martes, abril 29, 2025
Ciencia y Salud

Vapeadores: ¿Por qué están prohibidos?


Vapeadores. ¿De qué tipo? Hay cigalikes, pod kits, box kits, vape pens, mech mods; también hay miles de sabores: mango, cereza, frambuesa, kiwi, menta, mentol, hielo sandía, hielo banana, lima-limón, lima-limonada, mister blue. ¿Tipos de rellenos? Sobran: Nic salts, boosters, shortfills o mira, cartuchos de un solo uso. Hay tanques de tres estilos: directo a pulmón, boca a pulmón, directo a pulmón restringido, y hay nicotina a distintos niveles de intensidad: 20 miligramos (mg) para los de consumo pesado, 18 mg para los de hábitos moderados, 12 mg para los casuales. Si se puede ensamblar, se pueden cambiar las piezas, y si se pueden cambiar las piezas, se pueden vender por separado: que el atomizador, que el tanque, que la batería, que el cartucho de relleno. Y si se puede ensamblar, se puede customizar: con forma de pistola, con forma de manopla, con forma de Tamagotchi, con forma de Han Solo congelado en carbonita. ¿Ves esto? Es un vapeador de nicotina desechable con pantalla LCD que puede conectarse a un smartphone mediante Bluetooth.

Vamos, ¿cómo puede competir la vieja industria del tabaco en la captura de una nueva generación de consumidores ante un producto tan comercialmente atractivo como versátil? Para la generación Z, elegir entre un vapeador y un anticuado cigarrillo es como elegir entre un iPhone y un teléfono con línea terrestre. Así lo reflejan las estadísticas: los cigarrillos electrónicos fueron “los productos derivados del tabaco más utilizados” entre estudiantes de secundaria y preparatoria en los Estados Unidos en 2024, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

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Es una gran ironía que el fenómeno que por fin logró que los adolescentes de hoy se alejaran de los cigarrillos fuera una versión electrónica del mismo producto. CDC informa que 1.63 millones de estudiantes (el 5.9% de todo el alumnado) usaron cigarrillos electrónicos el año pasado. Esto incluye: 410,000 estudiantes de secundaria y 1.21 millones de estudiantes de preparatoria. La gran mayoría consume los vapes de sabor: mango, cereza, frambuesa, etcétera. Todo indica que eso es lo que le hacía falta al tabaco para que apelara más a los jóvenes: que te dejara un aliento a frutas.

Cabe contrastar esa cifra del 5.9% de estudiantes estadounidenses que usaron vapeadores (o vaporizadores, como también se les llama) con el 1.4% de estudiantes que admitió haber fumado cigarrillos tradicionales en el mismo año. Incluso es de notar que hubo más consumidores de bolsitas de nicotina (1.8%) entre los adolescentes que de los viejos cigarrillos de combustión.

Estos son los hechos. Mientras el consumo de los cigarros de antaño ha bajado considerablemente entre los jóvenes, también se ha reportado un notable incremento en el uso de vapeadores alrededor del mundo. Entonces, ¿esto es bueno o malo? A juzgar por la reacción de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de varios gobiernos en los últimos años, la moda del vaping es un desastre de proporciones catastróficas, resultando en acciones políticas que han prohibido los vapeadores (venta, distribución, importación, consumo), no solo a menores de edad, sino a toda la población en general en decenas de países.



¿Cómo es que un producto que era percibido como algo relativamente positivo («son mucho menos dañinos que los cigarrillos y pueden ayudarte a dejar de fumar para siempre», aún dice la máxima entidad de salud del Reino Unido) pasó a ser equiparable a la cocaína o al fentanilo?

¿Cuándo se prohibieron los vapeadores?

Vamos con México, país que, si bien no es el que más usa vapeadores, sí es el que más se ha esforzado por bloquear su consumo. En plena pandemia de covid-19, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador buscó restringir, mediante diversos mecanismos, el uso de vapeadores. No tuvo mucho éxito. Intentó modificar la Ley General para el Control del Tabaco en 2021, pero la Suprema Corte no lo permitió. En 2022, el presidente firmó un decreto que prohibía la circulación y comercialización de vapeadores, mas su distribución mantuvo su marcha en mercados informales. En 2024, en los últimos meses de su mandato, López Obrador mandó una iniciativa de reforma constitucional, pero se encontró con la oposición de distintas organizaciones de la sociedad civil y la iniciativa se quedó en la congeladora del Congreso.

En varias ocasiones, López Obrador hizo clara su postura respecto a los vapeadores. «Estoy seguro, me dejo de llamar Andrés Manuel, de que la mayoría de las madres y padres no saben del daño que producen estos dispositivos; da hasta cierto prestigio y se piensa que no son dañinos para la salud”, dijo el exmandatario en mayo de 2022, durante una conferencia mañanera.





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