jueves, noviembre 21, 2024
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Señales de vida del Madrid en el Bernabéu | Fútbol | Deportes


Como en el Real Madrid todo es extremo, la cita con el Villarreal, uno de los mejores equipos del campeonato, llegaba con cierto aroma de límite, justo a las puertas de otro parón de selecciones, que amenazaba con un vacío que podía agudizar la inquietud. si el equipo no levantaba un poco el juego después de la derrota del miércoles en Lillela primera después de 36 partidos sin verso en la lona. Carlo Ancelotti primero vio un gol de Valverde, luego constató una mejoría general apoyada en Camavinga, y terminó con la angustia de Carvajal abandonando el campo en una camilla naranja después de sentir algo grave en la rodilla derecha en un lance con Yeremy Pino. Otra rodilla para la serie terrible del equipo, un regusto horrible pese a la victoria ya alcanzar temporalmente en la tabla al Barcelona, ​​que visita este domingo al Alavés (16.15, Dazn).

2

Andrii Lunin, Antonio Rüdiger, Ferland Mendy, Aurélien Tchouaméni, Dani Carvajal, Federico Valverde, Jude Bellingham, Luka Modric (Lucas Vázquez, min. 91), Eduardo Camavinga (Éder Militão, min. 70), Kylian Mbappé (Rodrygo, min. 70) y Vinícius Júnior (Arda Güler, min. 78)

0

Diego Conde, Logan Costa, Sergi Cardona (Juan Bernat, min. 85), Raúl Albiol (Eric Bailly, min. 67), Kiko Femenía, Santi Comesaña, Pape Gueye, Dani Parejo (Ramon Terrats, min. 78), Álex Baena (Yeremy Pino, min. 67), Thierno Barry y Nicolas Pépé (Ilias Akhomach, min. 67)

goles
1-0 min. 13: Federico Valverde. 2-0 min. 72: Vinícius Júnior

Árbitro Guillermo Cuadra Fernández

Tarjetas amarillas

Kiko Femenía (min. 32)

El Bernabéu esperaba una sacudida después del comienzo atragantado del curso en el que no termina de aparecer el nuevo encaje. Lo esperaba con tantas ganas, empezaba a sentir tanto la inquietud de que el plan pudiera no funcionar, que se lanzaron a aplaudir la primera pared con la que el Madrid escapó de la presión del Villarreal, y luego dos bicicletas que no llevaron a ninguna parte. de Mbappé. El francés parecía encontrarse en esa onda y cuando la jugada se era a esquina, alzó los brazos para levantar al fondo norte. No habían pasado ni tres minutos, pero todos querían creer.

Sin embargo, enfrente estaba el Villarreal de Marcelino, que tras llegar a un club que se deshacía y levantarlo, lo ha llevado incluso más arriba, hasta el tercer puesto al empezar la jornada, pese a las grandes reformas del verano. El Madrid quería levantarse, pero el Villarreal ha encontrado antes que ellos las pautas. La pelota le corría mucho más a los amarillos, con Baena como descubridor clarividente de espacios. Pépé remató alto dentro del área, en el primer susto de un equipo mucho más despierto que los locales. El batallón de Ancelotti no terminó de desperezarse pese a todos los avisos, el malestar y la decepción por el juego.

El Villarreal se dibujaba mucho más vertical, mientras el Madrid volvía a sentirse atascado. Y sin embargo, fue el que tocó primero, aunque no fruto del juego, sino de la pizarra. Bellingham dejó pasar entre las piernas un córner sacado por Modric. Detrás se había situado Valverde, destinatario de las coreografías a balón parado. Se sacó otro tirazo que no alcanzó Conde después de un roce en Baena, que se deslizaba sobre la hierba intentando tapar el lanzamiento.

El gol no pulsó el interruptor del Madrid, que vio cómo seguía llegando el Villarreal: un cabezazo de Pépé al larguero y otro de Barry un poco más arriba. El equipo de Marcelino sí ha encontrado los circuitos para hacerle llegar la pelota a sus atacantes.

Quien terminó de agitar al Real fue Camavinga. Con Tchouameni de nuevo como central por los problemas físicos de Militão, se juntó en el centro del campo con Valverde, que esta vez no se encontró orillado en la banda. Fue una aspiradora que atrapaba cualquier balón que atravesara por su zona. Pero su efecto se notó sobre todo en el acelerón que le imprimió a la pelota. Camavinga lleva un pulso mucho más alto que Tchouameni. Necesita menos para girarse al recibir, cambiar de dirección y abrir un mundo al equipo en otra parte. El Madrid fue reduciendo al Villarreal respecto de Camavinga. A su alrededor se conectaban Valverde, Modric y Bellingham. Ancelotti empezaba a ver otra velocidad.

Vinicius se subió a esa ola, lo que empeoró de manera notable la noche de Kiko Femenía. El brasileño destapó una salvación de regates con los que llegaba a la línea de fondo, pero que no encontró a nadie al final del pase atrás.

Queda aún un elemento esencial todavía desconectado de la maquinaria general: Mbappé, recién recuperado de un problema muscular, aunque parece que no tanto como para ir el lunes con su selección, aunque no tan poco como para no ser titular. Al francés se le escapaban los controles, no acertaba con los regates, se empeñaba en tirar con un defensor bloqueándole el paso y deambulaba por el campo languideciente y al margen de los circuitos generales. No se encuentra fino, pero el Madrid fue capaz de crecer incluso sin él.

Ancelotti lo retiró después de 70 minutos y casi de manera inmediata. Vinicius se encontró en el pasillo que acababa de dejar por el centro y envió la pelota a la roja desde fuera del área. También había despertado el brasileño, más fino que en las últimas citas. Pero todo el alivio quedó ahogado por el grito de Carvajal.



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