lunes, marzo 10, 2025
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Retrato de la reina Sofía al cumplir 86 años: «La relación conLetizia ha mejorado mucho»


Juanra López

Este 2 de noviembre la reina Sofía cumple 86 años, con una gran presencia en la agenda de la Casa Real. Sigue protagonizando momentos muy especiales, como
su presencia en los Premios Princesa de Asturias
, un año más, y abrazando sus causas más queridas. Si hay alguien que ha seguido los pasos de la madre del rey Felipe VI ha sido
la periodista Carmen Enríquez, que ha escrito dos libros biográficos sobre ella: ‘Doña Sofía. La reina habla de su vida’, junto a Enrique Oliva, y ‘Sofía, nuestra reina’, que vio la luz con motivo del 80 cumpleaños de la mujer del rey Juan Carlos I.

La biografía de la reina Sofía es sobradamente conocida: el gran
influjo de su madre, la reina Federica
, su vida en el exilio en Sudáfrica,
su boda con el rey Juan Carlos
, su llegada al trono, el nacimiento de sus hijos y nietos… Sin olvidar los distintos avatares que han jalonado sus últimos y más difíciles años: el divorcio de su hija Elena, la imputación de la infanta Cristina y los escándalos del rey emérito. Sin embargo, son muchos los detalles que todavía desconocemos y que Carmen Erníquez nos ayuda a desentrañar.

Durante la elaboración del primer libro biográfico, Carmen Enríquez y Enrique Oliva dispusieron de dos sesiones para
hablar con la reina Sofía
: «Contestó con mucha naturalidad a nuestras preguntas, que eran mayoritariamente sobre pequeños detalles. Por ejemplo, cuando
doña Sofía hablaba de su etapa en Grecia o de
su estancia en el internado
lo contaba todo de manera espontánea, sin preocuparse. Otra anécdota es que nos dijo que no comía carne no por ser vegetariana sino porque nunca le había gustado y se le hacía bola. Se expresaba sin filtros, pero tampoco le estábamos preguntando cosas de alta política», matiza la periodista.

Carmen Enríquez ha cubierto como periodista
muchos de los viajes de la reina Sofía y ha sacado sus propias conclusiones: «Es muy detallista, se preocupa mucho cuando va a cualquier acto de que todo salga bien. Saluda a todo el mundo y su preocupación es que nadie se sienta desairado. En los viajes de cooperación o cuando se inauguró la nueva biblioteca de Alejandría lo he podido constatar. Es muy atenta. Quiere que la gente a su alrededor esté a gusto. Y es una persona que hace muchas preguntas, muestra mucho interés. En Zarzuela dicen que hasta la extenuación», concluye con humor.

En los últimos tiempos hemos podido comprobar que
la agenda pública de la reina Sofía ha crecido bastante: «Es así porque ella lo exige. El otro día me decía alguien muy cercana a ella que quiere visitar todos los bancos de alimentos, por ejemplo. Me desvelaron, además, una frase que a mí me encantó y que al parecer usa habitualmente: ‘Quiero morir con las botas puestas’. Ella quiere seguir siendo útil, siempre que esté razonablemente bien».

La reina Sofía, en una reunión de trabajo. /

GTRES

Uno de los grandes logros de la reina Sofía es
la fundación que lleva su nombre y también lo es los viajes de cooperación que ha retomado la reina Letizia,
el último de ellos a Guatemala
: «En 1977 creó la Fundación Reina Sofía como herramienta para llevar a cabo su acción solidaria y benéfica con las causas que ella considera que merecen atención.

Durante el gobierno de Aznar le propusieron ser la cara visible de la cooperación española del mundo, de ahí que surgieran esos viajes. Eso le dio una visibilidad increíble a la causa, porque hasta entonces se sabía que España ponía dinero para países en vías de desarrollo, pero no trascendía de igual manera.
Se sentía muy llena con esa labor. Era también una válvula de escape para tantas cosas duras que le tocó vivir, como por ejemplo, un marido que no se comportaba como se tenía que comportar».

Algunos de los retos que la reina Sofía ha tenido que hacer frente han sido personales, pero con claras implicaciones para la institución. El primero de ellos fue
la separación de la infanta Elena: «Cuando la infanta Elena expresa a sus padres su deseo de divorciarse de Marichalar, la infanta ya sabía, por todo el tiempo que llevaban juntos, que su marido y ella tenían intereses diferentes. En ese momento la reina Sofía lo llevó muy mal. Por eso utilizaron aquello de ‘cese temporal de la convivencia’. La reina no quería que su hija se divorciara porque le parecía que restaba a la institución. Inicialmente se paró la historia y al final no tuvo más remedio que aceptarlo. No quedaba otra».

El apoyo personal a la infanta Cristina en su peor momento

Más dura aún fue
la situación que atravesó la infanta Cristina, primero tuvo que sentarse en el banquillo y
años más tarde se divorció
: «Lo de la infanta Cristina fue un golpe muy fuerte. Doña Sofía siguió apoyando a su hija y a la familia de su hija, incluido el marido, desde un punto de vista personal y familiar. Cuando se mandó a Estados Unidos a Urdangarin con Telefónica se pensaba que así se le apartaría de los negocios turbios que tenía con su socio. Cuando aparecieron unas fotos de la reina Sofía con su hija y su yerno en Washington se le afeó mucho, pero hubo mala fe en cómo se interpretaron esas fotos. Fue muy doloroso para ella», asegura.

La reina Sofía, en la última edición de los Premios Princesa de Asturias. /

GTRES

Una figura esencial para doña Sofía es su hermana,
Irene de Grecia, delicada de salud
: «Cuando vi que llevaba a su hermana en una silla de ruedas en la boda de Tatiana de Grecia me pareció admirable la actitud de la reina. Es algo muy humano. Esos pequeños detalles te dan una idea muy exacta de cómo es.
Su hermana ha sido su confidente, su apoyo. La reina no ha tenido muchas amigas íntimas con las que hacer confidencias. Más allá de su hermana y su prima,
Tatiana Radziwill
, no ha habido más», nos dice Carmen Enríquez.

Sobre la relación que mantiene
la reina Sofía con su nuera, la infanta Letizia, manifiesta que está a años luz de aquel rifirrafe en la catedral de Palma que tantos titulares siguió generando incluso años después: «La relación entre la reina Sofía y la reina Letizia ha mejorado mucho en los últimos tiempos. Salen juntas en Palma de compras, a cenar, también con la princesa Irene, van de paseo… Como cualquier nuera y suegra, surgieron diferencias, pero es algo consustancial a todas las famlias, no tiene más importancia».

Carmen Enríquez nos desvela una anécdota muy significativa en este sentido: «Cuando se dio a conocer el compromiso de los príncipes, fui con los reyes a Argentina en su avión. Doña Sofía se acercó a hablar con nosotros y nos dijo: ‘
Pobre Letizia, lo que le va a tocar aguantar, lo que le van a criticar’ Sabía perfectamente lo que era eso y era consciente de lo duros que estaban siendo algunos porque el príncipe que se casaba con alguien que no era próximo al círculo real. Lo decía con mucho cariño».





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