domingo, diciembre 22, 2024
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Retrato íntimo de Victoria Eugenia de Battenberg, por Pilar Eyre: «Se sintió odiada en España»


Juanra López

Este 21 de octubre se estrenó en el prestigioso MIPCOM Cannes la serie ‘Ena’ basada en
la novela homónima de Pilar Eyre que cuenta la historia de
Victoria Eugenia de Battenberg
, que vivió
un matrimonio muy infeliz
, con Alfonso XIII. Se trata de ambicioso y muy cuidado proyecto creado por Javier Olivares, artífice de ‘El ministerio del tiempo’ y protagonizado por
Kimberley Tell y Joan Amargós, con el que la periodista y escritora se muestra muy satisfecha, tanto en los términos de producción como en el resultado artístico.

«Lo de Cannes me hace mucha ilusión, porque la serie va de representante de España. Además, hubo un mini pase este verano para las televisiones internacionales y algunas cadenas privadas extranjeras mostraron mucho interés en adquirirla, especialmente una inglesa.
Estoy muy contenta, por una parte, pero por otra son tan largas las negociaciones para convertir un libro en una serie…».

«Hay muchos obstáculos. Me han comprado muchos libros que luego no han llegado a nada, así que me parece un milagro que la gente vaya a ver ‘Ena’, nos dice la
finalista del premio Planeta en 2014. «La serie es magnífica, mejora el libro, Javier Olivares es un genio y la gente va a disfrutar mucho con este personaje tan desconocido», asegura.

Algo muy significativo es que la dirigen dos mujeres, Anaïs Pareto y Estel Días.

Así es. Para resolver todos los problemas contractuales con quien más trato tuve fue con Javier. Con mucha educación me dijo que si quería me iría enviando todos los capítulos para que los fuera mirando, pero yo le dije que no, que de lenguaje cinematográfico no tengo ni idea, que lo hiciera a su manera.
Cuando acabó la serie vino a casa a Barcelona, nos reunimos, me los enseñó y lloré porque había captado muy bien el espíritu de Ena.

Ha sabido plasmar esa mezcla de majestad y arrogancia, y al mismo tiempo de humildad e inseguridad. Cuando le preguntó Jaime Peñafiel poco antes de morir que cómo resumiría su vida, Ena dijo que había sido
una reina muy desgraciada, porque los españoles nunca la habían querido. A pesar de que es una reina, muchas mujeres se van a sentir identificadas por esos sentimientos de inseguridad, de desamor, los celos… Lo que intento siempre es retratar al ser humano que hay detrás de las coronas, de los oropeles, de los uniformes.

Alfonso XIII y Victoria Eugenia, ya comprometidos, en un viaje al Reino Unido en enero de 1906. /

ARCHIVO ABC

Victoria Eugenia de Battenberg, la gran desconocida

Ena fue una mujer que reunía todos los ingredientes para ser un fantástico personaje literario.

Voy a hablar con una cierta inmodestia porque si no, no tendría sentido lo que te voy a decir… Cuando escribí la biografía de esta señora
nadie sabía quién era. Por no saber, ignoraban que le llamaban Ena. Hice un gran trabajo de investigación, muy exhaustivo. Descubrí unas cartas íntimas que mantuvo con una prima suya en las que contaba hasta su noche de bodas. Además, hay dos biografías escritas por autores ingleses que no están traducidas al español que también dan pistas de su vida y de su desgracia particular.

Se dio una circunstancia muy curiosa: el día que salió el libro era
el aniversario de su muerte, el 15 abril. Pensé que toda la familia iba a poner una esquela y yo quise poner una en El Mundo, donde trabajaba entonces. Lo llamativo fue que yo pensaba que la familia real se iba a acordar de esto, pero no fue así. La consecuencia fue que Casa Real se enfadó mucho conmigo, porque dijeron que los había puesto en evidencia. Unos días más tarde publicaron sus esquelas.

La escritora y periodista Pilar Eyre, autora de ‘Ena’, que ahora se reedita con motivo del estreno de la serie. /

GTRES

Ya el día de su boda sufrió un atentado por parte de un anarquista y hubo varias víctimas mortales. No pudo empezar peor su andadura en España…

La gente se queda con el atentado, pero vivió otras cosas tremendas como su conversión, que ella dijo que había sido algo horroroso. Nunca se convirtió de corazón. De hecho, cuando
se murió su hijo Alfonsito u ocurría alguna desgracia en la familia decía que era un castigo de Dios por haberse convertido al catolicismo. Lo consideraba como una maldición. Su noche de bodas fue trágica, Alfonso XIII tuvo una hija con la institutriz que nació al mismo tiempo que su hijo mayor.

Sufrió infidelidades, burlas, la gente sabía que
había otras favoritas en la Corte, se escandalizaban con todo lo que hacía, porque fumaba, porque se bañaba en el mar… No tenía a nadie, estaba completamente sola. No le gustaban los toros y le encantaban los animales. Era completamente opuesta a la España de aquella época -nos cuenta sobre Victoria Eugenia, que fue madre siete veces, de Alfonso, que era hemofílico, de Jaime, que se quedó sordo a los cuatro años, de Beatriz, abuela de Alessandro Lequio, de Fernando, que falleció al nacer, de María Cristina, de
Juan de Borbón
, abuelo de Felipe VI, y de Gonzalo, también hemofílico, que murió a en 1934 a los 20 años.

