La complicada historia de amor de Gemma Cuervo y Fernando Guillén
Mariví Bilbao, Emma Penella y
Gemma Cuervo fueron las adorables, pero insufribles vecinas cotillas de la serie
‘Aquí no hay quien viva’
. De las tres, solo esta última sigue con vida, gozando de buena salud a sus 90 años y con una larga carrera a sus espaldas entre cine, teatro y televisión. Más de seis décadas de trabajo que se han visto recompensadas con la
Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes
que le han entregado hoy los reyes Felipe y Letizia.
Los espectadores más jóvenes la recordarán como la entrañable Vicenta en ‘Aquí no hay quien viva’ y también como Mari Tere en ‘La que se avecina’. Imposible no situarla también en otra serie básica de nuestra televisión como
‘Médico de familia’. Incluso le ha puesto voz al personaje de Nostalgia en la película más taquillera de este año: ‘Del revés 2’.
Para cuando en 1969 formó compañía propia junto a
su marido, Fernando Guillén, ya llevaba más de diez años en activo, tras debutar en 1956 con la obra de teatro ‘Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín’ de Federico García Lorca. Con Guillén tendría tres hijos –dos de ellos, los también actores
Fernando y Cayetana Guillén Cuervo
– y viviría una larga historia de amor interrumpido hasta el fallecimiento del intérprete en 2013.
Una boda atípica, un adiós y el regreso al hogar
Los dos actores
se casaron en 1960 en la ciudad condal tras seis meses de breve romance. «Un amigo vino a mi casa y se trajo a Fernando, que también era amigo suyo. De ahí, pues un día nos hicimos novios», contaba la propia Gemma Cuervo sobre aquellos inicios de su amor en el programa de TVE ‘Lazos de sangre’.
«Fue un sábado, y ya el domingo aprovechamos para hacer la comida de bodas nuestra porque llegaba la compañía [de teatro]», añadía sobre aquella sencilla e inusual boda para la época, a la que asistieron numerosos intelectuales.
El suyo fue un matrimonio feliz, del que nacieron tres hijos.
Pero en 1975 todo cambió. Ese fue el año en el que Fernando Guillén se mudó de Madrid a Barcelona para rodar una serie, ‘La saga de los Rius’, alterando la estabilidad familiar. Allí el actor disfrutó de la libertad que no tenía en la capital y también encontró un nuevo amor.
La periodista Beatriz Cortázar lo relataba de este modo en el programa de TVE. «Fernando, en un momento dado,
conoce a una persona, una mujer, una admiradora que llega a su camerino. Todo empieza con un autógrafo y termina con una historia de amor que hace que se mude a Barcelona y tenga una historia de amor sumamente discreta, de la que apenas hay ningún tipo de huella ni de rastro».
Sin embargo, el intérprete nunca perdió el vínculo con su familia, a la que
regresó durante sus últimos años de vida. «Con todo mi amor», explicaba Gemma Cuervo en ‘La Razón’ cómo recordaba al que fuera su marido. «También era muy buena persona, un gran marido y un hombre estupendo. Me dejó una pena enorme al morirse. No me he vuelto a enamorar, estoy solita, y mis grandes amores son mis tres hijos y mis nietos», añadía la actriz.
Tiktoker a los 90 y sus lazos con la familia real española
Aunque la veterana actriz barcelonesa lleve varios años retirada, se ha atrevido a
dar el salto a las redes sociales. Y curiosamente lo ha hecho en un lugar normalmente reservado a los más jóvenes: TikTok. Superando los tres millones de likes en sus publicaciones, Gemma Cuervo se ha hecho viral en unas cuentas ocasiones, sobre todo cuando ha recordado sus anécdotas con los miembros de nuestra familia real.
En uno de sus vídeos grabados en el salón de su casa en torno a un café, desveló por ejemplo que
el rey Felipe siempre es muy simpático con ella cuando coinciden en algún evento. «A veces nos encontramos. Yo paso, él pasa y siempre me tiene una sonrisa de oreja a oreja», desvelaba la intérprete.
Aunque más curioso aún fue el momento en el que reveló
su antigua amistad con la reina Sofía. «Nos veíamos todos los días y estábamos juntas en el colegio», recordaba en referencia a los años en los que ambas llevaban a sus hijos al centro educativo Santa María del Camino, en Madrid. «Era muy maja conmigo y yo con ella, las dos. Esperando a que salieran
las niñas, Cristina, Elena
y Cayetana, nos sentábamos en un banco a hablar«.
Mirando hacia el futuro, la intérprete añadía que le encantaría que un día Letizia y Felipe la invitasen al
Palacio de la Zarzuela
a comer. «Estaría encantada, pero no sé cómo se hace ese trámite. No sé cómo se accede a ese tipo de comidas, a que nos inviten porque allí hay que ir invitados», razonaba. De momento, los reyes de España ya han hecho el primer movimiento, con
la entrega de su merecida medalla. Quién sabe si han agendado también un próximo almuerzo.