domingo, diciembre 22, 2024
Fashion

Todo la verdad sobre la polémica ausencia de Meghan Markle en la boda de Pippa Middleton


Jorge C. Parcero

Seis años después de que le robara el foco de atención a su hermana Kate el día de su boda gracias a un ajustadísimo vestido blanco que la hizo viral,
Pippa Middleton daba su propio ‘sí, quiero’
en 2017 con un aristócrata, heredero y financiero millonario, James Matthews. Aunque no tan mediático como el de los príncipes de Gales, su enlace despertó una enorme atención, gran parte de ella centrada en la pareja de novios formada por
el príncipe Harry y Meghan Markle.

Aún no comprometidos y con
menos de un año de relación
, Meghan y Harry iban a ser los invitados a los que todo el mundo mirara. Pero la protagonista de la serie ‘Suits’ no asistió a la ceremonia religiosa, aunque sí al banquete posterior, despertando en aquel momento todo tipo de especulaciones. ¿Es que acaso Pippa Middleton y sus padres
habían preferido no invitarla? ¿O era quizá una decisión del Palacio de Buckingham?

Ninguna de esas dos posibilidades era cierta, aunque ese no fue
el único problema de los duques de Sussex aquella velada, gracias a una extraña decisión de la novia. La hermana menor de Kate Middleton apostó por separar a todas las parejas asistentes a su boda. En lugar de pasar la velada junto a su chica, Harry se sentó con el presentador de televisión Tom Brady, mientras Meghan cenaba con
Mirka, la esposa de Roger Federer.

Una velada llena de incógnitas

Los invitados disfrutaron de una cena a base de trucha y cordero en las nupcias de 2017 de Pippa y el financiero James Matthews, «regada con champán Dom Ruinart 2002», se puede leer en la biografía de Omid Scobie y Carolyn Durand sobre los Sussex,
‘Finding Freedom’.
«Sentarse juntos en la carpa de cristal a medida que se había levantado en la extensa propiedad de los novios debería haber sido una noche divertida para la pareja,
pero, por petición de Pippa, eso no ocurrió», leemos en otro fragmento del libro.

Harry y Meghan, que en aquel momento todavía era una recién llegada en los círculos reales, se reunieron cerca de la pista de baile después de comer. Y aunque «el antiguo Harry sin duda habría cerrado la fiesta con el resto de sus amigos», los autores de la biografía señalan que el príncipe, que entonces tenía 32 años,
pasó el resto de la velada charlando con su novia.

La boda de Pippa Middleton y James Matthews. /

gtres

La distribución de los asientos no fue el único reto al que se enfrentó la pareja ese día, ya que Meghan no asistió por sorpresa a la ceremonia en la iglesia de San Marcos. Al parecer, Pippa y su madre, Carole Middleton, compartían la preocupación de que la presencia de Harry y Meghan
pudiera eclipsar el gran día. Para colmo, la portada de ese día en el diario ‘The Sun’ era un reportaje en el que comparaban su manera de vestir de Meghan y la novia.

El plan de Meghan y Harry para evitar a los paparazzi

Al final, los futuros duques de Sussex acordaron que lo mejor para Meghan sería evitar la iglesia y de este modo, a los medios de comunicación allí reunidos. Ambos idearon entonces un plan que consistió en que
Meghan Markle se alojara en un Airbnb que una amiga cercana había alquilado en su nombre mientras Harry asistía al servicio religioso en Englefield.

Pippa y Harry tras la boda de los príncipes de Gales. /

gtres

Meghan se maquilló y se puso un vestido negro antes de que Harry regresara al Airbnb para almorzar con ella. A continuación, ambos se desplazaron discretamente a la
recepción en la casa de los Middleton
. Aunque su presencia en el ágape estuvo a punto de no suceder, ya que según la biografía de los Sussex, sí es cierto que Pippa y su madre
dudaron hasta el último momento si invitarles o no.

Cumpliendo el objetivo de no ser eclipsada por la norteamericana, la bella novia lució un vestido de encaje vaporoso con la espalda abierta en forma de corazón,
diseñado por Giles Deacon. Llevaba un ramo de peonías, guisantes de olor y campanillas verdes. El príncipe George, que entonces solo tenía tres años, y la princesa Charlotte, de dos, se convirtieron en pajes y mini damas de honor, que se dice que a Pippa no le gusta el término ‘niña de las flores’.





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