Encierran a activistas antes de la llegada de Díaz-Canel al poblado pinareño de San Diego de los Baños
En plena noche, dos oficiales de la Seguridad del Estado se presentaron en la vivienda de los activistas Katia Hernández Torres, de la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR), y Esteban Ajete Abascal, presidente de la Liga de Campesinos Independientes de Cuba. Según la denuncia realizada por la periodista Yaima Pardo, les advirtieron que desde ese momento no podían salir de su casa.
Los agentes se adelantaron a la visita que el dictador Miguel Díaz-Canel realiza hoy al poblado de San Diego de los Baños, en la provincia de Pinar del Río. Katia y Esteban no recibieron ningún documento que notificara su reclusión domiciliaria, solo la información verbal de los represores.
«Es una clara violación de nuestros derechos. No hay orden judicial, no hay ningún documento. Solo una advertencia verbal para impedirnos circular libremente por nuestro propio pueblo», manifestó Katia Hernández.
«Nos quieren callados y encerrados. Pero seguiremos denunciando cada atropello», dijo Esteban Ajete. La vivienda de los activistas permanece vigilada por las fuerzas represivas.
En junio del 2023, la Liga de Campesinos Independientes y la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales, organizaciones a las que pertenecen Esteban Ajete y Katia Hernández Torres, alertaron de que la dictadura estaba creando un falso sector «privado» con las mipymes. El régimen, apuntaron, niega libertades económicas a quienes desean emprender negocios a la vez que potencia a sus acólitos, propietarios de mipymes, para “esquivar las sanciones internacionales”.
En 2020, la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR) lanzó un llamado urgente a las autoridades cubanas mediante la campaña Sin campo no hay país. Hace ya cinco años alertaban sobre la inminente crisis alimentaria que amenazaba al pueblo cubano.
Los campesinos cubanos, respaldados por FLAMUR, presentaron al régimen cinco demandas fundamentales para evitar la hambruna y rescatar al sector agrícola: libertad para producir y distribuir en cualquier lugar del mundo; permiso para importar y exportar directamente, incluso hacia EEUU; establecimiento de una economía de libre mercado; garantía de títulos de propiedad permanente para los productores; y la exención de impuestos agrícolas por un período de 10 años.