Régimen cubano lucra con curso sobre arbovirus en plena emergencia epidemiológica
MADRID, España.- El Gobierno cubano ha puesto en marcha la 18ª edición del Curso Internacional de Dengue y otros Arbovirus emergentes, un evento que parece estar diseñado para generar ingresos en medio de una crisis sanitaria cada vez más aguda. Este curso, que se lleva a cabo del 19 al 30 de agosto de 2024 en La Habana, tiene un costo de 900 dólares para los participantes internacionales.
La iniciativa, organizada por el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) en colaboración con la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), busca actualizar a los asistentes sobre enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes aegypti, como el dengue, Zika, chikunguña, fiebre amarilla, y otras infecciones emergentes como el virus Oropouche y el Mayaro. Este último virus, el Oropouche, se ha propagadp por la Isla en los últimos meses, agravando aún más la situación epidemiológica de un país que ya enfrenta serios desafíos en el sector de la salud pública.
Según precisa el MINSAP, el curso, destinado a profesionales como médicos, virólogos, inmunólogos, epidemiólogos, y otros especialistas en el área, ofrece tanto sesiones teóricas como prácticas, con costos separados para cada modalidad. El precio de las sesiones teóricas, que se llevan a cabo del 19 al 23 de agosto, es de 500 dólares, mientras que las sesiones prácticas, del 26 al 30 de agosto, cuestan 400 dólares. Estos precios no incluyen alojamiento ni transporte, que se ofertan a precios adicionales. Por ejemplo, el alojamiento en hoteles oscila en más de 100 dólares por noche, y la transportación tiene un costo de 40 dólares diarios.
Para los participantes cubanos, los precios son más bajos, aunque las limitaciones son evidentes. Aquellos del sector salud deben pagar 1.000 pesos cubanos por el curso completo, mientras que los interesados de otros sectores deben desembolsar 3.000 pesos cubanos. Estos precios, aunque menores en comparación con las tarifas internacionales, representan un sacrificio considerable para la mayoría de los cubanos, quienes enfrentan una inflación galopante y bajos salarios.
Es contradictorio que un país sumido en una crisis sanitaria relacionada con los mismos virus que son objeto de este curso, y que enfrenta la falta de recursos para combatir estas enfermedades, organice un evento de esta naturaleza a precios tan elevados, lo que pone en evidencia la intención del régimen de capitalizar económicamente en medio de la crisis.