sábado, diciembre 21, 2024
Economía

ya van siete meses de superávit comercial


Argentina ha anunciado que el pasado mes de julio obtuvo un superávit comercial de 1.575 millones de dólares, en contraste con el saldo negativo de 700 millones de dólares del mismo mes de 2023, informaron este martes fuentes oficiales. Con este resultado, Argentina encadena ocho meses con superávit en la balanza comercial. ¿Qué hay detrás de esta giro de 180 grados en el saldo exterior de Argentina? Los factores son muchos y variados, pero sin duda la desregulación, la creación de incentivos y la mayor certidumbre jurídica han permitido que Argentina logre un superávit comercial durante siete meses consecutivos, cuando la economía llevaba registrando déficits casi un año entero. El petróleo, la liberalización de varios sectores y la debilidad de la demanda interna (todo hay que decirlo) está provocando este vuelco de la balanza comercial.

La ‘mano invisible’ de Javier Milei (dejando hacer, retirando límites de precios y subvenciones que distorsionaban las decisiones de los agentes), que lleva en el caro desde diciembre de 2023 (justo cuando comenzaron los superávits comerciales), han permitido, por ejemplo, que la producción de petróleo en Argentina alcance máximos que no se veían desde hace más de 22 años. Esta mayor producción de crudo está ayudando a que Argentina mantenga un superávit exterior y pueda acumular dólares en las reservas de divisas del banco central, por ejemplo.

La energía (petróleo y gas): Argentina consiguió entre enero y julio pasado exportaciones energéticas por 5.665 millones de dólares, lo que supuso un alza del 28,5% con respecto al mismo período de 2023, de acuerdo a datos oficiales difundidos este jueves. El incremento obedece en buena parte al drástico aumento del 65% en las exportaciones de petróleo, que en los primeros siete meses del año ascendieron a 3.115 millones de dólares.

Con todo, en los primeros siete meses del año, Argentina acumuló un superávit comercial de 12.262 millones de dólares, dado que las exportaciones ascendieron a 45.397 millones y las importaciones, a 33.135 millones. Para poner en contexto este dato, cabe destacar que Argentina registró el año pasado un déficit comercial de 6.925 millones de dólares.

El boom del petróleo de Vaca Muerta

Los buenos datos comerciales de las exportaciones energéticas llegan gracias al boom en la producción de crudo en la formación de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta (suroeste), donde también ha aumentado la producción de gas natural, permitiendo asimismo a Argentina reducir sus necesidades de importación de gas, particularmente en el invierno austral.

La Agencia Internacional de la Energía ha publicado en su último boletín petrolero que «la producción mensual de crudo en Argentina aumentó 20.000 barriles por día más en julio hasta los 810.000 barriles diarios, mientras que el fracking continúa a creciendo a un ritmo rápido, liderado por Vista Energy y la estatal YPF».

Hay que irse hasta principios del año 2002 (más de 22 años atrás) para encontrar un mes en el que Argentina produjera más de 810.000 barriles de petróleo por día. La apertura del sector a la inversión extranjera y la promesa de generar un marco jurídico estable están llevando a las empresas a invertir para incrementar su capacidad de producción presente y futura. Pero lo que es mejor, la producción de petróleo en Argentina aún va a seguir aumentando. La propia AIE cree que en 2025, Argentina podría acercarse a los 900.000 barriles de producción de crudo diarios.

El proyecto de ley ómnibus recientemente aprobado ha establecido cambios significativos en el sector del petróleo y el gas. Su objetivo es eliminar la intervención del gobierno en el mercado (dar espacio a la mano invisible), permitiendo a las compañías de petróleo y gas vender libremente sus productos (sin límites de precios ni obstáculos) tanto en el país como en el extranjero, lo que está incentivando la producción para la exportación de hidrocarburos. Con esta reforma se han eliminado algunos controles de precios que distorsionaban la inversión y el crecimiento de la actividad en el sector. Aunque en un principio estas medidas supongan un incremento del precio de algunos combustibles, en el largo plazo permitirán que la oferta aumente, equilibrando el mercado de forma ‘natural’.

El proyecto de ley también introduce un régimen de promoción para mejorar las condiciones fiscales y cambiarias, y garantizar la estabilidad de las inversiones superiores a los 200 millones de dólares. Se espera que esto proporcione al sector privado previsibilidad con respecto a las operaciones y las ganancias, y también genere más oportunidades comerciales, señalan estos expertos.

«Otras medidas incluyen la liberalización del precio de los combustibles y la reducción de los subsidios a la energía, que han contribuido a la inflación y han afectado directamente al poder adquisitivo de las personas, al tiempo que mejoran los márgenes de ganancia del sector privado. La postura ideológica de Milei no tiene precedentes en la historia política de Argentina, e inicialmente generó desafíos en la implementación de su agenda», aseguran los expertos de Cafeidas en la prensa especializada.

La ‘mano invisible’ de Milei

Por ello, se puede decir que la ‘mano invisible’ de Milei está, en parte, detrás de estos buenos datos. La mano invisible es una metáfora utilizada por el economista Adam Smith para explicar cómo, en un mercado libre, las personas que persiguen su propio interés personal (en este caso los productores de petróleo), a menudo, sin proponérselo, contribuyen al bienestar general de la sociedad (en este caso a través de un superávit comercial y de unos ingresos que generan riqueza en Argentina). Según Smith, cuando los individuos buscan maximizar sus ganancias, terminan favoreciendo, aunque sea indirectamente, el interés común, como si una mano invisible los guiara en esa dirección.

Para que la mano invisible funcione, Smith sostenía que los mercados deben ser libres de interferencias excesivas por parte del Estado. Los precios, la oferta y la demanda deben ajustarse naturalmente mediante las decisiones de productores y consumidores. En este contexto, cada individuo actúa según su interés personal, pero el resultado global suele ser beneficioso para la sociedad.

Así, en los primeros siete meses del año, las importaciones energéticas cayeron (ahora Argentina produce mucha más energía) a 2.731 millones de dólares, con un derrumbe interanual del 50,9%. Con este resultado, la balanza energética de Argentina logró acumular un superávit de 2.934 millones de dólares entre enero y julio pasado.

«El conjunto de estos números ratifica el compromiso inversor de las empresas locales e internacionales a partir de un marco de reglas transparente y la reconstrucción de la confianza entre los sectores público y privado», destacó la Secretaría de Energía de Argentina en un comunicado.

En julio, Argentina llevó a cabo exportaciones por 7.221 millones de dólares, un 19,2% más que el mismo mes en 2023, año en que los envíos agropecuarios de Argentina se vieron muy golpeados por los efectos de una severa sequía. Por su parte, las importaciones, por 5.646 millones de dólares, tuvieron una caída interanual del 16,5%. Esto revela que el ‘milagro’ exterior de Argentina se debe también en parte a la propia debilidad de la economía doméstica. La recesión que sufre el país está reduciendo el consumo y, por tanto, las importaciones, lo que facilita la consecución de este superávit comercial, que, por otro lado, parece necesario para estabilizar el tipo de cambio y poner fin al cepo cambiario

WhatsAppTwitterTwitterLinkedinBeloudBeloud





Source link

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *