Todo lo que sabemos del virus de Oropouche, el patógeno que se extiende con la deforestación
El virus de Oropouche circula en la Amazonía desde hace décadas. Este año, ocurrieron 11,634 casos, la mayoría en Brasil (9,563) y Perú (936), donde es un viejo conocido. Sin embargo, también se extendió a Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Panamá e incluso a Cuba, donde se reportó su primera transmisión endémica con 603 casos.
Este año, viajeros infectados cruzaron fronteras. Se encontró el virus dos veces en Canadá, una en Islas Caimán, y 94 veces en Estados Unidos —la mayoría en Florida (90) y el resto en California, Colorado, Kentucky y Nueva York—. Europa reportó sus 30 primeros casos importados en España, Italia y Alemania. La enfermedad no solo se expande (en 2023 Brasil notificó 835 casos), sino que también cobró sus primeras dos víctimas mortales, incrementaron los casos graves y se confirmó que existe transmisión durante la gestación.
Para quienes estudian arbovirus como el oropouche —patógenos que se transmiten a través de artrópodos como mosquitos y garrapatas— la situación no resulta sorprendente, pero sí preocupante, pues a pesar de tener pistas sobre su ciclo de transmisión, falta información para predecir su comportamiento futuro. “Tenemos algunas piezas del rompecabezas, pero no hay seguridad total de cuál es el papel que tiene cada una”, así resume la situación Juan Carlos Navarro, profesor de la Universidad Internacional SEK y director de Investigación de la misma institución, donde lidera el grupo de enfermedades emergentes y epidemiología.
Un ciclo natural con huecos
En 1955, un joven carbonero enfermó tras pasar dos semanas trabajando y durmiendo en el bosque cerca del río Oropouche, en Trinidad y Tobago. Tuvo fiebre durante tres días. Ese fue el primer caso documentado del virus de Oropouche. Después, se han reportado decenas de brotes, la mayoría (30), ocurrieron en la cuenca del Amazonas.
Navarro ha dedicado 30 años al estudio de arbovirus como el dengue, la encefalitis equina, el Mayaro y, desde 2016, del Oropouche, que tiene dos ciclos de transmisión. En la selva, se cree que los reservorios, animales que mantienen al virus circulando —aunque ellos mismos no enfermen— son primates no humanos (como titís neotropicales y monos capuchinos), perezosos, roedores y aves en las que se aisló el virus o se encontraron anticuerpos. De hecho, la enfermedad se conoce como “fiebre del perezoso”, aunque no se sabe “qué papel juegan estos o los primates no humanos en el ciclo de transmisión. Probablemente sean huéspedes amplificadores”, indica el investigador.
En el ciclo epidémico, las personas son los huéspedes amplificadores y el virus se transmite por picaduras de insectos que comen sangre. El principal vector, ese que traslada al patógeno entre humanos, es Culicoides paraensis, que mide lo mismo que la cabeza de un alfiler y habita desde Argentina hasta Estados Unidos. Los insectos de esta especie son llamados jejenes en español y biting midges en inglés.
Algunos estudios sugieren que Culex quinquefasciatus, insectos presente en casi todos los países, así como varias especies del género Culex y Aedes (un géneo de mosquito muy frecuente) pueden transmitirlo. De hecho, el primer aislamiento del virus en Trinidad y Tobago se dio en Coquillettidia venezuelensis, otro mosquito. Sin el mapa completo de los reservorios en vida silvestre, la ecología de sus vectores y todas sus interacciones, es difícil predecir escenarios futuros.
Culicoides paraensis está asociado a áreas selváticas rurales, se le encuentra cerca de cuerpos de agua y cultivos de bananos, «pero en los nuevos casos en zonas urbanas no se sabe qué papel juega”, dice Navarro. Mientras, en Cuba, donde hoy tienen transmisión endémica, Culicoides paraensis no está reportado. “Si las personas infectadas son picadas por un mosquito competente, puede iniciar un ciclo local de transmisión como está ocurriendo con el dengue en el sur de Europa. Eso podría suceder con Oropouche porque especies como Culicoides, transmiten otros virus de importancia veterinaria en España, Italia y Francia. Antes, ocurrió con enfermedades que llegaron a América: la fiebre amarilla, la malaria y el Mayaro”.