España implementa un permiso climático para los trabajadores: ¿qué es y cómo obtener esta licencia laboral?
En España, el Gobierno aprobó una ley que garantiza a los trabajadores permisos por inclemencias meteorológicas. Se contemplan hasta cuatro días de ausencia retribuida cuando las condiciones climáticas extremas les impidan acudir a su puesto de trabajo. La medida entró en vigor a partir de hoy con su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), y fue aprobada por el Consejo de Ministros después de las inundaciones por la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) registradas en Valencia a finales de octubre.
Durante el fenómeno del mes pasado, numerosas empresas pidieron a sus empleados que se presentaran a trabajar a pesar de la alerta roja emitida por la Agencia Meteorológica Nacional (AEMET). Las compañías, que acabaron en el centro de la polémica por poner en riesgo la seguridad de sus trabajadores, alegaron que no habían recibido a tiempo los avisos de emergencia de las autoridades y que «no se les habían dado instrucciones claras sobre cómo actuar». El nuevo sistema de permisos climáticos retribuidos sigue el modelo de la legislación canadiense; siendo este país el primero del mundo en introducir las ausencias justificadas como una medida de protección a los trabajadores durante emergencias climáticas en 2021.
¿Cómo funciona el permiso?
El mecanismo del permiso climático se basa en las alertas de las autoridades de protección civil: cuando se declara una emergencia meteorológica que hace peligroso viajar, los trabajadores tienen derecho y el deber de resguardarse en casa. En estas situaciones, la primera solución es trabajar a distancia, quienes no requieran desplazarse a una oficina deben pasar automáticamente a lo virtual.
El permiso climático es el último recurso y solo se aplica cuando la emergencia hace imposible trabajar desde casa. Esto puede ocurrir en dos circunstancias: cuando los fenómenos meteorológicos comprometen servicios esenciales como la electricidad y la conexión a internet, o cuando el tipo de tarea no puede realizarse a distancia porque por su naturaleza requiere ser presencial. De ser así, el trabajador tiene derecho a un máximo de cuatro días de ausencia retribuida, con la garantía de la ley ante posibles negativas de las empresas.
El sistema también prevé soluciones para las urgencias prolongadas. Si la situación crítica se prolonga más allá de los cuatro días, las empresas pueden elegir entre incluir a los empleados en los procedimientos laborales existentes para emergencias o ampliar el periodo de permiso y contribuir al pago. Esta flexibilidad es necesaria, teniendo en cuenta que el Ministerio de Economía español estima que el costo de los fenómenos meteorológicos extremos podría duplicarse de aquí a 2050. Una previsión que exige un replanteamiento estructural de la organización del trabajo.
Las obligaciones para las empresas
La nueva ley de España no solo establece los permisos por inclemencias meteorológicas, sino que también rediseña las obligaciones de las empresas en materia de seguridad. Todas las empresas españolas tienen doce meses para dotarse de planes específicos de prevención de catástrofes y fenómenos meteorológicos adversos. No se trata de protocolos estándar: cada empresa tendrá que desarrollar procedimientos adaptados a su sector y a sus actividades específicas.
Los riesgos varían significativamente en función del tipo de trabajo. «Los riesgos climáticos no son los mismos para un trabajador de una empresa de construcción o que trabaja al aire libre que para un trabajador que labora en una enfermería o en una biblioteca», explicó la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en una entrevista a la cadena TVE citada por Euronews. Por ello, las empresas tendrán que elaborar protocolos detallados que tengan en cuenta las peculiaridades de cada tarea.
La ley también introduce nuevas obligaciones de información: en caso de alerta por riesgo grave e inminente, las empresas deberán informar sin demora a los trabajadores de las medidas de seguridad a adoptar y, en caso necesario, ordenar la suspensión inmediata de las actividades hasta que haya pasado el peligro.
Artículo publicado originalmente en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.