lunes, febrero 3, 2025
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Aristocracia y famosas en la misa funeral por Caritina y Carlos Goyanes: todos con Cari Lapique


Elena de los Ríos

Qué decir y, a la vez, cómo no
recordar a Caritina Goyanes: su fallecimiento el pasado mes de agosto conmovió más allá de su círculo de familiares y amigos, prueba de la
bonhomía que derrochó allí donde acudió en calidad de empresaria y, a veces, hija de. Llegó a la crónica social de la mano de Cari Lapique, su madre y uno de los faros guía de la alta sociedad madrileña. Nunca se construyó un personaje: fue siempre ella misma y por ello recibió simpatía y empatía. Ayer,
en la misa funeral
, amigos y familia seguían inconsolables.

La misa funeral, celebrado en la iglesia de San Agustín de Madrid, recordó el
fallecimiento de Caritina
(46 años) y de Carlos Goyanes (79), su padre, con una diferencia de un par de semanas. Un golpe durísimo para Cari Lapique y Carla Goyanes, que pierde a su hermana del alma, cómplice y amiga, además de a su progenitor. Son el núcleo del dolor, junto
Antoni Matos, marido de Caritina, y sus dos hijos, Pedrito y MiniCari. La entereza de esta familia fue ayer, una vez más, conmovedora.

Comprensiblemente, la familia Lapique Goyanes se vuelca ahora con los pequeños de la casa, razón importante para sobreponerse a un duelo aún por digerir. En las escasas declaraciones que han hecho a los periodistas, refieren precisamente que la abuela Cari está absolutamente pendiente de ellos, lo mismo que Carla, convertida ahora en el
punto de anclaje familiar. Y, por supuesto,
Antonio Matos, padre de los chiquillos
y viudo tras un matrimonio que acababa de celebrar su decimosexto aniversario.

Carla Goyanes, hermana menor de Caritina, a la salida de la misa funeral en la iglesia de San Agustín, en El Viso (Madrid). /

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La familia eligió para esta misa funeral, la primera en memoria de Carlos y
Caritina Goyanes
, la parroquia más querida por la hija mayor de Cari Lapique. Se trata de la
iglesia de San Agustín, situada en la calle Joaquín Costa, en el barrio de El Viso. Allí acudía puntualmente la chef y empresaria, que incluso se animaba a leer algunos pasajes de los Testamentos durante la misa de los domingos. Caritina encontró refugio en la fe cuando lo necesitó y trasladó a familiares y amigos su agradecimiento por ello.

Con gesto serio y apenas maquillaje, Cari Lapique entró rápidamente y de negro riguroso, igual que Carla. La hermana de Caritina acudió a la misa funeral acompañada por su marido, Jorge Benguría, y dos de sus hijos, Carlos y Santi. También se vio visiblemente afectada a Miriam Lapique, tía de la recordada chef, y a sus hijos Carlos y Felipe Cortina. Su cuñado,
Alberto Cortina, llegó a la iglesia con Elena Cué. También
Alberto Alcocer, quien se acompañó con una de sus hijas gemelas.

La iglesia se llenó de familiares y amigos de Caritina

Como era de esperar, la familia Goyanes Lapique Cortina no estuvo sola, ni mucho menos, en el recuerdo de Caritina y Carlos. Las muertes de ambos fueron
totalmente repentinas
. El patriarca de la familia no había tenido complicaciones de salud desde que una año antes le colocaran un marcapasos. Tampoco su hija mayor sufría un historial de dolencias y, de hecho, solo pudo referirse alguna indisposición leve como indicio del
paro cardiaco que, finalmente, no pudo superar.

Antonio Matis, viudo de Caritina Goyanes, fue el primero en llegar a la iglesia de San Agustín. /

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No podía faltar a la misa funeral en recuerdo a Caritina y Carlos Goyanes el periodista José María García, quien fue prácticamente un hermano para el empresario. Las
amigas incondicionales
de Cari Lapique estuvieron, una vez más, a su lado: Isabel Preysler, Nuria Sánchez, Maribel Yébenes. Puede atestiguarse
el afecto y la lealtad de la amistad entre estas mujeres, en todo momento presentes y pendientes de las hermanas Lapique. Son muchas décadas de complicidad, en tiempos mejores y peores.

Maribel Yébenes, propietaria del dentro de estética que lleva su nombre, fue de las primeras en llegar, sola.
Isabel Preysler fue de las últimas y llegó con su hija
Tamara Falcó, muy unida a la familia Lapique.
Nuria González, viuda de Fernando Fernández Tapias, asistió a la misa junto a sus dos hijos, Iván y Alma. Tampoco quiso faltar
Naty Abascal, amiga de la familia también desde siempre.

Isabel Preysler, muy afectada, llegó a la iglesia de San Agustín de la mano de su hija Tamara Falcó. /

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La
familia Alba estuvo representada por Fernando Martínez de Irujo,
Eugenia Martínez de Irujo (siempre del brazo de Narcís Rebollo), Tana Rivera y María Fitz-James, acompañada por el interiorista Lorenzo Castillo. Vimos, además, a María Zurita, Marisa Yordi y Alfonso de Borbón o Jaime Martínez-Bordiú. Isabelle Junot acudió con sus padres, Phillipe y Nina Wendelboe-Larsen. Vimos a Inés Domecq, Dani San Martín y la marquesa de Larios, Paloma Segrelles o María Chávarri.

La lista de
caras conocidas que quisieron asistir a la misa funeral en recuerdo de Carlos y Caritina Goyanes es interminable: Teresa Baca y Álvaro Torres Calderón. El empresario Pedro Trapote y su mujer, Begoña García-Vaquero. José María Amusátegui y Amalia de León. Patricia Cerezo y Kiko Gámez. Roberto Torretta y Carmen Echevarría. Colate y Samantha Vallejo Nágera. Pepe y Marta Barroso. Lita Trujillo, Marina Castaño, el padre Ángel, Fiona Ferrer, el cantante Juan Peña, la actriz Esmeralda Moyá… Todos quisieron rendir homenaje a una familia queridísima.





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