Tenerife: Una crisis sin precedentes
El Tenerife está inmerso en una crisis sin precedentes. Los blanquiazules tienen el sexto tope salarial de la categoría, pero son colistas de Segunda con la raquítica cifra de 1 punto sobre 12 posibles y, lo que es aún peor, atraviesan por graves problemas institucionales entre la propiedad, representada por el máximo accionista José Miguel Garrido, y el resto del Consejo de administración de la entidad isleña.
La paz en el modelo construido tras la salida de Miguel Concepción, como presidente y máximo accionista del Tenerife, no ha durado ni dos años en las oficinas del Heliodoro. Garrido compró el paquete mayoritario de acciones del empresario palmero y desembarcó, en diciembre de 2022, junto al consejero Juan Guerrero y el director general Santiago Pozas. Entre los tres aglutinan el poder en las parcelas deportiva y económica. Paulino Rivero, expresidente del Gobierno de Canarias entre 2007 y 2015, tomaba el mando de la presidencia de un Consejo de administración que se encargaría de la parte institucional y social.
Las mayores desavenencias surgieron con la contratación de Óscar Cano, una apuesta personal de Garrido porque ya había trabajado con él durante la época en la que empresario madrileño fue también el máximo accionista del Castellón. Su elección, a principios de junio, desató una oleada de críticas entre los aficionados y, poco después, trascendió incluso que el entrenador andaluz tampoco era el candidato elegido por la dirección deportiva que coordina Mauro Pérez.
Que se vaya lo antes posible porque un señor que vive en Londres no puede hacer lo que le dé la gana con el dinero de todos los tinerfeños. Esta situación no se aguanta tres años, ni tres meses más
La plantilla, pese a contar con el sexto tope salarial de la categoría, ha empeorado visiblemente a la del pasado curso. La baja de Juan Soriano en la portería disminuyó el potencial en esa demarcación. Luego, se cedió a Sipcic al Cartagena y se vendió a Loïc Williams al Granada para hacer hueco a tres centrales (Juande Rivas, Rubén Alves y Gayá) cuyo rendimiento tampoco mejora al de la pareja que había la última temporada. La última y más controvertida decisión de Garrido ha sido vender a Alexandre Corredera al fútbol ruso .con el Tenerife colista, Aitor Sanz lesionado y el mercado nacional ya cerrado.
La afición no ha dudado en visibilizar su descontento en las redes sociales y ha convocado una manifestación en los aledaños del Heliodoro para las horas previas de la próxima cita como local ante el Sporting, en la que solicitarán que Garrido venda sus acciones y deje el Tenerife. La preocupación por el funcionamiento de la entidad bajo la tutela de Garrido ha encendido la alarma social hasta el punto de que la presidenta del Cabildo Insular, Rosa Dávila, pidió al empresario madrileño esta misma semana «que se vaya lo antes posible porque un señor que vive en Londres no puede hacer lo que le dé la gana con el dinero de todos los tinerfeños. Esta situación no se aguanta tres años, ni tres meses más». De hecho, ya se ha puesto incluso sobre la mesa la posibilidad de no renovar el patrocinio con el club, que debe ser revisado en los próximos meses, si Garrido continúa siendo el máximo accionista del Tenerife.