Este laboratorio en miniatura japonés también es una nave espacial no tripulada
No es un secreto que los experimentos en el espacio han dado muchos resultados, desde el descubrimiento de fármacos hasta avances en la alimentación, pasando por la cosmética y la ciencia de materiales. Existe una amplia gama de campos en los que los experimentos en entornos de microgravedad resultan útiles. Actualmente, la Estación Espacial Internacional (ISS) es el único lugar donde pueden realizarse experimentos en el espacio. Está previsto que la ISS deje de funcionar en 2030. Entonces, ¿qué vamos a hacer? La empresa emergente IDDK tiene una solución.
Un laboratorio de microbioespacio
IDDK, una startup de alta tecnología creada por Toshiba, pretende lanzar un pequeño dispositivo experimental el 22 de abril de 2025. El experimento, llamado Micro Bio Space LAB (MBS-LAB), ayudará a dilucidar los mecanismos de crecimiento de las células cancerosas, crear una cura para el virus de la hepatitis C y encontrar claves contra el envejecimiento.
En microgravedad, las células son menos susceptibles al entorno plano de una placa de Petri. Esto permite que los organismos se muevan y se desarrollen en estructuras tridimensionales complejas, de forma similar a como lo hacen dentro del cuerpo humano. Observar el comportamiento celular puede ser beneficioso para la comprensión de los procesos biológicos y avanzar en la medicina regenerativa.
El MBS-LAB se basa en una tecnología de observación microscópica ultracompacta y, al ser lanzado con un espécimen en un pequeño chip semiconductor del tamaño de la punta de un dedo, inicia automáticamente los experimentos y envía a la Tierra imágenes microscópicas y otros datos experimentales. El diseño es ligero y ocupa poco espacio; además, tiene la ventaja de que los costos de lanzamiento son relativamente bajos, y los experimentos pueden llevarse a cabo por menos de una décima parte del costo de los realizados en la ISS.
El chip de tejido se crea utilizando células humanas para simular las funciones de los órganos dentro de un chip 3D. El objetivo es comprender los efectos de la microgravedad en la salud humana y contribuir a mejorar la calidad de vida. También nos ayudará a entender cómo se desarrollan los tejidos y órganos en el espacio, y cómo la microgravedad y la radiación afectan la fisiología humana durante futuras misiones de larga duración.
Experimentación sin viajar al espacio
El MBS-LAB será cargado en un prototipo de la cápsula de retorno de carga PHOENIX, desarrollada por la empresa espacial alemana ATMOS Space Cargo. PHOENIX está diseñada para ser lanzada al espacio y luego reingresar a la atmósfera para regresar a la Tierra, y esta será una prueba de su funcionamiento.
Este lanzamiento, a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX, también busca demostrar el funcionamiento del MBS-LAB. Pero IDDK ya planea una misión de vuelo comercial en 2026. Mañana 22 de abril miraremos al cielo con la esperanza de que la era de la experimentación espacial de bajo costo comience sin contratiempos antes de 2030.
Artículo originalmente publicado en WIRED Japón. Adaptado por Alondra Flores.