viernes, abril 25, 2025
Cuba

Régimen cubano libera al preso político Ernesto Borges, tras 27 años encarcelado


El preso político cubano Ernesto Borges fue liberado hoy. Hasta el momento no han trascendido las condiciones con las que el régimen lo ha excarcelado. 

El pastor bautista Mario Félix Lleonart pudo conversar con Borges, después que fue liberado. Lleonart dijo a ADNCuba: «En la cárcel se volvió diabético y casi no ve de un ojo, pero la libertad será la mejor medicina».  

En 1998 Ernesto Borges fue arrestado, cuando pretendía entregar a funcionarios de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana un listado de veintiséis agentes de la Seguridad del Estado que entrarían a territorio norteamericano y países de la OTAN. Borges era capitán de la Dirección de Contrainteligencia del Ministerio del Interior y se le acusó de tentativa de espionaje.

Inicialmente la Fiscalía Militar solicitó la pena de muerte para él. Al final lo sentenciaron a tres décadas de cárcel como castigo ejemplarizante por su intento de revelar la red de espionaje del régimen.

De acuerdo con la legislación militar de la isla, Ernesto Borges debía cumplir la tercera parte de la condena, diez años. Ya en 2012, que llevaba 14 años, comenzó una huelga de hambre por su liberación. La depuso cuando el entonces cardenal Jaime Ortega Alamino intercedió por él ante Raúl Castro. La respuesta de Castro fue que los exmilitares presos «eran un asunto de él».

Durante los años que ha estado encarcelado, como ha denunciado su padre, Ernesto Borges ha padecido pésimas condiciones.  Los primeros diez años estuvo en una celda de aislamiento, semioscura, semitapiada y sin ventilación, en la prisión de máxima seguridad de Guanajay (provincia de Artemisa). Desde 2011 se encontraba en el Combinado del Este (La Habana), en una celda también oscura.

“La oscuridad de la celda le afectó la vista, la pésima alimentación le aumentó los problemas gástricos y, la falta de oxígeno, el asma crónica. Esa última patología le ha producido enfisemas pulmonares que ponen en riesgo su vida”. Raúl Borges aseguraba en 2020 que Ernesto padecía 12 enfermedades, “nueve de ellas son crónicas debido a las infrahumanas condiciones carcelarias”.

A pesar de que sus cataratas requerían de cirugía, cuando en la prisión la autorizaron, Borges la rechazó por temor a que en el procedimiento pusieran en peligro su vida. 

En 2020 cuando el fallecimiento de su madre, Santa Ivonne Pérez, lo trasladaron a la funeraria esposado de manos y pies. No se le permitió interactuar con los miembros de su familia, según denunció entonces  su padre Raúl Borges.





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