El sector del automóvil le brindó a Feijóo la idea de la jornada de cuatro días
El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, insiste en sus declaraciones en privado que se han «malentendido» las propuestas sobre conciliación que elaboraron los populares, en particular su supuesta defensa de la jornada laboral de cuatro días semanales.
Ahora bien, en esas conversaciones, Feijóo deja claro que ha podido constatar que esta última iniciativa sería muy bien acogida en el sector del automóvil. Es más, el líder del PP pensaba en esta actividad, y en otras afines, cuando barajó la semana laboral de cuatro días –siempre sin pérdida de horas reales de trabajo y con el consenso de patronal y sindicatos– como una de las opciones factibles en su plan de conciliación, aunque este último nunca la haya recogido explícitamente. En su lugar, el texto de la propuesta siempre ha hecho alusión a una «jornada flexible».
La situación en la industria española del automóvil sigue mostrando claras peculiaridades. La demanda de turismos y otros vehículos todavía se mantiene por debajo de los niveles anteriores a la pandemia del Covid-19 en España. No obstante, las fábricas mantienen unos turnos de trabajo y un volumen de producción prácticamente idénticos a los propios del año 2019.
En esas circunstancias, una adaptación a las condiciones actuales del mercado haría perfectamente factible que la carga de trabajo se concentrara entre el lunes y el jueves, con jornadas diarias un poco más largas que las actuales, de modo que se garantizara que el tiempo de trabajo, y por ende los índices actuales de productividad, no se vean mermados.
Ahorro de energía
En las fábricas de automóviles se da, además, la circunstancia de que resulta más fácil redistribuir la cargas de trabajo en las cadenas de montaje de automóviles que en otros ámbitos industriales. Dicho de otro modo, las fábricas del sector del motor podrían mantener un nivel notablemente más bajo de producción entre el viernes y el domingo, lo que supondría un considerable ahorro de energía, y recuperar los niveles normales en los cuatro días posteriores.
Más allá de las factorías españolas, lo cierto es que la semana laboral de cuatro días es una idea que no es en absoluto desconocida para la industria global del automóvil. Basta recordar que el pasado verano Toyota hizo pública su intención de implementar una medida una medida semejante en las instalaciones que tiene disponibles en su país de origen: Japón. Toyota, además, cuenta con otras medidas de flexibilización de los horarios de sus trabajadores que ya están en vigor.
Una aplicación limitada de la jornada laboral de cuatro días de esta índole podría acabar con las suspicacias que la medida despierta, expresada en términos generales, entre los expertos y también representantes empresariales. Todos ellos consideran que las jornadas de 9,5 o 10 horas diarias entre el lunes y el jueves tendrán efectos inevitables en la productividad de los trabajadores.