Represor de la Seguridad del Estado entró a EE.UU. por la frontera
MIAMI.-Julker Maresma, quien se desempeñaba como oficial de la Seguridad del Estado en Baracoa, Guantánamo, se encuentra residiendo en Estados Unidos. El represor, que ha sido señalado por activistas y periodistas de la localidad como uno de los principales agentes de Baracoa, está viviendo en Houston.
“Maresma entró por la frontera mediante la cita del CBP- 1”, explicó a Cubanet uno de los activistas hostigados por el agente. El defensor de derechos humanos, quien omite su nombre por temor a represalias, confirmó que Julker estuvo algunos meses en México esperando y finalmente pudo traspasar la frontera hacia EE.UU.
Cubanet, mediante una revisión en sus redes sociales constató que al menos desde 2022 Maresma ha publicado fotos residiendo fuera de Cuba.
“Hizo registros en mi casa, me citaba, robaba mis medios de trabajo, me detenía, amenazaba con cárcel. Y eso se lo hacía a otros periodistas y opositores de Baracoa”, explica el reportero, hoy exiliado en Uruguay, Yoel Acosta.
“Estuvo años reprimiéndonos y actualmente goza del privilegio de vivir en Estados Unidos con todo el daño que hizo en Cuba. Como víctimas esperamos que sea deportado y sufra la miseria, los apagones, el hambre que la dictadura provoca hasta que caiga el régimen y sea llevado ante la justicia”, concluyó Acosta.
La llegada a Estados Unidos de individuos que en Cuba desempeñaron un papel activo en la represión del pueblo ha desatado indignación entre la comunidad exiliada. Uno de los casos que ha salido a la luz recientemente, gracias a un reportaje de Cubanet, es el de Eduardo Enríquez Blanco, un joven ingeniero vinculado al Ministerio del Interior (MININT) y a la empresa estatal DATYS, especializada en el desarrollo de software para el control y la vigilancia del régimen cubano.
El 11 de julio de 2021 (11J), cuando miles de cubanos salieron a las calles exigiendo libertad y el fin de la dictadura, Enríquez Blanco no dudó en posicionarse del lado del régimen. Identificándose como “joven comunista”, fue protagonista en la defensa de la revolución, alineado con los intereses de una dictadura que persiguió, encarceló y reprimió a manifestantes pacíficos.
Sin embargo, menos de dos años después, Enríquez Blanco llegó a Miami, donde residen miles de exiliados que fueron víctimas de la represión que él mismo respaldó.
Este mes el congresista cubanoamericano Carlos A. Giménez ha elevado el tema al Departamento de Seguridad Nacional (DHS), exigiendo la identificación y deportación de decenas de individuos señalados como represores del régimen cubano. En una carta enviada el 19 de marzo a la secretaria del DHS, Kristi Noem, el legislador denunció que estas personas representan “una amenaza directa para nuestra seguridad nacional, la integridad de nuestro sistema migratorio y la seguridad de los exiliados cubanos y ciudadanos estadounidenses”.
La lista de represores fue elaborada por la Fundación por los Derechos Cubanos a través del proyecto Represores Cubanos. Entre los 108 nombres identificados se encuentran individuos que, en el pasado, actuaron en nombre del régimen castrista y que hoy intentan rehacer sus vidas en el país al que antes atacaban ideológicamente.
Para muchos cubanos en el exilio, resulta inaceptable que quienes participaron en la persecución de disidentes ahora busquen refugio en Estados Unidos bajo leyes diseñadas para proteger a las víctimas del castrismo. La exigencia de Giménez busca garantizar que el país no se convierta en un santuario para aquellos que, en su momento, fueron parte del aparato represivo de la dictadura cubana.