“Cada euro enviado al régimen cubano financia la represión»
Este martes, el Comité de Derechos Humanos del Parlamento Europeo fue escenario para exponer la situación de las libertades fundamentales en Cuba. Rosa María Payá, fundadora de la iniciativa ciudadana Cuba Decide, y José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), denunciaron ante los europarlamentarios la profunda crisis que vive la Isla, la represión sistemática del régimen y la necesidad de una respuesta firme por parte de la Unión Europea.
Una crisis humanitaria sin precedentes
“Esta es una oportunidad muy importante porque mi país, Cuba, está en crisis y necesita su solidaridad inmediata”, comenzó Rosa María Payá, quien se dirigió al Parlamento con un llamado urgente. “Cuba atraviesa una crisis humanitaria profunda, el país vive bajo condiciones propias de un Estado fallido”.
La activista detalló que muchas familias viven con menos de cuatro horas de electricidad al día, en un contexto donde “el sistema energético ha colapsado a nivel nacional múltiples veces en los últimos seis meses” a pesar del combustible proveniente de Venezuela y Rusia. La escasez de alimentos y medicinas, dijo, es tan grave que “muchas familias no pueden garantizar ni tan siquiera una comida al día”.
Mencionó el caso del niño Damir Ortiz Ramírez, de 10 años, quien falleció este fin de semana tras haber sido mal diagnosticado y tratado en la isla. “El desabastecimiento de medicinas y material quirúrgico en los hospitales y farmacias es crítico, se registran muertes por falta de antibióticos y otros insumos básicos.”
Además, Payá se refirió al éxodo migratorio sin precedentes iniciado en noviembre de 2021: “Alrededor de 850 mil cubanos llegaron a los Estados Unidos en ese periodo y se calcula que más del doble abandonaron la isla”.
“Los recursos del pueblo cubano han sido saqueados”
Durante su intervención, Payá insistió en que la crisis no se debe a la falta de divisas: “Las divisas y los recursos del pueblo cubano han sido saqueados por los militares en el poder.” Citó investigaciones que revelan que Gaesa, el conglomerado militar que maneja gran parte de la economía cubana, “tiene al menos 4.5 mil millones de euros en bancos extranjeros”.
“Lo único que los gobernadores cubanos mantienen eficientemente en mi país es el monopolio de la fuerza, la represión contra la ciudadanía y el control territorial”, afirmó.
Denunció también las condiciones infrahumanas en las prisiones, destacando que “prisioneras y prisioneros políticos sobreviven en condiciones inhumanas, y por condiciones inhumanas quiero mencionar celdas sin agua potable, ni comida suficiente, enfermedades infecciosas sin tratamiento, como tuberculosis, como sarna, como parasitismo”.
Colaboración con regímenes autoritarios y guerra en Ucrania
Payá advirtió además sobre la proyección internacional del régimen: “El régimen cubano no solo es el represor de su pueblo, sino que colabora con la agresión al pueblo ucraniano y atenta contra la seguridad y la paz en Europa.” Mencionó el reclutamiento masivo de ciudadanos cubanos por parte del ejército ruso: “Cifras que superan los 30.000 combatientes, muchos de los cuales reportan haber sido enviados al frente bajo engaños o sin transparencia”.
“Es inconcebible que mientras el régimen cubano respalda la agresión rusa contra Europa, la Unión Europea continúe financiando a La Habana. Cada euro que el contribuyente europeo envía al régimen cubano es un euro gastado en represión, corrupción y sabotaje de los intereses y seguridad de Europa”, agregó.
José Daniel Ferrer: una represión “de inspiración nazi”
Desde su arresto domiciliario, el líder opositor José Daniel Ferrer se dirigió a la comisión mediante un testimonio grabado. “Cuba sigue siendo la nación del continente americano donde más se violan los derechos humanos y donde menos libertad existe”, denunció. “66 años bajo un régimen policial de partido único, enemigo del occidente y aliado de las peores dictaduras del planeta”.
Ferrer recordó las protestas del 11 de julio de 2021, que “fueron reprimidas con mucha violencia y hasta con armas de fuego” y cómo, tras ellas, el régimen “ha recrudecido la represión e impuesto leyes que condenan a prisión a cualquier persona por el solo hecho de publicar en las redes sociales sobre la miseria extrema”.
Criticó también la entrada en vigor de la Ley de Comunicación Social, a la que llamó “ley del silencio”, porque “prohíbe, entre otras muchas cosas, la divulgación de toda información que moleste a los jerarcas del partido único”.
Cárceles cubanas: centros de tortura
Ferrer denunció las condiciones inhumanas en las cárceles del régimen: “En las peores prisiones del continente, unos 750 presos políticos sobreviven en condiciones infrahumanas: pésima y escasa alimentación, escasa o nula atención médica, sin medicinas, víctimas de humillaciones, tratos crueles, golpizas y torturas físicas y psicológicas.”
“Las cárceles del régimen comunista cubano recuerdan campos de concentración de la Alemania nazi”, afirmó de forma contundente. Entre los nombres de presos políticos fallecidos mencionó a Luis Barrios Díaz, Yosandri Molet Almarales, Manuel de Jesús Guillén Esplugas, Pablo Moya y Yoleisy Oviedo Rodríguez.
Denunció también la represión que él y su familia enfrentan diariamente: “Mi hogar permanece cercado por las fuerzas represivas del régimen… En los últimos dos meses han ocurrido más de 400 detenciones por tal motivo, nos han despojado de dinero, alimentos y hasta de ollas para impedir nuestra labor humanitaria”.
Un llamado a la acción europea
Tanto Payá como Ferrer coincidieron en exigir una respuesta firme del Parlamento Europeo. La activista solicitó activar el protocolo por violaciones graves de derechos humanos del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación y suspender su implementación hasta que se verifiquen avances concretos.
Ferrer, por su parte, concluyó: “Cuba vive una profunda crisis política, económica y social. Es necesaria una política más firme hacia el mayor enemigo de la democracia y los derechos humanos en el continente americano y mayor solidaridad con nuestro pueblo”.
Ambos testimonios dejaron clara la urgencia de actuar frente a una situación que consideran no solo una amenaza para los derechos de los cubanos, sino también para la estabilidad democrática de la región y de Europa.