COP16: Los pueblos indígenas ganan voz, pero la financiación para la biodiversidad queda en el limbo
La dieciseisava Conferencia de las Partes de la Convención sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas (COP16) ha llegado a su fin. El principal acuerdo al que llegó fue el reconocimiento formal de los pueblos originarios y afrodescendientes como agentes vitales para la conservación de la biodiversidad. En contraste, el financiamiento para preservar la diversidad ecológica se mantuvo como el gran asunto pendiente. Los especialistas acusan que es necesario implementar acciones urgentes y contundentes para procurar la sobrevivencia del patrimonio natural del planeta.
La COP16 se celebró en la ciudad colombiana de Cali. Recibió a 170 delegaciones de todo el mundo. Después de 12 días de debate, se aprobó la creación de una nueva entidad subsidiaria para hacer valer los derechos de las comunidades indígenas en la conservación del medio ambiente. El organismo está contemplado en el Convenio sobre la Diversidad Biológica, el instrumento internacional para “la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la repartición justa y equitativa de los beneficios que se deriven de la utilización de los datos genéticos”, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El Convenio fue adoptado por 196 países en 1992. Su objetivo es promover políticas que conduzcan a un futuro sostenible. Suscribe que cada nación signataria se compromete a respetar, preservar y mantener las prácticas de las poblaciones rurales “que entrañen estilos tradicionales de vida pertinentes para la conservación y la utilización sustentable de los bienes naturales”. Establece que se debe favorecer la aplicación amplia de estos conocimientos para garantizar que las utilidades derivadas de su implementación sean distribuidas con justicia y de forma imparcial.
El nuevo organismo ha sido instituido para formalizar un espacio permanente que facilita la participación efectiva de las tribus nativas en la toma decisiones y definición de acciones que contribuyan a la protección de la naturaleza. Camila Paz Romero, vocera de los pueblos indígenas, afirma que “este órgano subsidiario es un referente para el resto del mundo en que las partes reconocen la necesidad continua de nuestra participación plena y efectiva. Es una ocasión sin precedentes en la historia de los acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente”.
Financiamiento, la tarea pendiente que deja la COP16
Los participantes de la COP16 además otorgaron un reconocimiento pleno a las comunidades afrodescendientes como actores fundamentales para el cuidado y la protección de la biodiversidad. Esto les concede el acceso a recursos para financiar proyectos que ayuden a salvaguardar la riqueza natural del globo. También podrán participar en los debates y congresos ambientales internacionales.
Los delegados finalmente apoyaron la creación del llamado ‘Fondo de Cali’. Se trata de un mecanismo para recaudar capital del uso de información de secuencias genéticas digitalizadas. Las empresas que utilicen estos datos para el desarrollo de sus productos deberán destinar parte de las ganancias a una bolsa de financiamiento. Lo recaudado se utilizará para subvencionar las actividades de las comunidades originarias de forma directa o a través de algunos gobiernos para garantizar su distribución justa y equitativa.
La COP16 estaba llamada a ser la cumbre de la implementación del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal. Se trata de un convenio pactado en Canadá hace dos años que pretende garantizar la protección de al menos el 30% de los ecosistemas en 2030. Se tenía previsto que durante el evento se definiera un modelo de financiamiento para cumplir con dichos objetivos. La ONU calcula que el proyecto requiere de al menos 700,000 millones de dólares. Las discusiones al respecto quedaron suspendidas en la última jornada de la Cumbre debido a la insuficiencia de asistentes. Susana Muhamad, ministra de ambiente de Colombia y presidenta de la Conferencia, reconoció que “esto deja algunos retos para la convención y corresponde empezar a subsanarlos”.
Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente calculó que el déficit de financiación para la adaptación al cambio climático está entre 194,000 y 366,000 millones de dólares anuales. La falta de acuerdos al respecto en la COP16 agravan las preocupaciones que la situación genera. “A pesar de los decididos esfuerzos de Colombia y del incansable trabajo de muchos negociadores para construir consensos y tender puentes entre los países, este resultado pone en peligro la implementación del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal. Nadie debería estar conforme con esto ya que nos afecta a todos. Cumplir la misión de detener y revertir la pérdida de la naturaleza para 2030 nunca iba a ser fácil, pero ahora estamos peligrosamente fuera de curso”, asegura Kirsten Schuijt, directora general del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).