miércoles, marzo 19, 2025
Ciencia y Salud

El calor extremo podría acelerar el envejecimiento en personas mayores, sugiere un estudio


Los hallazgos del estudio revelaron una asociación positiva y significativa entre la exposición al calor ambiental y la aceleración de varios relojes epigenéticos, particularmente con ventanas de tiempo más cortas.

Es importante destacar que los investigadores ajustaron sus modelos estadísticos por una amplia gama de posibles factores de confusión a nivel individual (como composición celular, edad, sexo, raza/etnia, educación, riqueza del hogar, tabaquismo, consumo de alcohol, obesidad y actividad física) y a nivel de tracto censal (como puntuaciones de vulnerabilidad social, urbanización y niveles de O3 y PM2.5). Este enfoque robusto fortalece la credibilidad de los hallazgos, aunque los autores reconocen las limitaciones inherentes a los estudios observacionales.

A pesar de estos ajustes, los investigadores señalan varias limitaciones importantes que deben tenerse en cuenta al interpretar los resultados. Una limitación clave es la falta de mediciones repetidas de los relojes epigenéticos, lo que impide analizar los cambios longitudinales en respuesta al calor y establecer una inferencia causal definitiva. Como afirman los autores en el Apéndice S1: «Futuras investigaciones con datos longitudinales son esenciales para determinar si el calor exterior se asocia con cambios sostenidos y más rápidos en el envejecimiento epigenético y para mejorar la inferencia causal en la asociación observada en nuestro estudio».

Otra limitación importante radica en la naturaleza observacional del estudio, que no puede descartar por completo la influencia de factores de confusión residuales o variables no medidas. Los autores mencionan específicamente factores como la cantidad de tiempo que las personas pasan al aire libre, el acceso y uso de control de temperatura en el hogar, y la ingesta de ciertos medicamentos que pueden aumentar la susceptibilidad al calor. Por lo tanto, enfatizan que sus resultados reflejan el potencial de exposición al calor ambiental, más que la exposición personal directa al calor.

Además, el estudio utilizó valores del índice de calor a nivel de tracto censal, lo que podría no capturar la variabilidad de la temperatura a escalas geográficas más pequeñas, como a nivel de manzana. Los investigadores reconocen el concepto de «islas de calor urbanas», donde ciertas calles pueden ser significativamente más cálidas que sus alrededores, lo que podría llevar a una subestimación de la verdadera exposición al calor para algunos individuos.

La falta de datos directos sobre el acceso o uso de aire acondicionado en el HRS es otra limitación reconocida. Si bien se incluyeron factores sociodemográficos asociados con el uso de aire acondicionado, no se pudo controlar directamente su papel potencial en la mitigación de los efectos del calor exterior.

Los autores señalan que la validez de los relojes epigenéticos en poblaciones genéticamente y ambientalmente diversas aún no se ha establecido por completo. Dado que los relojes específicos para cada población aún no están disponibles, no pudieron ajustar sus análisis por estas variaciones. Los investigadores también plantean la posibilidad de que las modificaciones epigenéticas observadas puedan representar respuestas adaptativas al calor a través de la aclimatación, en lugar de ser únicamente cambios maladaptativos asociados con el envejecimiento acelerado. “El diseño observacional del estudio actual no nos permite distinguir definitivamente entre estos procesos adaptativos y maladaptativos”, explica los investigadores.

A pesar de estas limitaciones, este estudio proporciona evidencia valiosa sobre la posible conexión entre la exposición al calor ambiental y el envejecimiento biológico acelerado en adultos mayores. Los hallazgos sugieren que el calor extremo, un fenómeno cada vez más frecuente debido al cambio climático, podría tener implicaciones para la salud a largo plazo de las poblaciones de edad avanzada a través de mecanismos epigenéticos.

Se necesita más investigación, especialmente estudios longitudinales, para confirmar estos hallazgos, dilucidar los mecanismos causales subyacentes e investigar el papel de factores protectores como el acceso a aire acondicionado. No obstante, esta investigación subraya la creciente importancia de abordar los impactos del cambio climático en la salud humana, particularmente en las poblaciones más vulnerables



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