Todo está en manos de la ultraderecha
El reloj juega en contra del primer ministro francés, Michel Barnier, y las presiones sobre el Elíseo por parte la ultraderecha Agrupación Nacional (RN) y la extrema izquierda de Francia Insumisa (sin sus socios del Partido Socialista) para que Emmanuel Macron dimita son cada vez más fuertes. Barnier, que hizo estallar toda esta crisis al activar el artículo 49,3 de la Constitución para aprobar los presupuestos de la Seguridad Social vía decreto, ya advirtió ayer ante la Asamblea Nacional: «La moción de censura de mañana –por hoy– hará que todo sea más difícil y más grave».
Interrogado por el diputado del Partido Comunista, André Chaissaigne, durante la sesión de preguntas en la Cámara Baja, el jefe del Gobierno galo lanzó un aviso a navegantes a los legisladores, reiterando que la situación «es difícil» tanto a nivel presupuestario como a nivel financiero y «muy difícil» desde el punto de vista económico y social.
Barnier, que llegó al cargo como «el gran negociador». Un apodo que se le adjudica por el éxito como líder del equipo negociador del Brexit. Bajo su gestión, el Reino Unido salió de la UE y se bordó la futura relación entre ambos. Por eso, varios expertos consultados por elEconomista.es aseguran que la elección del artículo 43,3 podría ser un órdago para apurar a Le Pen que, actualmente, tiene la sartén por el mango.
Según el reglamento cameral galo, para que la moción de censura salga adelante y caiga el Gobierno, debe haber una mayoría absoluta de la cámara que la secunda, eso significa el voto favorable de 288 diputados de un total de 577. El bloque de la izquierda, que propone una de las dos mociones, suma un total de 192 votos que, sumados a los 16 de la derecha gaulista de UDR y a los 124 de RN harían un total de 332 votos. De cumplirse, Barnier caerá hoy y se convertirá en el primer jefe de Gobierno que cae en una moción de censura en más de 60 años.
Asimismo, Emmanuel Macron tendrá que nombrar un nuevo Gobierno, ya que no puede disolver la Asamblea Nacional al no haber pasado 12 meses desde las elecciones legislativas. Según voces próximas al Elíseo, podría estar pensando en un gobierno tecnócrata encabezado por el actual ministro de Defensa, Sebastien Lecornu.
Pero los expertos consultados por elEconomista.es aseguran que hay una posibilidad de que Le Pen se eche atrás ante esta moción de censura. De hecho, tiene hasta las 16.00 horas de hoy para seguir negociando con Martignon (Sede del Gobierno de Francia).
La líder ultra y otras 24 figuras de su bancada política están envueltos en un problema judicial de malversación de fondos de la Unión Europea. Está previsto que el tribunal penal de París emita su sentencia el 31 de marzo de 2025. De ser culpable, Le Pen no podrá presentarse a las elecciones presidenciales.
El siguiente movimiento político que debería hacer, después de hacer caer el Gobierno, es seguir trabajando para que Emmanuel Macron dimita y convoque elecciones anticipadas antes de 2027 ya que su partido se sentirá fuerte tras haber derrocado a Barnier. Aún así, todavía no sabe si se podrá presentar, ya que está pendiente de la decisión del penal de París.
Además, la caída del gobierno también podría provocar un reordenamiento del equilibrio en la Asamblea Nacional bastante desfavorable para RN, al acercar una parte de la izquierda a los partidos del centro que le dejarían todavía más aislados en la Cámara.