Teatro La Caridad de Santa Clara, otro aniversario cerrado por reparación
SANTA CLARA, Cuba.- El 8 de septiembre de 1885, Día de la Patrona de Cuba, fue fijada la fecha para abrir las puertas de la edificación más extraordinaria que ocuparía hasta hoy las inmediaciones de la plaza central de Santa Clara. “La Caridad” había sido el teatro soñado por la bondadosa dama Marta Abreu Estévez desde una de sus visitas a París y desembolsó por la adquisición del privilegiado enclave una suma considerable de su fortuna, todo ello para socorrer a los pobres de la ciudad y en beneficio de la enseñanza pública.
En solo catorce meses estuvo listo el vetusto inmueble y pasó a integrar la trilogía de los principales teatros cubanos del siglo XIX junto al Terry de Cienfuegos y el Sauto de Matanzas. Se erigió en el espacio que antes ocupara La Ermita de la Candelaria, el primer templo de la villa y en una zona que el pueblo conocía como “tierra santa” por hallarse casi enteramente ocupada por fundaciones benéficas. Para obtener el sitio de referencia, Marta Abreu compensó al Ayuntamiento con la construcción de otras instalaciones, entre ellas el Cuartel de Bomberos de la calle Gloria donde tendrían lugar las tradicionales verbenas.
A la noche siguiente de la inauguración oficial, “La Benefactora” fue conducida al interior del coliseo a través de una alfombra de flores naturales y secundada por una procesión cívica donde le fue entregada una medalla de oro pulido de 21 kilates en nombre del pueblo de Villaclara como agradecimiento por tamaño obsequio, el más relevante de su proyecto social. El diario La Perseverancia reseñó que el teatro estaba completamente lleno de toda la “sociedad culta de la época” y que “presentaba un aspecto mágico, sorprendente y fascinador”.

La crónica del periódico agrega que durante los días 8 y 9 de septiembre llegaron cientos de personas para “ver y admirar la espléndida obra de la señora Abreu” desde pueblos cercanos como Sagua la Grande, Cienfuegos y Sancti Spíritus, que en aquel entonces pertenecían a la provincia central.
El Teatro La Caridad constituye un edificio monumental y resulta casi increíble que haya sido terminado en un período tan corto de tiempo. La Hoja Literaria emitida el propio día de su inauguración lo describe con 30 metros de frente y 47 de fondo, cimentado sobre rocas serpentinitas y sostenido por una armadura de hierro. Es, sin dudas, el elemento arquitectónico más significativo del centro de Santa Clara.
En 2020 arrancaron las labores de reparación capital para “La Caridad” (la tercera de los últimos cuarenta años), un periodo que ha parecido toda una eternidad no solo para los amantes de la ya exigua vida cultural de la ciudad, también para las agrupaciones que allí se presentaban o que tenían peñas fijas por las que percibían determinada remuneración. Tras quedar interrupto, muchos espectáculos y conciertos han sido reubicados en el caluroso cine “Camilo Cienfuegos” o en centros alternativos de limitada asistencia.
De hecho, poco después de iniciadas las primeras labores restaurativas se avivó una polémica en redes respecto al cierre del popular bar-cafetería La Marquesina, ubicado a su costado izquierdo, punto de reunión para santaclareños y turistas, y al que muchos consideraban “patrimonio intangible”. Artistas asiduos al lugar se preguntaban, sobre todo, por el destino del septeto “Los Gimez”, que amenizaron por más de una década las noches de este bar y cuyos integrantes sobrepasan los 70 años.
Lo cierto es que con la desaparición de La Marquesina el parque quedó despojado de la única esquina frecuentada y al aire libre con la que contaba el circuito citadino. Según explicaron voceros oficiales en aquel momento, el espacio será destinado a la “investigación histórica” y convertido en una especie de museo con carteles, fotografías y documentos alegóricos al inmueble. Del otro lado, en el muro más pronunciado que los de Santa Clara llaman “malecón”, se habilitará entonces un café similar a la desaparecida Marquesina. Sin embargo, todos estos proyectos parecen estar bien alejados en el tiempo.

¿El teatro pa´ cuándo?
El Teatro La Caridad cumple este 8 de septiembre 139 años, pero está cerrado al público y no existe un vaticinio de cuándo concluirán las obras; o al menos los medios locales con acceso a fuentes oficiales no se atreven a conjeturarlo abiertamente. Una nota publicada en la página web de la emisora CMHW reconoce, en efecto, que la intervención avanza “sin fecha límite de entrega”.
En todo este tiempo, los santaclareños han visto escaladores reparando su tejado, andamios en su fachada y cómo retiraron la icónica lira adosada a su frontón centenario. A pesar de que habían pintado sus paredes exteriores, quizás en parte para que no se notara sobremanera su desuso, tuvieron que rasparlas nuevamente debido a los múltiples grafitis y las promociones impresas que pegaron en sus muros.
Anterior a esta reparación, el teatro había sido intervenido en los ochenta y luego desde el 2006 hasta el 2009, pero al parecer aquellas labores no fueron lo suficientemente minuciosas. Una publicación de 2018 del canal local Telecubanacán atestigua que el edificio presentaba demasiados problemas al interior y a la vista se notaba la falta de mantenimiento continuo: sus partes tenían filtraciones, maderas podridas y termitas, a lo que se sumaban dificultades técnicas con la tramoya, el sonido y el sistema de luces.
Ese mismo año, se anunció que sería sometido a la referida “reparación capital” dilatada hasta los días de hoy, al decir de los especialistas implicados, por la ausencia previa de un cuidado sistemático. Aunque no se permite ingresar al teatro a tomar fotografías, por publicaciones de redes sociales se sabe que aún está dispuesta una plataforma en el centro de la platea que fue colocada allí fundamentalmente para retirar las famosas pinturas murales del cielo raso. Se trata de una de las obras más soberbias de los teatros construidos en la época, un conjunto pictórico encargada al artista filipino Camilo Salaya, quien pertenecía a la Real Academia de Nobles Artes de San Fernando en Madrid.
El magnífico conjunto representa en ocho medallones a personajes célebres de la escena española como Tirso de Molina o La Avellaneda cercando un polígono en cuyo centro aparecen las alegorías el Genio, la Historia y la Fama, situadas sobre la Isla de Cuba. Estas piezas, que están valoradas en millones de dólares, se hallaban en peligro debido a que el techo sufría “deterioro en los elementos estructurales”, al decir de los propios implicados en su desmonte por lo que fueron encargadas a la Oficina Nacional de Monumentos, aún sin retorno a Santa Clara.
Una fuente cercana al proceso contó en condición de anonimato que, aunque muchas personas conocedoras y especialistas en patrimonio se han empeñado en avanzar, los recursos y materiales no siempre han estado disponibles: “Los gastos han sido millonarios y ahora mismo se está haciendo muy poco dentro de la instalación como tal”. Un comentario de la propia página de Facebook del Teatro ratifica que ha sido muy costoso repararlo “y más en estos tiempos”.

En comentarios de esta red social como respuesta a las dudas ciudadanas sobre la posibilidad cercana de su apertura, la institución contesta que “lo que demore no importa, lo importante es rescatarlo” porque “no podemos darnos el lujo de entregar una obra incompleta o mal hecha”. Para los santaclareños, la terminación de las obras ha parecido un parto de trillizos y hasta el momento se desconoce la fecha exacta en que puede concluirse. ¿Un año más, dos…? ¿Será esta la reparación capital más prolongada de su historia? Todo apunta a que este no será el último aniversario que “La Caridad” de Marta Abreu permanezca a puertas cerradas.