domingo, marzo 9, 2025
Ciencia y Salud

¿Qué puede hacer un geógrafo frente a los problemas sociales y ambientales de una comunidad? Más de lo que crees


Los integrantes de GeoComunes, organización civil que lleva 10 años acompañando a comunidades de todo el país (generando información, bases de datos y mapas sobre megaproyectos y sus posibles afectaciones en las comunidades y territorios), coinciden en que el mayor problema en México es la información, su accesibilidad y legibilidad.

“Hay un bombardeo de información que genera confusión y, a veces, verlo todo en un mapa es un reto porque termina siendo muy atascado de datos, porque lamentablemente así está la realidad de muchos territorios, con muchas amenazas”, comentó Yannick Deniau, uno de los fundadores de GeoComunes.

Estas mismas limitantes fueron lo que llevó a Irving Morales, doctor en Física, a fundar Morlan, una iniciativa para la liberación, análisis y visualización de datos. “Cuando empezamos se hablaba mucho de los datos como un nuevo súper recurso, ‘el nuevo petróleo’ y, como todo buen recurso, el capital se lo apropia, pero desde nuestro punto de vista hay que liberarlo, hacerlo de todos, entonces hemos trabajado para hacer que la ciudadanía pueda acceder a los datos nacionales y, por otra parte, que pueda generar sus propias bases de datos”.

Bajo este principio, han liberado bases de datos del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, de la Comisión Nacional de Búsqueda o del Sistema Nacional de Seguridad Pública, con la finalidad de que cualquier persona interesada pueda consultar los datos y elaborar sus propios análisis, mapas, ver sistemáticas o patrones, entre muchos otros usos.


article image

Un equipo de 77 expertos de 40 instituciones, encabezado por la UNAM, está realizando un ambicioso mapeo de la biodiversidad del suelo en México. Este esfuerzo, que ya cubre 200 sitios de 25 estados, busca elaborar un Atlas detallado que impulse la conservación y el manejo sustentable de los suelos del país.


Por otra parte, Morales presenta Traza, una herramienta digital para generar small data georreferenciada y que funciona desde el celular. El usuario crea su propio tema y categorías, registra puntos, fechas, ubicaciones, descripciones; luego puede descargarla, compartirla y sumarla a otras bases ciudadanas, “todo por el gusto de crear bases de datos colaborativas y locales”. Esta aplicación ha sido exitosa en el mapeo de árboles en diferentes ciudades del país.

Cartografía de las emociones

A raíz de la aparición tecnológica y el desarrollo de sistemas de información de fácil acceso como Google Earth, Global Forest Watch, Open Street Maps, Street View, QGIS, Sentinel, LanSat, Voyager, entre otros, la cartografía colaborativa se ha convertido en una herramienta básica de descripción gráfica que ha ayudado a entender y defender ríos y cuencas, áreas naturales protegidas, árboles, barrios y colonias tradicionales, hasta conocer las zonas más violentas o las ‘corpocartografías’. Este último es un concepto desarrollado por GeoBrujas, una interesante colectiva de mujeres geógrafas surgida en 2014, que fusiona los datos, mapas, las expresiones artísticas y la colectividad para entendernos con el entorno.

“El cuerpo es el primer espacio que habitamos para relacionarnos, es atravesado por las relaciones ambientales, sociales, culturales, de poder, etc. Tenemos impregnadas todas estas relaciones, entonces hacer corpocartografías nos conecta con la sensibilidad, con la expresión, con las experiencias, con nuestra forma de entender y comprender el mundo”, comentó Esperanza González Hernández, integrante de GeoBrujas, quien afirmó que el uso de herramientas digitales las ha ayudado a entender el otro lado de la cartografía: la sensibilidad, la autorreflexión, la construcción colaborativa y la vinculación con gente de todo el mundo.



Source link

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *