Carolina Marín, más allá del bádminton: su pareja, las clases a Leonor y Sofía y un jugoso patrimonio
La imagen de una
Carolina Marín llorando junto a su entrenador Fernando Rivas, tras verse obligada a retirarse, debido a una lesión, de su partido de semifinales de bádminton, fue sin duda una de las más impactantes de
los Juegos Olímpicos de París
.
«Me he roto», confesaba la onubense antes de caer al suelo en lágrimas. Días después, entre el optimismo y la resignación, la campeona olímpica enviaba un mensaje desde sus redes sociales en el que reconocía tener
«el alma destrozada».
Confesando que no sabe qué va a ser de ella en el futuro, admitía que ahora necesita «paz y tranquilidad» después de sufrir
«un golpe muy duro», con su tercera lesión grave de rodilla. «No me lo esperaba. Mi intención era volver de París con una medalla de oro. Pero
he conseguido otra medalla, que es vuestro cariño, el de la gente, de miles de personas que me han apoyado», afirmaba Carolina Marín en su mensaje público.
La deportista, que comenzara su carrera en el bádminton en el Club Recreativo IES La Orden de su ciudad natal, fue seleccionada a los 14 años para unirse al Centro de Alto Rendimiento de Madrid. Desde entonces
se ha colgado el oro en Río de Janeiro 2016 y ha sido tres veces campeona del mundo y siete más campeona de Europa. Una fabulosa trayectoria de triunfos que le ha valido ser galardonada este año con
el Premio Princesa de Asturias del Deporte.
Su relación con la familia real y un sueño cumplido
La andaluza se convierte así en
la tercera mujer en lograr un galardón que según el jurado se le ha concedido por «su extraordinario palmarés en un deporte en el que ha llegado a ser una referente internacional […] además de la mejor jugadora de la historia del bádminton en España y una de las mejores del mundo». Y también por ser
«un ejemplo de superación, fuente de inspiración y transmisora de valores, dentro y fuera de la pista».
Carolina Marín, en París con Leonor y Sofía. /
Tras recibir la noticia, la deportista declaraba emocionada que este era
«un sueño que hoy se ha hecho realidad». La jugadora onubense se mostraba agradecida por el apoyo de los miembros de su equipo, de su familia y de sus patrocinadores, reconociendo que en un deporte «tan desconocido» como el suyo, que se habla de ella y de sus éxitos
«para mí eso es un orgullo muy grande».
A Carolina la veremos el próximo 25 de octubre recibir su premio de manos de la princesa Leonor en Oviedo, un momento que quizá aprovechen para sellar un asunto pendiente:
sus clases particulares de bádminton. Fue la propia jugadora la que conesfó en una entrevista con la COPE que tras lograr el oro en Río, la reina Letizia le propuso
«ir a palacio para darle clases a las niñas
. Eso no ha pasado, pero bueno… ya solamente con el hecho de decirme que ella quería que sus hijas jugasen al bádminton me hizo muchísima ilusión».
Siempre atentos a sus éxitos en la pista, la casa real no tardaba en mandarle un bonito mensaje tras su lesión en París.
«¡Carolina Marín, eres nuestra campeona! No hay metal que alcance el valor de la lección de pundonor y orgullo que has dado. La más digna representación del espíritu olímpico. Volverás más fuerte, como siempre has hecho y mereces la ovación de toda España. Gracias, Caro», eran las palabras de ánimo y cariño que le enviaban desde sus redes sociales.
Flamenco, patrimonio y crisis de pareja
Esta gran aficionada al
baile flamenco, al que tuvo que renunciar a los doce años para centrarse en el bádminton, está muy unida a su madre. Sobre todo después de
la trágica pérdida de su padre en 2020, fallecido tras las secuelas que le dejó una caída que sufrió mientras trabajaba.
Discreta en lo tocante a su vida sentimental, en contadas ocasiones ha compartido en su cuenta de Instagram alguna imagen con su pareja,
el joven atleta de la Real Sociedad Gen Esteban. Aunque la última vez que hizo referencia a él en una entrevista, las cosas no pintaban bien en su relación.
Carolina Marín en ‘La resistencia’. /
«A ver, es que te cuento,
he tenido una crisis. Entonces, ya la cosa chunga», reconocía Carolina Marín en una visita a ‘La resistencia’ el pasado mes de mayo. «Estoy bien, fue hace una semana», añadía la jugadora de bádminton sin querer dar más detalles, cuando le tocó el turno de responder a la clásica pregunta del programa sobre la frecuencia de sus relaciones sexuales en el último mes. «Como había crisis, por calcular he calculado poca cosa,
te respondo: 3-4 puntos», se limitaba a glosar sobre el asunto.
Más específica fue a la hora de confesar
a cuánto asciende actualmente su patrimonio, cuando llegó el momento de decir al público cuánto dinero guardaba en el banco. Al recordarle
David Broncano
que contaba también el patrimonio invertido, Carolina Marín reconocía que «yo tengo muy bien invertido mi dinero, o eso creo». La campeona olímpica añadía entonces sin tapujos que «entre lo que tengo invertido y lo que tengo,
entre dos y tres millones».