Resistencia a los antibióticos: la mortífera amenaza de las próximas décadas
La resistencia a los antibióticos es un problema de proporciones mundiales. En la actualidad, las bacterias resistentes matan a más de un millón de personas al año, peor que enemigos mortales como el VIH y la malaria, y en el futuro lo harán aún peor. Un nuevo estudio del proyecto Global Research on Antimicrobial Resistance (GRAM, por sus siglas en inglés), una empresa científica conjunta de la Universidad de Oxford y la Universidad de Washington dedicada al estudio de la resistencia a los antibacterianos, revela la dramática realidad a la que podríamos enfrentarnos en unas décadas: Sin un cambio en la prevención de enfermedades y en la búsqueda de nuevos antibióticos, las muertes causadas por estas superbacterias podrían acercarse a los dos millones anuales en 2050, con otros 8 millones y más de fallecimientos.
La resistencia bacteriana en cifras
La investigación publicada en la revista The Lancet se basa en el análisis previo del proyecto GRAM, que en 2022 puso de manifiesto por primera vez el verdadero impacto de las bacterias resistentes a los antibióticos, calculando que en 2019 habían causado 1.2 millones de muertes en todo el mundo, y contribuido a otras 4.95 millones más. En un esfuerzo titánico, los autores estimaron el impacto causado por 23 patógenos en 204 países y analizaron 88 combinaciones de bacterias y antibióticos, basándose en revisiones sistemáticas de la literatura científica, datos hospitalarios y de los servicios nacionales de salud.
Utilizando el mismo método, los especialistas decidieron ir más lejos esta vez, cartografiando las muertes atribuibles a bacterias resistentes de 1990 a 2021, y proyectando después las estimaciones hacia el futuro, de 2022 a 2050. De este modo, su trabajo representa el relato más detallado del costo social y sanitario que el fenómeno de la resistencia a los antibióticos ha tenido en los últimos años, y el que producirá en el futuro de no realizarse un cambio drástico.
Una tendencia creciente
Según los datos recopilados por los investigadores de GRAM, entre 1990 y 2021, las muertes causadas directamente por infecciones resistentes a los antibióticos ascendieron a más de un millón cada año. Y las cifras no han hecho más que aumentar: en 1990, la estimación era de 1.06 millones de muertes en todo el mundo, cifra que aumentó a 1.27 millones en 2019. Las cifras de 2021, el último año del estudio, no son relevantes porque la incidencia de todas las demás infecciones disminuyó debido a las restricciones impuestas para hacer frente a la pandemia; en aquel período, el número de muertes causadas por bacterias se detuvo en 1.14 millones.
En las tres décadas estudiadas, también observaron un cambio drástico en el impacto de las infecciones resistentes en los distintos grupos de edad. En los niños menores de cinco años, el problema ha mejorado gradualmente, con una reducción absoluta de la mortalidad del 50% en 30 años, pasando de 488,000 muertes en 1990 a poco más de 190,000 en 2021. Según los autores, el éxito se debe principalmente a la mejora de las campañas de vacunación y otras estrategias de prevención de infecciones en los más pequeños.
En cambio, en los ancianos se ha producido un aumento de la mortalidad ligada a las bacterias resistentes de más del 80%, lo que provocará 519 mil muertes directas y otros 2.16 millones indirectas solo en 2021 . «La reducción de las muertes por sepsis e infecciones resistentes a los antibióticos en niños pequeños observada en los últimos 30 años es un triunfo sin precedentes», explica Kevin Ikuta, coautor del estudio y profesor de la Universidad de Washington y de la Universidad de California en Los Ángeles. Por desgracia, los resultados también muestran que, aunque cada vez son más raras, las infecciones pediátricas también son cada vez más difíciles de tratar. Además, el peligro que suponen para los ancianos no hará sino aumentar a medida que envejezca la población.
El pronóstico para las próximas décadas
Según las previsiones, la incidencia y la mortalidad de las infecciones resistentes seguirán aumentando inexorablemente en los próximos años, hasta alcanzar un máximo de 1.91 millones de muertes en 2050, lo que corresponde a un aumento del 67.5% con respecto a 2021. Para poner las cifras en perspectiva, una tendencia similar producirá 39 millones de muertes en apenas un cuarto de siglo, entre 2025 y 2050, y contribuirá a otros 169 millones de fallecimientos.
Afortunadamente, se espera que el descenso de la mortalidad infantil continúe en las próximas décadas, reduciendo aún más a la mitad el número de muertes pediátricas relacionadas con la resistencia a los antibióticos para 2025. Su lugar lo ocuparán las muertes en la población adulta, sobre todo, entre individuos de la tercera edad, para quienes el aumento alcanzará el 146%. Geográficamente, los incrementos serán pronunciados en el sur de Asia, sobre todo en países como India, Bangladesh y Pakistán, y en partes del África subsahariana.