viernes, agosto 1, 2025
Ciencia y Salud

Crisis de desnutrición en Gaza: los efectos a largo plazo del hambre extrema


Si la situación en Gaza no mejora rápido, Fitzpatrick predice que la hipotermia inducida por la malnutrición también será una de las principales causas de muerte hacia el otoño. «Cuando uno está desnutrido, al cuerpo le cuesta mucho regular la temperatura», explica. «Hablando con médicos de Gaza, los pacientes ya tiemblan, por lo que, si la situación no mejora en los próximos meses, habrá muertes por hipotermia».

Tanto las infecciones como la hipotermia se pueden prevenir con antibióticos de amplio espectro y alimentos terapéuticos listos para usar (especialmente formulados) para tratar la desnutrición grave. Según Nina Sivertsen, profesora asociada de la Facultad de Enfermería y Ciencias de la Salud de la Universidad Flinders: aunque lo más “lógico” sería darles un exceso de calorías a las personas que llevan meses en inanición, en realidad puede inducir una afección mortal conocida como «síndrome de realimentación», que se observó en los supervivientes de los campos de concentración del Holocausto.

«Cuando el cuerpo pasa hambre, su metabolismo se ralentiza, los órganos se debilitan y se pierde la capacidad de digerir y absorber los alimentos con normalidad», explica Sivertsen. «Alimentarse demasiado, o demasiado rápido, puede abrumar al organismo y provocar un peligroso cambio de fluidos y electrolitos [como sodio y potasio] que puede causar insuficiencia cardiaca, convulsiones e incluso la muerte».

En cambio, la recuperación es un proceso largo y delicado, que Kerac conoció mientras trabajaba en salas pediátricas de Malawi. Los alimentos terapéuticos suelen consistir en leches o pastas que se administran en pequeñas cantidades y dosis para reactivar lentamente al sistema digestivo y darle tiempo a los electrolitos para su reequilibrio, antes de volver a una alimentación equilibrada rica en proteínas, grasas, vitaminas y minerales que servirá para reconstruir los músculos, los órganos y el sistema inmunitario. Con este tratamiento, Kerac afirma que muchas personas pueden recuperarse bien de los efectos agudos de la malnutrición grave, pero las reservas de alimentos terapéuticos en los centros de tratamiento de malnutrición de Gaza son extremadamente escasas y, según Fitzpatrick, algunas se agotaron desde mayo.

Aunque en los próximos meses pueda llegar alguna ayuda a Gaza, los científicos afirman que las consecuencias sanitarias a largo plazo se sentirán durante décadas. Los niños y adolescentes tienen una gran probabilidad de ser los más afectados, pues habrá un retraso del crecimiento y de su desarrollo cerebral. «Los primeros mil días de vida, desde la concepción hasta los dos años, son críticos para el desarrollo del cerebro, los huesos y los órganos», afirma Sivertsen. «Sin una nutrición adecuada, los niños pueden sufrir un retraso del crecimiento de por vida, huesos más débiles, órganos poco desarrollados y cambios estructurales en el cerebro que afectarán la memoria, la atención, el aprendizaje y la regulación emocional. Los adultos pueden recuperar su masa muscular y su salud física una vez que vuelven a disponer de alimentos, pero muchos niños nunca se pondrán al día».

Por no hablar de las consecuencias, también, para la salud mental. Fitzpatrick pone el ejemplo del célebre (y triste) Experimento de Inanición de Minnesota, un estudio psicológico de la década de los 40 en el que varios voluntarios recibieron menos de 1.600 calorías al día, la mitad de su ingesta habitual, durante seis meses. Así, desarrollaron ansiedad grave. «Eso fue mucho más de lo que hoy reciben los habitantes de Gaza, y, aun así, muchos de ellos desarrollaron estos efectos psicológicos y paranoia», afirma Fitzpatrick.



Source link

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *