domingo, diciembre 22, 2024
Ciencia y Salud

Vivir más de 110 años será posible, hasta que la crisis climática lo permita


Solo quienes cumplen 110 años tienen derecho a ser llamados «supercentenarios». Hay quien vivió 122 años y 164 días, batiendo los récords de longevidad, como la francesa Jeanne Calment; pero 11 décadas son suficientes para aparecer en el ranking mundial oficial de las personas más ancianas del mundo.

Con un poco de miedo supersticioso, se puede hojear sus biografías, en busca de «ese secreto» para la larga vida. Aunque existen consejos y prohibiciones que dan cabida a recetas engañosas y falsas promesas, WIRED prefirió profundizar en la vida de quienes actualmente se encuentran entre los primeros cinco lugares; hasta donde la privacidad nos lo permitió.


Biólogo ganador del Premio Nobel Venki Ramakrishnan

El envejecimiento tiene una base biológica, por lo que los investigadores están estudiando manipulaciones celulares, transfusiones de sangre joven y compuestos químicos capaces de imitar las dietas hipocalóricas.


¿Quiénes son estas mujeres?

El primer dato que salta a la vista es que las personas más longevas del mundo son mujeres. En los 50 primeros puestos de la clasificación elaborada por el grupo Gerontology Research no aparece la letra «M» de masculino para aclarar su sexo. Japón es uno de los países con más nombres en el top 10: aparece tres veces, y la encabeza Tomiko Itooka de 116 años. Actualmente es la persona viva con más edad del mundo, nació el 23 de mayo de 1908, y en sus palabras, «comenzó a disfrutar de la vida luego de la muerte de su marido en 1979».

En años anteriores, debido a la guerra, se trasladó junto a su esposo a Corea del Sur, donde inauguró su fábrica textil. Una vez viuda regresó a Japón, escaló el Monte Nijo y dos veces el Monte Ontake de 3,000 metros; a los 80 años participó dos veces en la Peregrinación de Osaka y a los 100 años subió todos los escalones de piedra del Santuario Ashiya sin bastón, como gesto de adoración.

Pero, espera. Antes de divorciarte, dedicarte de lleno al montañismo o al culto de las deidades sintoístas, lo mejor es conocer el trasfondo de las otras cuatro mujeres más longevas del mundo. Entrar al club de los supercentenarios no solo involucra fuerza en las piernas y aliento, se requiere de carácter y determinación. El propósito de «alcanzar la cima» es útil, pero solo si se entiende en un sentido metafórico.

La segunda en la clasificación también ocupa el primer lugar como la mujer más anciana de toda Latinoamérica: se trata de Inah Canabarro Lucas, una monja brasileña de 116 años. Enseñó matemáticas y portugués en Brasil y Uruguay, sobrevivió al covid-19 y en 2018 recibió un mensaje del papa Francisco felicitándola por haber alcanzado los 110 años. En el tercer podio encontramos a la primera supercentenaria de Reino Unido, Ethel May Caterham. Viajó a la India por mar y vivió en Gibraltar y Hong Kong, donde fundó un guardería para niños necesitados. Condujo hasta los 97 años y jugó bridge hasta los 100. El cuarto puesto regresa a Japón, Okagi Hayashi, de 115 años; aunque no era exactamente una amante del senderismo y los vehículos, crió nueve hijos, y al jubilarse, dedicó sus tiempos libres a los balnearios y la jardinería; antes de fundar un negocio de alimento para ganado.



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