La Eurocámara da luz verde a la nueva Comisión Von der Leyen con Ribera como vicepresidenta
Tras muchas tensiones, reproches y juegos de poder, finalmente, el pleno del Parlamento Europeo ha dado luz verde este miércoles al próximo Colegio de Comisarios. La composición del nuevo Ejecutivo de Ursula von der Leyen supera, por los pelos, el último trámite para su aprobación con el visto bueno de la Eurocámara. Tal beneplácito permitirá que la nueva Comisión Europea inicie sus trabajos este domingo, 1 de diciembre, como se había previsto en un inicio, con Teresa Ribera como vicepresidenta al frente de la cartera de Competencia.
El pleno del Parlamento Europeo debía votar la configuración al completo del próximo Ejecutivo comunitario, es decir, el respaldo debía ser para el conjunto de la nueva cúpula, alejando la puja personal que se vivió la semana pasada. Con 370 votos a favor, 282 en contra y 36 abstenciones, los eurodiputados han apoyado el diseño de la alemana. El resultado ha sido, no obstante, ajustado, supera en 44 votos la mayoría simple necesaria para apoyar el nuevo Colegio de Comisarios y evidencia la profunda división de la Eurocámara.
El nuevo Ejecutivo comunitario se escora políticamente a la derecha, contará así con 14 comisarios del Partido Popular Europeo, más la presidencia, cuatro socialistas, seis liberales y tres ultraconservadores.
La nueva Comisión Europea ha contado con la mayoría simple necesaria para su aprobación. La tradicional coalición de centro, populares, socialistas y liberales europeos han votado a favor, y se han sumado los votos de parte de los Verdes y de parte de la bancada ultraconservadora de Conservadores y Reformistas (ECR).
El proceso que ha afrontado el hemiciclo este miércoles no ha estado exento de polémica. Los populares españoles han rechazado y votado en contra de la futura Comisión Von der Leyen. La negativa, orquestada hace unas semanas contra la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, no ha contado finalmente con el apoyo de la bancada popular europea al completo, pero sí de la delegación española. La eurodiputada popular, Dolors Montserrat, ha criticado que «Teresa Ribera ha desaparecido de España en lo peor de una tragedia» y que «llega a Bruselas con demasiadas cuentas pendientes en España y muy poco crédito en Europa». Así la popular española ha reiterado el «sí a la Comisión y no a Ribera, por principios lealtad y justicia».
Ya antes de que se produjera la votación, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, salió al paso de la candidatura de Ribera. Defendió que «está bien preparada para garantizar que tengamos una política de competencia moderna que respalde nuestras ambiciones. Es una europea auténtica y devota». Además, la alemana ha asegurado que «juntas, siempre trabajaremos por el interés europeo».
La española se hará con una de las seis vicepresidencias de la Comisión Europea. Será la número dos con el cargo de vicepresidenta de Transición Justa, Limpia y Competitiva y encargada de la cartera europea de Competencia. No ha sido fácil llegar hasta ahí. El respaldo llegó después de alcanzar la pasada semana un tenso y complejo acuerdo entre populares, socialistas y liberales. Todo ante la negativa de los populares, principalmente españoles, de respaldar a Ribera y tras acusarla de ser responsable de una mala gestión de las consecuencias de la Dana.
Las tensiones de las últimas semanas en la Eurocámara para lograr el respaldo al Colegio de Comisarios no evidencian más que lo que será una difícil aritmética parlamentaria. Los resultados de las elecciones europeas dejaron un escenario en el que la tradicional coalición de centro de populares, socialistas y liberales, han perdido espacio en favor de la extrema derecha. Las formaciones ultraconservadoras entraron con fuerza en la Eurocámara y dificulta la posibilidad de llegar a acuerdos pro europeos. En el seno de la nueva Comisión Europea se replica la tendencia. Se evidencia la penetración de las fuerzas de derecha y ultraderecha como reflejo del auge de la ultraderecha en los Gobiernos nacionales de los Estados miembro.