Robert F. Kennedy suspende su campaña y respalda a Trump: “El Partido Demócrata quiere salvar la democracia acabando con ella” | Elecciones USA
La campaña electoral de 2024 aún guarda sorpresas. El ciclo deja un nuevo giro de guion tras el atentado contra Donald Trump y la salida del presidente Joe Biden de la contienda. El camino rumbo al 5 de noviembre deja ahora a un Kennedy trumpista. El candidato independiente Robert F. Kennedy ha tirado la toalla este viernes, diez meses después de haber iniciado su camino a la Casa Blanca. El abogado ambientalista y reconocido activista antivacunas ha cerrado el capítulo esta mañana en Arizona, uno de los siete Estados que definirán la elección del 5 de noviembre. Kennedy, hijo de Bobby Kennedy y sobrino del presidente número 35, John F. Kennedy, retirará su nombre de la papeleta en 10 entidades para elevar las probabilidades de que Trump vuelva a la Casa Blanca.
Aún es pronto para saber de qué manera la retirada de Kennedy favorece a Trump. El independiente contaba en los sondeos con una media de intención de voto de alrededor del 5%. Los analistas han advertido de lo difícil que es calcular el valor real en las encuestas de los aspirantes sin partido en un sistema bipartidista. En 2016, el libertario Gary Johnson y la verde Jill Stein presumían tener el 9% y 3% antes de las elecciones, pero solo lograron el 3% y el 1%, respectivamente.
La noche del jueves, se dio a conocer que la campaña de Kennedy, de 70 años, había abandonado el proceso legal para que el candidato sin partido compitiera en Arizona, con una serie de cartas firmadas por notarios. La noticia fue confirmada por la Secretaría de Estado de la entidad, que es la responsable de la organización de las elecciones. Esto a pesar de que el equipo de Kennedy anunció recientemente que habían rebasado el número de firmas necesarias para que su nombre fuera incluido en la papeleta. Entregaron a las autoridades locales unos 110.000 nombres, una cifra mucho mayor al mínimo requerido de 42.000.
El periódico The New York Times publicó esta misma semana que las cientos de miles de signaturas, entregadas en varias cajas, fueron logradas en Arizona con la ayuda de un comité de acción política, un PAC, y no por medio de voluntarios. La ley federal prohíbe que una campaña se coordine con los PACs, lo que ponía en duda la legalidad de las firmas recabadas en un territorio decisivo.
Las señales de la salida eran claras. Nicole Shanahan, la candidata a la vicepresidencia de Kennedy, adelantó el martes en una entrevista que la campaña ya estudiaba la posibilidad. “Una opción es mantenernos en la carrera y construir un tercer partido sólido, pero corremos el riesgo de permitir una presidencia de Kamala Harris y Tim Walz porque le quitamos algunos votos a Trump. O nos vamos ahora y sumamos fuerzas con Trump y explicamos a nuestra base por qué estamos tomando esta decisión”, aseguró Shanahan en el pódcast Impact Theory.
Estas explicaciones han llegado esta mañana en una conferencia de prensa en Arizona. “Siempre le dije a mis votantes que abandonaría la campaña de convertirme en un spoiler, alguien que tiene la capacidad de afectar el resultado de la elección sin tener posibilidades reales de triunfo. Y la información que tenemos en mis manos muestran que me he convertido en uno, pues no tengo forma viable de ganar”, ha señalado.
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Trump y Kennedy llevaban varios meses negociando el apoyo. The Washington Post aseguró en julio que los equipos estaban en comunicación y que incluso habían tenido una reunión en Milwaukee, donde ambos coincidieron. El periódico afirmó que Kennedy ofrecía salir de la contienda a cambio de obtener un puesto en el Gabinete del republicano en 2025.
Shanahan especula que esta posición podría ser en el Departamento de Salud. “Creo que Bobby lo haría muy bien allí, tiene todo mi respaldo”, aseguró en la entrevista. Tanto Kennedy como la campaña trumpista han criticado el papel de Anthony Fauci en la pandemia del coronavirus y de la industria farmacéutica.
La campaña ha dejado una ristra de escándalos. Los estadounidenses se enteraron a principios de este mes, y de forma rocambolesca, que Kennedy fue responsable de un misterio sin resolver que duró una década en Nueva York. Kennedy admitió que en 2014 abandonó el cuerpo de un osezno muerto en Central Park e hizo parecer que el animal había sido atropellado por una bicicleta. El episodio le pareció divertido entonces, pero en 2024 fue una revelación que él mismo sacó a la luz como control de daños horas antes de que la revista The New Yorker lo diera a conocer.
Una investigación periodística obtuvo en mayo el historial médico del candidato, quien presume de llevar una vida sana, libre de medicamentos y mantener un cuerpo musculoso para un septuagenario. The New York Times aseguró que Kennedy padeció un caso de neurocisticercosis y que los médicos habían encontrado rastros de un parásito muerto en su cerebro. Cuando Kennedy se divorció de su segunda esposa, en 2012, aseguró que sufría de “problemas cognitivos” y de pérdida de memoria de corto plazo. Tras la revelación del gusano muerto en la cabeza, Kennedy se volcó a las redes sociales para tomarlo a la ligera. “Puedo comerme cinco gusanos más y aún así vencer a los presidentes Trump y Biden en un debate”, aseguró en X.
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