Barbara Finlayson-Pitts: “El cambio climático siempre estuvo ahí, el esmog no nos dejaba verlo”
WIRED: Ha sido autora de más de 200 publicaciones científicas y dos libros sobre química atmosférica. ¿Podría destacar algún proyecto o publicación que considere especialmente significativo por su impacto?
Prof. Finlayson-Pitts: No podría nombrar solo uno. El conocimiento se va construyendo sobre sí mismo. Por supuesto, el primer artículo que publiqué en Nature como profesora asistente fue lo que empezó todo. Y, de hecho, fue un accidente.
WIRED: ¿De verdad?
Prof. Finlayson-Pitts: Sí. Estaba tratando de entender cómo los óxidos de nitrógeno de los combustibles fósiles reaccionan en las superficies. La química en fase gaseosa es relativamente sencilla hoy en día, e incluso dentro de fases sólidas o partículas no es tan difícil. Pero cuando las sustancias se asientan en una superficie, la química es muy compleja. Estaba usando una pequeña celda y puse este óxido de nitrógeno para hacer un experimento de control, sin ninguna superficie, y pensé que no pasaría nada. Pero seguía viendo aparecer bandas en el espectro infrarrojo de una especie que no debería estar allí. Pensé: «Vaya, mi celda está sucia». Usaba espectroscopía infrarroja, que necesita ventanas de un material que transmita el rayo, y resulta que ese material es cloruro de sodio, ¡el principal componente de la sal marina! Desmonté la celda, limpié las ventanas, lo limpié todo… y cada cosa que hacía lo empeoraba. Finalmente, me senté, escribí cada elemento químico de la celda y me di cuenta: «¡Ah, está reaccionando con las ventanas de sal!».
Estaba lista para decir, «problema resuelto», y seguir adelante. Pero mi difunto esposo, que también era un químico atmosférico y uno de mis mayores apoyos, y yo estábamos una noche en un bar hablando de ciencia. Le dije: «¡Lo resolví, puedo continuar!». Y él me dijo: «Bueno, ¿supones que eso es importante en el aire?». Esa pregunta fue lo que nos puso en marcha. Publiqué ese bonito artículo en Nature y eso realmente lo inició todo.
WIRED: En 2016, usted copresidió el informe de la Academia Nacional de Ciencias, «El Futuro de la Investigación en Química Atmosférica». ¿Cuáles fueron los principales hallazgos y recomendaciones, y cómo cree que han influido en la dirección de la investigación?
Prof. Finlayson-Pitts: Veo que ha investigado bien. Fue muy interesante. Creo que uno de los resultados de ese informe fue el reconocimiento de que el cambio climático está teniendo impactos que no habíamos comprendido del todo. Hasta ese momento, si le preguntabas a un científico atmosférico si los incendios, las inundaciones o los tornados estaban relacionados con el cambio climático, todos éramos muy cuidadosos en decir: «No, no, el tiempo es un evento meteorológico extremo. El tiempo es lo que ocurre día a día, mientras que el cambio climático es un promedio de 30 años».
En ese comité, le dije al grupo: «Entre nosotros, todos decimos que esperamos más eventos climáticos extremos con el cambio climático. ¿Alguien aquí no está de acuerdo con que los eventos climáticos extremos están siendo exacerbados por el clima y estrechamente asociados a él?». Hubo un largo silencio y luego todos dijeron: «Sí, estamos de acuerdo».
Lo que sucede es que las partículas contaminantes en el aire dispersaban la luz solar hacia el espacio, enmascarando parte del calentamiento. Pero como hemos estado limpiando el aire por los efectos de esas partículas en la salud, ahora estamos desenmascarando el calentamiento que ya estaba allí. Por eso, estos eventos climáticos extremos están ocurriendo mucho más rápido de lo que anticipamos. Y creo que ese es un mensaje realmente importante. Los eventos extremos captan la atención de la gente y creo que los animarán a decir: «Sí, tenemos que cambiar lo que hacemos para abordar el cambio climático».
WIRED: Para terminar, el aire que respiramos sigue siendo una preocupación mundial. Desde su perspectiva, ¿cuáles son los mayores desafíos que enfrenta la química atmosférica hoy en día, especialmente en relación con el cambio climático y la salud humana?
Prof. Finlayson-Pitts: Técnicamente, conocemos gran parte de la química y sabemos cómo resolver el problema. El mayor problema científico pendiente reside en las partículas en el aire: cómo se forman, cuáles son sus propiedades y cuánto afectan a la salud y al clima. Esa es el área principal en la que realmente necesitamos trabajar ahora mismo.