Venezuela es el peón y Cuba el rey que Trump quiere tumbar, dice ‘The Telegraph’
El periódico británico describe a Marco Rubio como «el arquitecto político de la ofensiva contra Maduro».
MIAMI, Estados Unidos – Un análisis publicado por el diario británico The Telegraph sostiene que la ofensiva del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela tiene un objetivo estratégico más profundo: provocar un cambio de régimen en Cuba y rematar seis décadas de enfrentamiento con La Habana.
El artículo describe cómo la Casa Blanca ha convertido la crisis venezolana en el escenario privilegiado de una cruzada contra el “socialismo” en el continente. Trump, rodeado de asesores de línea dura y de influyentes políticos de Florida, proyecta la caída de Maduro como paso previo para debilitar de forma decisiva al Gobierno cubano.
Según The Telegraph, la estrategia hacia Venezuela y Cuba no se entiende sin la política interna estadounidense. El diario subraya que el cálculo electoral en Florida, estado clave para cualquier campaña presidencial, está en el centro de las decisiones de la Casa Blanca. En esa lógica pesan especialmente los votos de los exiliados venezolanos y cubanos, “para quienes cualquier gesto de hostilidad hacia La Habana y Caracas se traduce en apoyo entusiasta” al presidente.
El texto apunta directamente al actual secretario de Estado, el cubanoamericano Marco Rubio, como una de las figuras que más influyen en la política latinoamericana de Trump y lo describe como “el arquitecto político de la ofensiva contra Maduro”.
De Caracas a La Habana: cortar el cordón petrolero
El diario británico insiste en que la caída del régimen venezolano no es un fin en sí mismo, sino un medio para asfixiar a Cuba. Recuerda que, gracias a los acuerdos firmados durante el gobierno de Hugo Chávez, La Habana ha recibido durante años petróleo subsidiado a cambio del envío de médicos, maestros y asesores. Ese intercambio, apunta el texto, se convirtió en “el cordón umbilical que sostuvo a la economía cubana después de la desaparición de la Unión Soviética”.
En ese contexto, la imposición de sanciones contra la industria petrolera venezolana y las amenazas de endurecer aún más las medidas aparecen en The Telegraph como instrumentos para dejar a Cuba sin su principal proveedor de combustible. El artículo subraya que, si Washington logra forzar un cambio de régimen en Caracas, “la primera gran perdedora será La Habana”, que vería desaparecer de golpe un apoyo energético y financiero crucial.
La nota destaca que el presidente y sus funcionarios han presentado la confrontación con Maduro como una batalla entre “democracia” y “socialismo” en el hemisferio. En esa narrativa, el régimen cubano aparece una y otra vez como el centro del problema. El artículo afirma que, para la Casa Blanca, “Venezuela es el peón; Cuba, el rey que hay que tumbar”.
El diario británico también advierte de los peligros de esta estrategia. Señala que el despliegue de fuerzas militares estadounidenses alrededor de Venezuela, las alusiones veladas a una posible intervención y el apoyo explícito a sectores de la oposición venezolana alimentan un escenario de confrontación directa. En ese tablero, Cuba no solo quedaría expuesta a nuevas sanciones, sino también a una desestabilización regional que podría utilizarse como pretexto para acciones más agresivas.
The Telegraph recuerda que “las aventuras de cambio de régimen” en otros lugares del mundo han dejado un saldo de guerras prolongadas, Estados fallidos y crisis humanitarias. Al extrapolar esa experiencia a América Latina, el artículo sugiere que una estrategia de derribo simultáneo de los regímenes de Caracas y La Habana podría terminar en un “conflicto prolongado” con consecuencias imprevisibles para la región y para la propia población venezolana y cubana.
Aunque el foco del texto está en la relación Washington–La Habana, el diario británico sitúa la crisis en un marco geopolítico más amplio. Por un lado, señala que varios gobiernos europeos han mostrado reservas frente a la retórica más belicista de Estados Unidos y se inclinan por una salida negociada en Venezuela. Por otro, apunta que Rusia y China han invertido recursos en Caracas y mantienen intereses directos en que no se produzca un cambio de régimen impuesto desde fuera.
En ese contexto, convertir a Venezuela en punta de lanza para golpear a Cuba implica también, según el análisis, medir la respuesta de Moscú y Pekín. El artículo advierte que, aunque la posibilidad de un enfrentamiento directo entre grandes potencias siga siendo remota, la región puede convertirse en un escenario de rivalidad creciente, con Cuba y Venezuela en el centro de la disputa.
Para los cubanos, la principal conclusión del texto de The Telegraph es clara: la Isla vuelve a estar en el centro de la política de poder de Estados Unidos. La ofensiva contra Maduro, los discursos sobre el “socialismo” y las sanciones no son solo una respuesta a la crisis venezolana, sino parte de una estrategia más amplia para “acabar de una vez con el régimen cubano”, como resume la nota británica.
