¿Qué le queda a la canasta básica? Gobierno cubano reconoce escasez y retrasos
MIAMI, Estados Unidos. – Las autoridades cubanas reconocieron recientemente las graves dificultades enfrentadas en la entrega y calidad de los productos de la canasta básica normada. Asimismo, admitieron incumplimientos y desabastecimientos significativos durante el último año.
Durante una reunión anual del Ministerio de Comercio Interior encabezada por el gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, y el primer ministro del régimen, Manuel Marrero Cruz, Betsy Díaz Velázquez, ministra del sector, afirmó que “las ventas de la canasta familiar normada decrecieron respecto al anterior año”. La funcionaria señaló específicamente incumplimientos en productos fundamentales como leche fluida, azúcar, café, huevos, carne de res y sal.
“La leche fluida, por déficit de acopio, se ajustó el per cápita a medio litro; el huevo se distribuyó bimestralmente en el primer semestre de 2024, y a partir de julio solo se logró cumplir las entregas a dietas de embarazos. Sobre el último producto [la sal], se afectaron las entregas todo el año”, precisó la ministra.
Aunque las autoridades sostuvieron que la “autogestión constituyó una vía fundamental para asegurar la presencia de productos y servicios en el sistema de comercio minorista”, también admitieron que la gestión ineficiente de los inventarios llevó al desabastecimiento en diversas unidades.
Díaz Velázquez resaltó, además, supuestos problemas económicos derivados de la fijación centralizada de precios en ciertos productos, en los cuales “el margen comercial no cubre los gastos de operaciones”. En consecuencia, subrayó la necesidad de aumentar la producción nacional, fortalecer el sistema empresarial e integrar mejor a todos los actores económicos.
Sobre el Sistema de Atención a la Familia (SAF), que brinda servicios alimentarios a sectores vulnerables, la funcionaria señaló que, aunque todos estos centros son atendidos por bases productivas agrícolas, “el nexo no es efectivo”, lo que resulta en escasez de “viandas, hortalizas, vegetales y frutas”.
En respuesta a estos graves problemas, Marrero Cruz declaró que es urgente mejorar el comercio minorista, reforzar el abastecimiento mayorista y combatir los delitos de desvío de recursos destinados a la población. “Hay un pueblo esperando a que funcione bien, a que aumenten los productos de la canasta familiar normada, y a que los precios sean asequibles”, reconoció.
Entre las metas propuestas para 2025, el Gobierno cubano planea “mantener la actualización permanente del costo real de los productos de la canasta familiar normada” con el objetivo de disminuir gradualmente los subsidios estatales y proponer regulaciones de precios en artículos de alta demanda.
No obstante, a finales del año pasado, el propio Marrero Cruz anunció que se eliminarían gradualmente los subsidios a la canasta básica que se distribuye a través de la libreta de abastecimiento.
La medida, que, según el régimen, apunta a reorientar los subsidios hacia personas con mayores carencias, se da en medio de la aguda crisis económica que azota al país.
Incluso, el primer ministro del régimen cubano indicó que ya se trabajaba en el retiro de los subsidios a productos esenciales y advirtió que este proceso no tenía “marcha atrás”.
El panorama actual en la Isla, marcado por una alta inflación y escasez generalizada, convierte en un desafío el acceso a alimentos básicos como arroz, azúcar, huevos y pan, cuyo costo supera con creces el salario promedio de la población.