Roelbis, el niño cubano que vende tamales para ayudar a su abuela
MADRID, España.- En las últimas horas, la historia de Roelbis, un niño de nueve años que vive en Camagüey y se ganaba la vida vendiendo tamales, ha conmovido a numerosos cubanos dentro y fuera del país. La situación de este menor fue visibilizada por el periodista independiente José Luis Tan Estrada a través de su perfil de Facebook, donde relató la cruda realidad que enfrentaba el pequeño para ayudar a su abuela, con quien vive en precarias condiciones.
Roelbis, conocido cariñosamente como “Titingo”, recorría las calles de su barrio montado en una bicicleta vieja, vendiendo tamales a 60 pesos para colaborar con los gastos de su hogar. Vive con su abuela Deisi, de 62 años, una jubilada cuya pensión apenas cubre los gastos básicos. Según el relato de Tan Estrada, el niño salía a vender los tamales sin que su abuela lo supiera: le decía que iba a jugar, pero en realidad, intentaba “luchar” un poco de dinero para contribuir a la economía familiar.
La publicación del periodista desató una ola de solidaridad. Cubanos de dentro y fuera de la Isla se movilizaron rápidamente para ofrecer ayuda a Roelbis y su abuela. Tan Estrada compartió en su perfil de Facebook la información necesaria para quienes deseaban contribuir, tanto desde Cuba como desde el exterior. “Lo que siempre digo: no podemos ayudar a todos todo el tiempo, pero sí podemos tirarles una mano de vez en cuando, y eso es mejor que no hacer nada”, escribió el periodista en su publicación.
Además, Tan Estrada aseguró haber verificado personalmente la situación del niño, tras visitar su casa y hablar tanto con él como con su abuela y vecinos. “Roelbis vendía tamales escondido de su abuela, pero ahora, gracias al apoyo de tantas personas, ya no tendrá que hacerlo más”, comentó el periodista.
En una publicación este miércoles, el escritor cubano Guillermo Rodríguez Sánchez compartió un emotivo mensaje en el que mostró el impacto positivo de las donaciones. “A la izquierda, el niño de los tamales en su rutina diaria, y a la derecha, el mismo niño por la tarde con una bicicleta nueva que se pudo comprar gracias al apoyo y la visibilidad que generaron ustedes”, señaló Rodríguez, destacando la alegría en el rostro del niño.
El caso de Roelbis pone en evidencia una vez más la dura realidad que viven muchos menores en Cuba, atrapados en una crisis económica que los obliga a trabajar desde temprana edad.