Él es Zero Jinki, el robot que sustituirá a los humanos en los trabajos peligrosos a gran altura
«Zero Jinki es preciso y potente, pero también puede ser controlado por una persona como si fuera una extensión de su propio cuerpo. Una de nuestras misiones es liberar a la humanidad de las penurias físicas», declara el Dr. Kanaoka, fundador de Jinki-Itai y desarrollador de los máquinas humanoides tipo Zero.
Dos tecnologías de control únicas
Por lo general, los actuadores, dispositivos que utilizan energía para generar movimiento, en maquinaria pesada como las palas mecánicas, son hidráulicos. Sin embargo, los brazos del Zero Jinki utilizan actuadores eléctricos que combinan motores y engranajes. Aunque los actuadores hidráulicos ofrecen mayor potencia, resulta difícil lograr movimientos precisos con ellos. Por ello, Zero Jinki fue diseñado con actuadores eléctricos para permitir un control fino de la fuerza y un alto nivel de precisión.
No obstante, aumentar la potencia del actuador también incrementa su peso y tamaño, lo que plantea problemas de capacidad de carga en plataformas aéreas y limita el espacio para maniobras sobre las vías férreas. Por esta razón, el modelo 1.0 anterior de Zero Jinki 2.0 podía soportar hasta 100 kg entre ambos brazos, pero con una potencia ajustada a las tareas necesarias, se logró reducir y aligerar el actuador.
Además, Zero Jinki incorpora una capacidad llamada «retroconducción», que le permite controlar fuerzas elevadas y, al mismo tiempo, responder a estímulos externos en sus articulaciones, tal como lo haría un ser humano. En otras palabras, si es empujado desde el exterior, puede moverse naturalmente. Esto no solo mejora la seguridad ante contactos accidentales, sino que también facilita la colaboración hombre-máquina, al reducir los daños en caso de colisión con objetos duros.
Sin embargo, a mayor potencia del actuador, suele reducirse la capacidad de retroconducción, ya que es necesario girar varios engranajes para generar fuerza, y aún más para invertirla.
La exclusiva tecnología de control «Proxy-based Admittance Control» (control de admisión basado en proxy), patentada por Jinki-Ippiki, permite combinar alta potencia con retroconducción efectiva. Esta tecnología fue desarrollada originalmente para controlar con precisión tanto fuerzas grandes como pequeñas. Hasta ahora, se consideraba que los actuadores eléctricos de alta potencia eran difíciles de controlar con precisión a baja potencia.
Gracias a los sensores integrados en los brazos del robot, que miden la fuerza aplicada a las articulaciones y controlan su movimiento, este sistema permite un control preciso desde salidas de alta hasta baja intensidad. Así, el robot puede ser lo suficientemente fuerte como para cargar materiales pesados, y lo bastante suave como para interactuar con personas.