Este agujero negro supermasivo no debería despertar de manera tan violenta
Un agujero negro supermasivo a 300 millones de años luz de la Tierra «despertó» luego de dos décadas de inactividad. Se encuentra dentro de una galaxia tan discreta que no tiene un nombre reconocible sino uno conformado por letras, números y símbolos (SDSS1335+0728). Sin embargo, las señales que comenzó a emitir la anomalía gravitacional despertaron la curiosidad de la comunidad científica. No solo se trata de una de las pocas veces donde es posible estudiar un agujero negro en tiempo real, sus emisiones son 10 veces más luminosas y largas de lo que deberían ser y no parecen ser causadas por el mecanismo tradicional.
‘Ansky’, como le dicen los astrónomos a este agujero negro supermasivo, ha estado liberando explosiones de rayos X mucho más potentes de lo que otras estructuras con las mismas dimensiones generan. Estas erupciones cuasiperiódicas (QPE, por su nombre en inglés) “extremas” fueron descritas en un reciente artículo publicado en Nature Astronomy.
¿Por qué despierta un agujero negro?
Los agujeros negro supermasivos no siempre se encuentran consumiendo materia como aspiradoras cósmicas. Mientras un objeto no se acerque, la estructura estará en una fase latente e invisible para la mayoría de los telescopios. Si, hipotéticamente, un planeta se aproxima al fenómeno cósmico, primero se pulverizaría por la tirón gravitacional, para luego “caer” en espiral, orbitando el horizonte de sucesos. En el proceso, la materia se acelera y calienta a niveles extremos. Como resultado, un agujero negro activo o “despierto” tiene un anillo de acreción luminoso del que se desprenden ráfagas de rayos X o incluso radiación Gamma.
Los científicos en la Tierra no pueden ver agujeros negros supermasivos activos debido a la distancia, pero sí pueden captar esas ráfagas de energía que emanan de los discos de acreción. Cuando se repiten en intervalos similares, los científicos se refieren a ellas como QPE, erupciones cuasiperiódicas. Los telescopios Swift, XMM-Newton, Chandra y eROSITA, especializados en rayos X, han captado los QPEs de Ansky de 2019 a 2024.
El misterio de Ansky
Ansky emite rayos muy luminosos mientras lo hace a una cadencia de 4.5 días en promedio. No hay evidencia de que el agujero negro supermasivo esté devorando una estrella o planeta. Sus QPE no provienen de un proceso común. El equipo por ahora está explorando otras posibilidades de origen, como que el disco de acreción esté conformado por gas que interactúa de forma extraña con el agujero negro o que un cuerpo extra esté literalmente interrumpiendo el flujo de materia alrededor de la estructura.
“En este escenario, las erupciones de rayos X provendrían de choques altamente energéticos en el disco, provocados por un pequeño objeto celeste que atraviesa y perturba repetidamente el material en órbita”, explica una publicación de la Agencia Espacial Europea (ESA). Además, la ESA señala que la naturaleza de los estallidos quede expuesta si se analizan a través de detectores de ondas gravitacionales, como LISA (Laser Interferometer Space Antenna, un proyecto diseñado para medir ondas gravitacionales).
La galaxia de Ansky se encuentra en la constelación de Virgo. Fue descubierta a través del proyecto de mapeado del cielo Sloan Digital Sky Survey (Por ello, su nombre oficial incluye las siglas SDSS). Si bien no ha sido definida con certeza, la información del banco da datos sugiere que tiene rasgos de una galaxia espiral, similar a la Vía Láctea.