La reina Victoria Eugenia, con sus hijas Beatriz y Cristina. /

archivo abc

Su gran problema en España fue la falta de apoyos.

Poco a poco con la duquesa de la Victoria fue haciéndose un grupo de
señoras como Conchita Heredia y la duquesa de Lécera, que la apoyaron e incluso la acompañaron al exilio. Al final fueron más fieles a ella que todos los gentilhombres de Alfonso, que en España tanto le hacían la pelota, pero que no se comportaron igual en el exilio.

Cuando se exiliaron en 1931 Victoria Eugenia no se quedó en Roma con Alfonso XIII sino que se marchó al Reino Unido.

El destino de las mujeres de los Borbones es ser desgraciadas. No conozco ninguna que haya sido feliz, la verdad. Todas se han visto afectadas por la misma maldición, por decirlo de alguna manera. Doña María de las Mercedes,
la madre del rey fue muy infeliz
,, se le murió un hijo (su hijo Alfonso, fruto de un disparo fortuito de su hermano Juan Carlos), tuvo episodios muy duros… En el caso de Ena no digamos, que incluso no asistió a las bodas de sus hijos mayores. Desveló lo mal marido que había sido Alfonso,
las cicatrices que tenía en el alma.

Kimberley Tell y Joan Armagós interpretan a Victoria Eugenia y Alfonso III en la nueva serie de TVE. /

CORTESÍA RTVE

En 1939 cuando estalló la Guerra Mundial, a Ena la echaron de su propio país, del Reino Unido.

Era un poco como el judío errante. Cuando se casó su tío, el rey (Jorge VI, padre de Isabel II), le dijo que dejaría de tener su apoyo. Para poder comprarse su casa de Suiza, la villa Vieille Fontaine, en Lausana, donde murió, tuvo que vender
unas esmeraldas de Harry Winston que fueron a parar al manto de Farah Diba cuando la coronaron en Persépolis. Las reconoció la reina Sofía, que de joyas entiende bastante. Resultó que una de ellas era falsa. Como Harry Winston era un señor y tenía muy buena relación con las casas reales se la había comprado como si fuera buena.

Se ha frivolizado mucho con la idea de que con cada infidelidad Alfonso XIII le regalaba una joya y con eso se quedaba contenta.

La maledicencia funcionaba ya entonces, aunque
no había redes sociales. En la corte y en el pueblo. Cuando yo era pequeña había todavía una leyenda que decía que a los niños pobres les sacaban la sangre para los hijos del rey, aunque en esa época no había rey ni muchísimo menos. Estas leyendas estaban relacionadas con ella, a quien acusaban de haber traído la enfermedad.

La suegra de Victoria Eugenia, María-Cristina de Habsburgo Lorena, fue muy dura con ella.

Le hizo la vida imposible. Tengo una imagen que está documentada, hay un sillón del Palacio Real con los apoyabrazos rasgados. En la Primera Guerra Mundial la familia estaba a favor de los alemanes porque la reina era austriaca. Ena se tenía que aguantar y se aferraba a la silla para guardar silencio ante las cosas que decía su suegra. A veces se levantaba con las manos manchadas de sangre a consecuencia de lo que había apretado

Escena de la serie en la que se recrea a la reina Victoria Eugenia de Battenberg con sus hijos en el palacio de la Magdalena. /

CORTESÍA RTVE

En el bautizo de su bisnieto, Felipe de Borbón y Grecia

Su pequeña justicia poética fue la vuelta a España para asistir al bautizo de Felipe de Borbón. Se quedó en el Palacio de Liria, pues la duquesa de Alba le mostró mucha lealtad.

Sí, ella se quedó con sus perritos. Tenía, además, una gran amistad con Pedro de Polignac, padre del príncipe Rainiero. La invitaba todos los inviernos a su casa de la Costa Azul para que evitase
el clima tan severo de Suiza. Ahí
Ena trazó una gran amistad con Grace Kelly
. Un día mientras paseaba con sus perritos se cayó al tropezar con uno de ellos y tuvo una conmoción. Grace Kelly le leía novelas por las tardes y cuando le escribía a su prima, con humor, le decía que le daba dolor de cabeza porque tenía una voz muy monótona.

Unas semanas más tarde murió en Suiza. También dijo que no debería haber venido al bautizo de su bisnieto porque se
habían tenido que enfrentar a Franco, que alternar con él, Sofía y Juan Carlos protestaron porque vieron mucho histerismo en las masas monárquicas aclamándola y se sintió incómoda.

¿Crees que esta serie contribuirá a darle un lugar en la historia y en la memoria de la gente?

A mí me encantaría porque es de las pocas figuras dignas de respeto para mí. No me interesan las demás, me interesa ella. Tengo muchos puntos en común con ella porque, entre otras cosas, era antitaurina. Era moderna, con una visión muy propia, enferma… Cuando iba a pasear con los niños al río a Carabanchel los campesinos salían y les tiraban piedras porque consideraban que estaban malditos. Ella se sentía odiada. Y no podemos pasar por alto
el carácter hostil de su marido que volvía a ella para ver si por fin le salía un hijo sano. Cuando lo consiguió se dedicó a sus amantes.





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