Simply, ‘The Brest’: «Mucha gente creía que seríamos incapaces de sobrevivir»
No hace tanto, en 1997, el Stade Brestois 29 militaba en National 2 (Cuarta división) y estaba al borde de la bancarrota. «No tenía ropa para los jugadores y me dijeron. Hay dos tipos a los que les gusta el fútbol. Ellos pagaron los chándales», recuerda el entonces entrenador Pascal Robert.
Ellos eran Denis y Gérard Le Saint, dueños de una multinacional dedicada a la distribución de frutas y hortalizas y, desde 2016, máximos responsables del club. «Si no fuera por ellos, no habría deporte de alto nivel en Brest», confiesa Éric Ledan, director comercial del equipo de balonmano de la ciudad.
Ascendió a Segunda de la mano de Ribéry
Antes, mucho antes, los ‘piratas’ estuvieron a punto de naufragar. Su lenta ascensión hacia la élite comenzó en la 2003-04, cuando, con un joven Franck Ribéry en sus filas -jugó 35 partidos y marcó tres goles- subieron a Segunda.
El ascenso a la élite se hizo esperar algo más. Llegó en la 2018-19, tres años después de la llegada de los hermanos Le Saint. En aquel equipo militaba un joven al que el destino le tenía reservado el honor de marcar el primer gol del Brest en Champions: Hugo Magnetti.
La ‘coronación’ de ‘Le Roy’
El verdadero punto de inflexión de los bretones, sin embargo, coincide con la llegada al banquillo de Éric Roy (Niza, 1967) el 3 de enero de 2023. La llegada de este exjugador del Rayo -disputó 13 partidos con los vallecanos en la 2001-02- sorprendió a propios y extraños. Sólo había entrenado a un equipo, el Niza, y fue ¡12 años! antes.
“Jürgen Klopp dijo una vez que lo importante no es lo que piensa la gente cuando llegas a un club, sino lo que piensa cuando te vas. Puede que en ese momento tengamos que hacer otra encuesta”, bromea.
Jürgen Klopp dijo una vez que lo importante no es lo que piensa la gente cuando llegas a un club, sino lo que piensa cuando te vas
Firmó por seis meses. Llegó solo, sin ayudantes y con el equipo en descenso. Parecía destinado al fracaso. Sin embargo, salvó al equipo de forma holgada -aventajó en nueve puntos al Auxerre- y renovó hasta 2025.
El cuarto presupuesto más bajo de la Ligue 1
Lo mejor estaba por venir. En su primera temporada completa en el cargo, condujo al Brest a acabar tercero y meterse en Europa por primera vez en su historia. Lo clasificó para Champions, para más inri, y con el cuarto presupuesto más bajo de la Ligue 1: 48 millones de euros.
En verano, nuevamente, hubo ‘marejada’. El club evitó gastar -terminó invirtiendo 12 millones- hasta que se resolvió el tema de los derechos televisivos. Por el camino, sin embargo, perdió activos importantes: Brassier, Mounié, Satriano, Le Douaron… Especialmente significativo resulta el caso de este último: renunció a jugar la Champions para recalar en el Palermo, de la Serie B.
«Vamos a jugar la Champions, pero no disponemos de los recursos económicos de un club de Champions», asegura el director deportivo Grégory Lorenzi, otro de los ‘arquitectos’ de éste milagro.
Vamos a jugar la Champions, pero no disponemos de los recursos económicos de un club de Champions
La revelación de la Champions
El Brest se presentó en el sorteo de Champions con el peor coeficiente (13,366) de los 36 clasificados… y sin poder jugar en su estadio. El Francis-Le Blé no cumple los requisitos UEFA, lo que les obligó a trasladarse hasta Guingamp.
Experiencia no tenían. Ninguna. Sólo nueve jugadores sabían lo que era disputar competición europea: Amavi, Bizot, Sima, Del Castillo, Lala, Lees-Melou, Martin, Faibre y Camara.
Pero nada ni nadie puede con el Brest, que ha batido su récord de abonados (10.000) este curso. Las victorias sobre Sturm Graz (2-1), Salzburgo (0-4) y Sparta Praga (1-2), sumadas al empate contra el Leverkusen (1-1), han convertido a los ‘piratas’ en la gran revelación de la Champions. Son cuartos con 10 puntos.
«No sé si nos quitará presión, pero, en realidad, ya podemos considerar que nuestro viaje ya es un éxito. No es que pensaran que fuéramos a hacer cero puntos, pero mucha gente nos vio en grandes dificultades, incapaces de sobrevivir en esta competición», sostenía Roy antes de ganar en Praga.
No sé si nos quitará presión, pero, en realidad, ya podemos considerar que nuestro viaje ya es un éxito
Ahora, tras la victoria, ya están virtualmente clasificados para el ‘play-in’: «Lo sorprendente es tener 10 puntos después de cuatro partidos en la Liga de Campeones, competición que el Brest nunca ha disputado. Obviamente, es excepcional. Es un gran orgullo entrenar a estos muchachos». Próxima parada: Barcelona. Ojito: el Brest is the Best.