Alemania anuncia controles en todas sus fronteras en pleno debate migratorio y de auge de la ultraderecha | Internacional
Alemania ha anunciado que instalará controles en todas sus fronteras a partir del próximo 16 de septiembre ante la enorme presión migratoria que sufre y para protegerse del terrorismo islamista. Berlín ha notificado ya a la Comisión Europea su decisión, tomada a escasos días de unas elecciones regionales que han mostrado el auge de la ultraderecha y en medio de presiones políticas para endurecer las leyes migratorias y de asilo.
“Estamos reforzando la seguridad interior y manteniendo nuestra línea dura contra la migración irregular. Seguiremos en esta línea”, ha asegurado la ministra del Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser, en una comparecencia en Berlín convocada con poco más de una hora de antelación. “Hasta que logremos una fuerte protección de las fronteras exteriores de la UE con el nuevo Sistema Europeo Común de Asilo y otras medidas, esto nos exige también intensificar los controles en nuestras fronteras nacionales”, ha añadido.
Después de muchas dudas, el tripartito alemán formado por socialdemócratas, verdes y liberales decidió en octubre pasado establecer controles fronterizos fijos en los pasos con Polonia, República Checa y Suiza, algo que hasta entonces se resistía a hacer por miedo a entorpecer los flujos de mercancías y de trabajadores que se mueven con total libertad entre países Schengen. El objetivo era reforzar la lucha contra el tráfico de migrantes y limitar la migración irregular, que no había dejado de crecer en los meses anteriores.
Berlín justifica su decisión en la excepción que permite el tratado de Schengen, que consagra la libertad de movimiento entre los países firmantes. Pueden instalarse controles en las fronteras interiores cuando exista una amenaza grave para el orden público o la seguridad interior, pero solo durante un periodo de tiempo limitado y como último recurso.
30.000 devoluciones
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Esos controles, que han seguido prorrogándose y están actualmente activos, han permitido más de 30.000 devoluciones, ha asegurado Faeser. “Esta decisión [ampliar a todas las fronteras] servirá para protegernos contra los peligros que plantean el terrorismo islamista y la grave delincuencia transfronteriza. Estamos haciendo todo lo posible para proteger a la población de nuestro país”, ha subrayado.
La novedad, por tanto, es que Alemania se dispone a instalar controles también en las fronteras con Francia, Luxemburgo, Países Bajos, Bélgica y Dinamarca, durante un periodo inicial de seis meses. El objetivo es proteger los casi 3.900 kilómetros de frontera exterior, aunque los sindicatos policiales ya han alertado de que es imposible controlar todos los cruces fronterizos y que los migrantes seguirán entrando al país a través de caminos forestales y sin asfaltar.
“En el ámbito de la migración irregular, debe tenerse en cuenta la carga global que pesa sobre Alemania, en particular las limitadas capacidades de las autoridades locales en materia de alojamiento, educación e integración debido a la admisión de 1,2 millones de refugiados de guerra procedentes de Ucrania y a la migración en busca de asilo en los últimos años”, asegura el Ministerio del Interior en un comunicado.
El atentado yihadista de Solingen, ocurrido a escasos días de unas elecciones cruciales en dos Estados federados del este, conmocionó al país y provocó una reacción casi unánime a favor del endurecimiento de la política migratoria. La victoria de la ultraderecha en Turingia y su segundo puesto en Sajonia el pasado día 1 han vuelto a colocar en el centro del debate político el debate sobre las fronteras y el asilo. La oposición democristiana había dado la semana pasada un ultimátum al canciller, Olaf Scholz, para endurecer los controles. El líder de la CDU, Friedrich Merz, exige concretamente empezar a aplicar rechazos en frontera.
Faeser ha destacado que actuará en estrecha coordinación con los países vecinos con el objetivo de “minimizar el impacto sobre los viajeros y la vida cotidiana en las regiones fronterizas”. La cooperación policial transfronteriza incluye patrullas conjuntas y centros conjuntos de cooperación policial y aduanera que ya llevan meses funcionando en las fronteras del este. Los controles fronterizos se aplicarán “con flexibilidad espacial y temporal, en función de la situación del momento”, ha explicado Interior. El objetivo es evitar que los traficantes de personas sepan dónde hay controles y puedan evitarlos.
La policía alemana ha detectado unas 52.000 entradas no autorizadas y ha efectuado unas 30.000 devoluciones en el marco de los controles temporales en las fronteras interiores con Polonia, la República Checa, Austria y Suiza desde octubre del año pasado. Las devoluciones se producen “en casos de personas que no presentan documentos válidos o que los tienen falsificados, o que intentan entrar en el país sin visado o permiso de residencia válido”, explica Interior.
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