La gran historia del condado de Montarco: del Eduardo de Rojas al desconocido Joaquín Zuazo
Cuando se hace referencia al conde de Montarco, el primer nombre que viene a la mente es el de
Eduardo de Rojas Ordóñez
, que estuvo casado en primeras nupcias con María Pardo-Manuel de Villena y Jiménez, con quien tuvo cinco hijos de los que solo sobrevive Ana de Rojas.
Fue su boda con
Charo Palacios
, sin embargo, la que le llevó a ocupar lugares destacados en la crónica rosa. A su muerte, el 6 de agosto de 2005, heredó el título su hija Blanca, fallecida en 2014. Ahora lo ostenta el segundo de sus hijos,
Joaquín Zuazo de Rojas.
Fue, sin duda, una sorpresa que se quedara con el título Joaquín y no su hermano mayor, Rodrigo, que decidió renunciar a él, pues consideraba que era una responsabilidad enorme. En 2016 contaba ya 70 años, estaba casado y estimó que prefería
dedicar sus esfuerzos a su vida personal. De ahí que tomara esta decisión meditada que se materializó dos años después de la muerte de su madre.
El BOE del 1 de febrero de 2016, firmado por
el ministro de Justicia de entonces, Rafael Catalá, recogía que Joaquín Zuazo de Rojas heredaba el título por el fallecimiento de Blanca de Rojas Pardo Manuel de Villena, primogénita de Eduardo de Rojas Ordoñez.
Eduardo fue fundador de la Falange junto a José Antonio Primo de Rivera, y gran amigo de don Juan de Borbón, con quien se reunía con frecuencia en el exilio en Estoril, como miembro de su consejo privado, como nos relató su hija Ana de Rojas en Mujerhoy con motivo del
30 aniversario de la muerte
del abuelo de Felipe VI.
El actual conde de Montarco se mantiene completamente apartado de la vida pública. Por voluntad propia no quiere salir en los medios de comunicación, ni que trascienden datos personales de su vida. Como es sabido en círculos aristocráticos, está felizmente casado, se mueve en ámbitos alejados de la crónica social y, salvo sorpresas,
será su hija quien herede su título.
Ana de Rojas mantiene vivo el legado del condado de Montarco
Nos ponemos en contacto con Ana de Rojas para que nos exprese el valor simbólico del título que ostenta su sobrino. Hay quienes la han denominado
«la última Montarco» ya que sigue manteniendo vivo el legado familiar de manera pública. Recientemente ha publicado el libro ‘Ciudad Rodrigo y el palacio de Montarco’, donde pone en valor todas las vivencias atesoradas allí por los Montarco y la relevancia histórica de su linaje.
«Comentando mi libro sobre el condado de Montarco una persona del pueblo me dijo: ‘No solo desaparece el linaje Montarco cuando tu faltes. Desaparece la última familia de la Nobleza española de Ciudad Rodrigo, una ciudad llena de familias nobles que le dieron con su presencia
un tiempo glorioso en que la ciudad tenía tanto prestigio como historia y que con su desaparición perderá un tercio de su lema de ‘antigua, noble y leal’», nos comenta en conversación telefónica.
Eduardo de Rojas Ordóñez, conde de Montarco, en un retrato de estudio en su juventud. /
Ana de Rojas manifestó recientemente en Mujerhoy que vender el palacio de Montarco en Ciudad Rodrigo fue
una decisión muy dolorosa
. De alguna manera se despedía de un momento histórico que ya pasó, en el que la familia tenía un importante peso social, económico y, sobre todo, simbólico para la gente que hoy les sigue recordando, pues desplegaron una importante labor filantrópica.
Enorme presencia social tiene
Alejandra de Rojas
, una de los dos hijos que el conde de Montarco tuvo con Charo Palacios, quien fuera musa de
Elio Berhanyer
y habitual de los ambientes más selectos de Madrid. Divorciada de Beltrán Cavero, sobrino de Esperanza Aguirre, han seguido caminos separados, aunque mantienen una relación cordial que influye muy positivamente en el bienestar de su hijo, nacido en 2019.
El condado de Montarco se remonta a 1798 y fue
otorgado por el rey Carlos IV a Juan Francisco de los Heros y de la Herrán. Lo han ostentado seis personas, además del ya mencionado: Manuel María de Rojas y Lafer, Eduardo de Rojas y Alonso, Manuel de Rojas y Vicente, Eduardo de Rojas Ordoñez, Blanca de Rojas Pardo-Manuel de Villena, y Joaquín Zuazo de Rojas. La dimensión pública del título presente y, sobre todo, futura, es una incógnita.