El fenómeno de La Niña podría presentarse en México este mismo mes: cuáles son sus efectos
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha indicado que existe una probabilidad del 60% de que el fenómeno de La Niña se desarrolle en México entre los meses de octubre y noviembre. El organismo pronostica que sus efectos podrían persistir entre enero y marzo del próximo año.
El organismo de monitoreo ha informado que se mantiene en vigilancia ante el fenómeno. Explicó que entre el 7 y el 14 de octubre “se registró una reducción en las anomalías de la temperatura superficial del mar (TSM) en las 4 regiones de monitoreo del ENSO (El Niño-Oscilación del Sur)”, en comparación con la semana previa. El análisis del Centro de Predicción del Clima (CPC) sugiere que, pese a que las temperaturas del mar en el Pacífico ecuatorial han sido casi normales, los modelos climáticos apuntan hacia un desarrollo gradual de un evento de La Niña.
El SMN señala que aún es temprano para definir la intensidad de la perturbación atmosférica. Pese a ello, algunos informes extraoficiales han comenzado a vaticinar los efectos que La Niña tendrá en territorio mexicano. El sitio especializado en meteorología Meteored proyecta que el clima en gran parte de México será más seco y caluroso durante la primavera, con posibles lluvias eventuales en el noroeste, occidente y centro. En el verano, «se incrementa la inestabilidad en las ondas tropicales, lo que provocará más lluvias que pueden evolucionar con facilidad para transformarse en ciclones tropicales”.
Por su parte, Alejandro Jaramillo Moreno, investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, apunta que es probable que se presenten mayores precipitaciones en el sur, suroeste y sureste del país. En cambio, la región central experimentará condiciones más áridas. La sequía podría intensificarse en la zona.
¿Qué es la Niña?
El Niño y La Niña son fenómenos atmosféricos que se originan en el océano Pacífico ecuatorial. Tienen la capacidad de alterar las condiciones del clima en todo el mundo. Son fases opuestas del patrón climático ENOS, por lo que no pueden ocurrir de manera simultánea.
El ENOS describe las modificaciones en la temperatura superficial del océano y en la presión que el aire ejerce sobre él. Cuando los registros de calor en la temperatura del mar superan el promedio por 0.5 °C o más, la formación de El Niño se ve favorecida. Al descender sobre el mismo rango, La Niña tiene mayores posibilidades de desarrollarse. Si las temperaturas están dentro o cerca del promedio se presenta una fase llamada ENOS-neutral, en la que ninguno de los eventos climatológicos sucede.