La Haya es la primera ciudad del mundo en prohibir la publicidad de gasolina, vuelos, cruceros y automóviles
La Haya, en los Países Bajos, prohíbe la publicidad de productos derivados de combustibles fósiles, como la gasolina y el diesel, pero no solo eso: también incluye servicios con una elevada huella de carbono como los viajes en avión, los cruceros, los autos térmicos y los ofrecidos por empresas que suministran gas. Es la primera ciudad del mundo que lo hace.
La decisión se tomó el 12 se septiembre y fue plasmada en una ordenanza votada por el ayuntamiento neerlandés. La votación se basó en una propuesta del Partido por los Animales, una agrupación política de izquierda. De acuerdo con los ecologistas, actuar a nivel local evita los retrasos de la política nacional e internacional, y sienta un precedente importante, dando también el papel simbólico de la ciudad en cuestión, sede de varias organizaciones intergubernamentales.
La prohibición entrará en vigor dentro de tres meses, a partir del 1 de enero de 2025. Leonie Gerritsen, representante del Partido declaró: «La ciudad será la primera del mundo en prohibir de forma efectiva la publicidad de combustibles fósiles… La Haya quiere ser climáticamente neutra en 2030. Por tanto, no es apropiado permitir anuncios de productos de la industria de los combustibles fósiles».
Una petición ecológica con luz verde
Una vez más y mes a mes, 2024 batió los récords de temperatura mundial. A principios de junio, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, se había posicionado en contra de del marketing de las empresas de combustibles fósiles, llamadas «los padrinos del caos climático». Guterres se ha distinguido por adoptar una postura clara contra el green washing, el conjunto de prácticas destinadas a cubrir la forma habitual de hacer negocios con una capa de pintura verde.
Cada vez son más las empresas que participan en iniciativas alejadas de su actividad principal con tal del limpiar la imagen de su empresa, no obstante, el objetivo de la norma no es perseguir a quienes extraen los hidrocarburos, sino incentivar al razonamiento. Incluir en el proceso a la autoridad y adherir a los sectores aparentemente alejados de las plataformas y las perforaciones, como el financiero, que sigue invirtiendo en activos contaminantes.
Aunque La Haya es la primera ciudad en aceptar el llamamiento de la ONU para poner fin a las prácticas publicitarias de industrias referentes a los combustibles: vuelos, cruceros, proveedores de gas y productores de automóviles, los municipios neerlandeses de Zwolle y Tilburg, podrían seguirle en breve.
¿Petróleo verde?
«Solamente un vuelo intercontinental, un crucero marítimo o un todoterreno pueden consumir nuestra cuota de CO2 per cápita durante todo un año», sugiere Uwe Krüger, coordinador de investigación del Centro de Periodismo y Democracia de la Universidad de Leipzig, en Alemania. Y añade: «La publicidad de productos de altas emisiones tiende a aumentar sus ventas despertando presuntas necesidades en los consumidores. A nivel cultural, también normaliza el consumo de productos perjudiciales para el medio ambiente, a pesar de que todos necesitamos urgentemente reducir la huella de carbono de nuestro estilo de vida para mantener el calentamiento global dentro de límites tolerables».
Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.