Real Madrid: “No podemos dejar caer a Ancelotti”
Charlas, broncas, tensión… Todo vale cuando se intentan arreglar situaciones límite. El Real Madrid no escapa a ellas y el partido ante el Dortmund es la última prueba de ello. La reacción llegó bajo la presión que inyecta estar con el agua al cuello. No es lo ideal y es algo que no gusta a los entrenadores, pero que pasa y hay que estar listo para afrontarlo.
A Ancelotti se le acumula el trabajo en este sentido porque en los últimos cuatro días ha tenido que emplearse a fondo en un par de ocasiones para que sus jugadores despierten y remonten dos momentos complicados. Ocurrió ante el Celta y se repitió ante el Dortmund. Dos descansos ‘moviditos’ que acabaron en dos victorias importantísimas.
‘Terapias’ en grupo e individuales
Vinicius lidera otra remontada épica del Real Madrid, que perdía 0-2 al descanso y acabó goleando.
Eso en lo que respecta a ‘terapias’ de grupo. Pero a nivel particular también se han tomado medidas. Militao y Rüdiger han sido los protagonistas. Dos jugadores incuestionables, más con la angustiosa situación del equipo con los centrales, pero que no estaban al nivel esperado. El alemán lejos de su rendimiento del año pasado y el brasileño aún en plena remontada tras la grave lesión sufrida. El equipo los necesita al máximo de revoluciones y Ancelotti ha tenido que abrirles los ojos con diferentes gestos que les han recordado la urgencia de una implicación al máximo nivel, algo que volvió a aparecer ante el Borussia Dortmund.
El Real Madrid sintió el vértigo ante el Borussia Dortmund, estímulo suficiente para que los futbolistas del equipo blanco reaccionaran y volvieran a mostrar ese carácter, orgullo y fútbol que parecían haber olvidado desde que arrancó la temporada. Desde que la campaña arrancara en el mes de agosto, los altibajos se han sucedido, y lo único cierto es que la imagen del equipo no había sido la esperada por mucho que los resultados hayan acompañado.
Preocupados por Ancelotti
Ancelotti ha tratado de buscar los motivos para aplicar las soluciones. Y en una situación límite como fue la del enfrentamiento ante el equipo alemán, el técnico huyó de la bronca al descanso para inclinarse por hacer ver al futbolista lo que estaba haciendo y la necesidad de mirarse al espejo y ver que el Real Madrid estaba siendo irreconocible. Un Ancelotti ‘paternal’ pero al mismo tiempo exigente al máximo.
Los futbolistas fueron los primeros en reconocer errores y en el mismo vestuario del Bernabéu hablaron de dar la cara por su entrenador ante lo que estaban haciendo sobre el césped y sabiendo que Ancelotti estaría en el punto de mira. «No podemos dejar caer al míster», fue el mensaje, preocupados por el futuro del técnico y dolidos por las críticas que venía recibiendo por el juego del equipo. Lo reconoció Vinicius y comprendieron que era el momento de hacer algo más, de terminar con la apatía. “Hay que correr, pelear y hacer cada uno lo que sabe. Vini y Mbappé, marcar”, comentó el entrenador a los suyos. Una conjura en toda regla con el objetivo de que la remontada ante el Dortmund sea un punto de inflexión de cara al resto de la temporada.
La bronca previa al derbi, la de Lille…
El técnico se rinde a la eficacia del brasileño.
Son varias las charlas que ha tenido el entrenador del Real Madrid con los suyos. La pereza del verano, el mirar atrás y ver la conquista de títulos, cambios de esquema… Todo parecían argumentos de disculpa que no terminaban de convencer al técnico italiano. Alavés, Lille y Celta fueron rivales y partidos que alteraron el sistema nervioso de todos en el vestuario blanco. En el caso del Alavés, Ancelotti alzó la voz al final del partido para poner freno a la relajación que casi les cuesta el partido. Pero no todas las broncas han sido del técnico, como en el partido de Champions en Francia ante el Lille, con Carvajal alzando la voz y dejando las cosas claras. En Vigo, nuevo capítulo para poner orden al desbarajuste táctico.
Ahora la incógnita que falta por despejar es si el cambio de la segunda parte ante el Borussia Dortmund ha llegado para quedarse o solamente ha sido producto de la motivación de la Champions, la adrenalina de una nueva remontada, el toque de atención de los pito del Bernabéu o la preocupación de que puedan estar dejando caer al entrenador.