garantizar una libertad inmediata e incondicional de presos de conciencia como Luis Manuel Otero Alcántara, Maykel Castillo, Loreto Hernández, Roberto Pérez Fonseca o Saylí Navarro. Ellos y todas las personas detenidas solo por levantar su voz deben ser puestos en libertad”, añadió Piquer. 

Por otro lado, ninguno de los excarcelados recibió la libertad incondicional. Todos seguirán cumpliendo íntegramente sus condenas bajo dos tipos de subsidio ―“libertad condicional” y “licencia extrapenal”―, por lo que han pasado a un régimen que PD califica como de “carcelario-domiciliar”.

De esta forma, permanece la amenaza de volver a prisión y, además, deben cumplir una serie de requisitos como no moverse de su ciudad de residencia, trabajar en centros estatales asignados por la Seguridad del Estado, no expresar ni publicar sus opiniones en redes sociales o demostrar públicamente actitudes críticas con el Gobierno, no dar declaraciones a la prensa independiente o extranjera y no comunicarse con organizaciones de derechos humanos. También deben comparecer regularmente ante las autoridades y podrán ser citados como parte de un seguimiento policial. 

El líder opositor José Daniel Ferrer García, uno de los excarcelados, se ha negado a cumplir con esos requisitos y, por este motivo, ha sido constantemente citado por las autoridades. “Apenas dormimos haciendo guardia porque tememos que se nos tiren [nos envíen a la Seguridad del Estado] de noche para llevarme”, declaró a CubaNet. Su hijo, de apenas cinco años, percibe estas presiones y anda todo el tiempo pegado a él. 

Javier Larrondo, presidente de PD, considera que estas “condiciones draconianas son sin duda una burla al proceso de negociación con El Vaticano y la propia institución católica, así como la constatación del nulo sentido de culpabilidad y reparación del que el régimen carece tras haber encarcelado y torturado a los más de 1.801 presos políticos inocentes de sus cargos presentes en sus cárceles desde el 11 de julio de 2021 hasta final del mes de diciembre pasado, en apenas tres años y seis meses”.



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