miércoles, diciembre 18, 2024
Ciencia y Salud

Una mujer recibe el tercer trasplante de riñón de cerdo genéticamente modificado


Una mujer de Alabama se convirtió en la tercera persona en recibir un trasplante de riñón de cerdo modificado genéticamente, según indicaron el martes médicos de NYU Langone Health. Towana Looney, de 53 años, dejó la diálisis renal tras someterse a la operación el 25 de noviembre. Recibió el alta hospitalaria el 6 de diciembre y, de acuerdo con los especialistas, se encuentra en buen estado de salud. Su intervención es la última de una serie de procedimientos similares conocidos como xenotrasplantes, la práctica de trasplantar órganos de una especie a otra.

En EE UU hay más de 103,000 personas en lista de espera para un trasplante, la mayoría requiere de un riñón. Ante la escasez de órganos de donantes humanos, algunos investigadores están estudiando la posibilidad de utilizar cerdos. «Estoy rebosante de felicidad. Tengo la bendición de haber recibido este regalo, una segunda oportunidad en la vida», declaró Looney en una rueda de prensa el martes por la mañana.


Descripción general del quirófano donde se realiza el trasplante

En el primer procedimiento de este tipo y después de haber recibido una bomba cardiaca, a una mujer de 54 años de Nueva Jersey le fue trasplantado un riñón y el timo de un cerdo modificados genéticamente.


Un historial pesado para los xenotrasplantes

A principios de este año, los cirujanos llevaron a cabo por primera vez trasplantes de riñón de cerdo en personas vivas. En marzo, Richard Slayman, de 62 años, hizo historia al recibir un riñón de un cerdo modificado genéticamente en el Hospital General de Massachusetts. Luego de su alta, se encontraba bien, pero murió casi dos meses después de la operación. En un comunicado emitido por el hospital, el equipo médico afirmó que no había indicios de que su muerte fuera consecuencia del xenotrasplante. En noviembre, el cirujano de Slayman indicó que su muerte se debió a un «evento cardiaco inesperado» y que no había indicios de que su cuerpo hubiera rechazado el órgano externo.

El segundo intento ocurrió en abril, Lisa Pisano, de 54 años, recibió un riñón y un timo de un cerdo modificados genéticamente; luego de que días antes se le implantara una bomba cardíaca mecánica. La adición del timo, un pequeño órgano situado en la parte superior del tórax que forma parte del sistema inmunitario, tenía como propósito evitar el rechazo. La operación también se realizó en el NYU Langone. Pero 47 días después del trasplante, los médicos decidieron extirpar el riñón de cerdo tras varios episodios en los que la bomba cardíaca no era capaz de hacer pasar suficiente sangre a través del nuevo riñón. El riñón necesita un flujo sanguíneo constante para producir orina y filtrar los desechos. Sin él, el riñón de Pisano no funcionaba correctamente. Murió en julio.

Anteriormente, dos personas recibieron trasplantes de corazón de cerdos modificados genéticamente, el primero en enero de 2022 y el segundo en septiembre de 2023, ambos en la Universidad de Maryland. Estos pacientes murieron menos de dos meses después de la operación y estaban demasiado enfermos para abandonar el hospital.

Towana Looney entra en el quirófano para someterse a una operación de xenotrasplante en el NYU Langone Health de Nueva...

Towana Looney entra en el quirófano para someterse a una operación de xenotrasplante en el NYU Langone Health de Nueva York el 25 de noviembre de 2024.

Fotografía: Joe Carrotta; NYU Langone Health


Lawrence Faucette y su esposa, Ann, días antes de  recibir el trasplante de corazón de cerdo modificado genéticamente.

Lawrence Faucette murió seis semanas después de someterse al procedimiento experimental con un órgano de cerdo modificado genéticamente.


¿Qué fue diferente con Looney?

La última receptora de órganos porcinos, Looney, donó un riñón a su madre en 1999, pero desarrolló insuficiencia renal varios años después tras una complicación del embarazo que le provocó una hipertensión perjudicial. La insuficiencia renal en donantes vivos es extremadamente rara: menos del 1% de las personas la padecen. Los que requieren de un trasplante tienen mayor prioridad en la lista de espera.

En diciembre de 2016, Looney necesitaba tratamiento de diálisis, en el que los vasos sanguíneos del paciente se conectan a una máquina que hace el trabajo de los riñones: eliminar el exceso de líquido y los desechos del torrente sanguíneo. A principios de 2017 se inscribió en la lista de espera nacional para un trasplante de riñón, pero no pudo encontrar un donante compatible. Debido a la exposición a tejidos de otras personas, a través de embarazos y transfusiones de sangre, se sensibilizó a casi todos los tipos de tejidos de la población. Los altos niveles de anticuerpos nocivos en su sangre hacían probable el rechazo; permaneció casi ocho años en la lista de espera de trasplantes mientras sus vasos sanguíneos se debilitaban por la diálisis.



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