jueves, noviembre 6, 2025
Ciencia y Salud

Un método para “elevar la consciencia” que fascinó a la CIA ahora es la terapia de moda


Sarah no esperaba sufrir una parálisis a las 7 de la mañana de un día laboral durante una meditación en su casa. Pero en agosto, mientras escuchaba «The Gateway Tapes», un conjunto de meditaciones guiadas para ayudar a las personas a alcanzar nuevos planos de consciencia, menciona que se le congelaron las extremidades.

Sarah, que ronda los treinta años y prefirió no revelar su nombre real por motivos de privacidad, cuenta que las cintas, que había estado escuchando de forma intermitente durante meses, la llevaron a una montaña rusa de experiencias extracorpóreas: «Entraba y salía del tiempo y del espacio». Explica que fue como un mal viaje, aunque no estaba bajo los efectos de ninguna droga.

Recuerda un periodo posterior de tres semanas de inestabilidad desorientadora que osciló entre sentimientos de intensa conexión espiritual y temores de no volver a relacionarse con los demás. Mirando hacia atrás, se siente aliviada de no haber quedado «en una especie de psicosis espiritual», pero considera los acontecimientos como parte de un «despertar positivo».

Entre meditaciones y sueños lúcidos

Sarah no es la única que ha relatado experiencias desconcertantes y petrificantes gracias al «Gateway Process», que existe desde hace más de 50 años y ha explotado en popularidad desde la pandemia. Pero, como muchos otros, ella también le atribuye el mérito de haberla ayudado a calmar su mente y a realizar cambios transformadores en su vida.

Desarrollado por el ejecutivo de radiodifusión Robert Monroe, el Gateway Process afirma ser «un viaje de autodescubrimiento» que puede ayudar a la gente a ir «más lejos, más profundo y más rápido hacia diferentes dimensiones de la consciencia». Monroe fundó el Monroe Institute en 1971 en Faber, Virginia. Apodado el «Hogwarts» estadounidense por un creador de contenidos sobre la consciencia, el centro afirma que ayuda a las personas a salir de sus cuerpos mediante retiros virtuales y en persona, e incluso listas de reproducción de Spotify, a través de ejercicios de autohipnosis basados en «ritmos binaurales», sonidos sintonizados con diferentes frecuencias que se reproducen en cada audífono. Sus defensores afirman que los ritmos binaurales equilibran los dos lados del cerebro y aumentan el bienestar. Y aunque todavía no hay pruebas científicas que respalden los métodos del instituto, eso no ha impedido que los militares se interesen por los misteriosos cursos de Monroe, que también incluyen la manifestación y la «visión remota», una forma de clarividencia en la que uno abandona el cuerpo para investigar el mundo real utilizando solo la mente.

Desde 2022, unas 12,500 personas, entre ellas militares, psiconautas y meditadores, se han inscrito en programas de «Gateway Voyage» en línea y presenciales. Eso supone un aumento del 35% de participantes respecto al periodo prepandémico de 2016 a 2019. Según el instituto, en 2025, hubo 80 retiros en persona con 20 participantes cada uno. «Por primera vez en nuestra historia, este año hemos alcanzado la capacidad máxima absoluta de nuestros retiros en el campus», comenta Paul Citarella, vicepresidente ejecutivo del Monroe Institute. Los retiros presenciales cuestan 2,695 dólares, mientras que los virtuales cuestan 1,150 dólares. La creciente demanda ha llevado al Monroe Institute a organizar retiros fuera de Virginia, en otros lugares de Estados Unidos, Rumanía, Italia, Suiza y Grecia. La aplicación Expand de la organización se ha instalado 386,000 veces desde su lanzamiento en julio de 2021, según datos de la empresa.

En junio, el instituto anunció que está llevando a cabo lo que denomina «el primer estudio del mundo sobre estados superiores de consciencia» con la empresa Neuphoria, que afirma que la investigación podría ayudar a las personas a convertirse en «uno de los primeros seres humanos de la historia en mapear, dominar y regresar a estados alterados, a petición y con datos». Unos 333 graduados de Gateway Voyage se han apuntado y pronto pasarán cuatro semanas rastreando los datos de su estado cerebral mientras escuchan las meditaciones, pagando 897 dólares cada uno.


Collage de un cerebro con una píldora al costado derecho.

Mindstate Design Labs, respaldado por poderosos de Silicon Valley, ha creado lo que su director general llama «el psicodélico menos psicodélico que es psicoactivo».


El creador del Monroe Institute

Robert, un sureño recto con bigote canoso, no se interesó inicialmente por el misticismo o la metafísica. En la década de 1950 empezó a experimentar con los ritmos binaurales. Más tarde registró este método como tecnología «Hemi-Sync». Todo ello en un esfuerzo por desarrollar nuevos métodos de «aprendizaje durante el sueño«, una práctica que pretende manipular la mente para recibir información y mejorar la memoria mientras se duerme. Entonces, mientras probaba las técnicas, Monroe experimentó espontáneamente sensaciones de separación de su cuerpo. El suceso le llevó a escribir su libro clásico de culto de 1971, Journeys out of the body (Viajes fuera del cuerpo), que ayudó a popularizar el término «experiencia fuera del cuerpo» (EFC).

«Floté suavemente sobre la cama y, cuando me propuse detenerme, lo hice, flotando en el aire. No fue una mala sensación en absoluto, pero me ponía nervioso caer de repente», escribió Monroe sobre su primera EFC espontánea.



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